Celso Arango explica que el trabajo realizado por expertos y usuarios de 14 países puede servir de hoja de ruta

"El Plan de Salud Mental debe mirar al consenso internacional"
Celso Arango, presidente de la SEP.


29 ago. 2020 18:30H
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POR MARÍA GARCÍA
La crisis económica de 2008 hizo que los trastornos de salud mental aumentasen un 15 por ciento en España. La pandemia del Covid-19 también está afectando a la economía, pero es que además ha influido tanto a nivel  sanitario como social. Así que todo apunta a que estos problemas. Por ello, expertos a nivel internacional, entre ellos Celso Arango, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP), publicaron un trabajo con propuestas como potenciar la telepsiquiatría, la hospitalización domiciliaria y la atención a grupos vulnerables, como personas sin hogar y menores con trastornos del neurodesarrollo. El psiquiatra considera que son medidas a las que la próxima Estrategia de Salud Mental debe mirar. 

El trabajo, publicado en la revista Lancet Psychiatry, fue desarrollado por un grupo de 24 expertos y usuarios de 14 países que describe los retos a nivel internacional que plantea la pandemia Covid-19 sobre la salud mental.

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"Las propuestas realizadas provienen de un análisis de la nueva situación postCovid a nivel internacional por un grupo amplio, no solo de profesionales de Salud Mental, sino de usuarios, pacientes y familiares. Están representadas todas las principales asociaciones, tanto a nivel europeo como americano. De hecho, una de las conclusiones del estudio es que cualquier cambio tiene que venir consensuado y acordado y mano a mano entre los profesionales y los usuarios.


"Las propuestas realizadas provienen de un análisis de la nueva situación postCovid a nivel internacional"


Explica que esto es algo que en España también se ha atendido a las peticiones de los usuarios a la hora de crear los planes de salud mental. "Aquí es al revés, lo que tienen que estar son las sociedades científicas y más profesionales de la Salud Mental: psiquiatras y psicólogos. Es decir, clínicos que tengan experiencia, y también sociedades científicas. Eso es lo que le falta a esta estrategia [de salud mental]", señala. 

Ahora que aún se está elaborando la nueva estrategia, considera que los responsables deberían tener en cuenta las propuestas del estudio ya que "es un análisis muy exhaustivo a nivel internacional" ."Y qué duda cabe que hay muchísimas cosas que son comunes, desde qué es lo que se tiene que hacer para evitar contagios, hasta que las personas que tienen trastorno mental son un grupo especialmente vulnerable. Y lo son uno, de cara a contagiarse; dos, a que si lo hacen tienen un prediagnóstico; y tres, a sufrir las consecuencias económicas y sociales de la pandemia, ya que son los primeros que van a perder los puestos de trabajo y son los que van a sufrir mayor marginación", relata. 

Es decir, "que es muy evidente que esta crisis va a traer una mayor inequidad y desigualdad y que, como siempre sucede, los que están peor preparados, los que tienen un menor colchón y los que están en una situación muchas veces más crítica, o que han conseguido las cosas con muchísimo más esfuerzo, son los primeros que se caen del carro y los que sufren las peores consecuencias", asegura. 

Diferencias entre los pacientes 


Las desigualdades deben tenerse en cuenta a la hora de atender a estos pacientes. "Está muy bien decir, por ejemplo, "bueno, vamos a ver, vamos a promocionar la telepsiquiatría", pero es que hay gente que no tiene un ordenador en casa. ¿Y tiene algo que ver el confinamiento en una familia de un piso de 200 metros cuadrados, que puede tener incluso hasta jardín y piscina, en otro que vivan 10 personas confinadas en uno de 50? ¿O tiene algo que ver un niño que va a un colegio de educación normalizada que recibe las clases y hace los deberes, a uno que tiene educación especial y no puede hacer absolutamente nada? Las soluciones que se dan siempre son pensando en la mayoría, pero las poblaciones más vulnerables, las que están naturalmente representadas, las personas con trastorno mental, fundamentalmente trastorno mental grave, son las que tienen más que perder", afirma

Con la situación que se ha vivido, y con la incertidumbre que se sigue viviendo, ya están viendo más trastornos de ansiedad, afectivos y del sueño. También el miedo y el no saber qué va a ocurrir aumenta el riesgo de suicidio. Y ven a pacientes que con esquizofrenia o trastorno bipolar han perdido a sus padres por Covid. O a otrors que con trastorno mental grave tienen imposible permanecer o acceder al mercado laboral. Para todos ellos también van estas propuestas. 


"Es posible que desde España se puedan liderar iniciativas como esta"


Porque, con todo, considera que est situación ofrece una oportunidad para repensar la salud mental. "Por ejemplo, en el tema de la hospitalización de patologías crónicas. Tenemos que tender hacia una hospitalización domiciliaria y, en la medida de lo posible, que los pacientes -naturalmente, con apoyo de Enfermería Comunitaria y de profesionales y personal de servicios sociales- estén en sus domicilios en lugar de estar en camas de un hospital general, estén en sus domicilios. Es algo a lo que tenemos que tender. También a abrir más las unidades de hospitalización de Psiquiatría, que son unidades abiertas, no cerradas". 

El estudio también demuestra que "es posible que desde España se puedan liderar iniciativas como esta, que no deja de ser una iniciativa a nivel mundial de buenas prácticas clínicas y de hoja de ruta para el plan estratégico de Salud Mental, gracias a que hay gente que mediante el apoyo del Instituto de Salud Carlos III y de fundaciones financian el que haya personas que puedan dedicar parte de su tiempo a escribir este tipo de estudios. Sin su apoyo, cuando atendemos a pacientes, sería muy complicado". 

Ejemlos de colaboración público-privada


"La pandemia también ha servido para poner en evidencia la solidaridad que hay. Hemos recibido una gran cantidad de apoyo de la industria privada, de ONGs y de fundaciones que se han volcado de ver qué es lo que hacía falta: desde mascarillas transparentes para los sordos, hasta tablets para personas con autismo. La fundación Orange ha ayudado a que las que las personas que iban a fallecer pudiesen despedirse telemática. Hay muchísimos ejemplos de colaboración público-privada que han hecho menos penoso esta pandemia y que han posibilitado o han dado soluciones a problemas que nos han planteado". 

Con todo el trabajo hecho en común,y con el resultado, considera que es importante que las autoridades se fijen en este estudio, realizado en un tiempo récord, para la elaboración de la  próxima Estrategia de Salud Mental que tenga España. Ahora mismo, la SEP no forma parte de ella en el grupo técnico.

"Como presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría mandamos lo que teníamos que mandar, y dijimos que estamos siempre a su disposición y que si en algún momento se planteaban hacer un plan basado en la evidencia y en aspectos técnicos, y no políticos, que no se encontrarían siempre. Ahora, si lo que van a hacer es un plan sin indicadores, un plan sin recomendaciones basadas en las pruebas y en la evidencia y en la literatura científica que no cuenten con una sociedad científica como la nuestra", asegura. El plan lleva años en 'stand by'. 

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