La fiebre es el motivo de consulta más habitual, seguido de la tos, estornudos o dolor al tragar

Los virus respiratorios en niños crecen un 25% al año, sin contar el covid


3 ene. 2022 12:00H
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Los virus respiratorios han aumentado más de un 25 por ciento en niños, sin contar los positivos por Covid-19, frente a los casos detectados en el otoño-invierno de 2020-2021, hace un año. Así lo asegura Pepe Mut, jefe de Pediatría del Hospital de Dénia (Alicante), que explica que se ha detectado un "aumento considerable en las consultas de Pediatría por cuadros virales que no se vieron el otoño pasado".

Con este experto coinciden especialistas de los diferentes centros del grupo Ribera, según ha informado en un comunicado. Para Gonzalo Ros, jefe de Pediatría del Hospital Universitario del Vinalopó, "estamos teniendo los casos habituales de 2018-2019, con una o dos hospitalizaciones por bronquiolitis por VRS por semana desde hace unos dos meses".

Síntomas más comunes en las consultas de Pediatría 


"La fiebre es el motivo de consulta más habitual", añade el médico puericultor del hospital Ribera Polusa, Roberto Díaz, quien explica que el origen suele ser un proceso viral. A la fiebre se suman, según explica, otros síntomas "que pueden hacer sospechar a los padres de una infección respiratoria de las vías altas, como tos, estornudos, dolor al tragar (odinofagia) o de oído (otalgia), acompañados en ocasiones de congestión nasal".

El jefe de Pediatría de Ribera Hospital de Molina, Pío Dólera, explica que los perfiles de pacientes pediátricos más recurrentes son los lactantes de tres a 18 meses por casos de bronquiolitis y los preescolares y escolares con "sintomatología catarral de las vías altas y procesos bronquiales, sobre todo en casos con antecedentes asmáticos, definidos más como asma intrínseco, o bien en menores con cuadros de hiperreactividad bronquial".

Tanto Dólera como los otros dos expertos añaden que también está acudiendo a consulta "un porcentaje elevado de cuadros de gastroenteritis agudas, con un patrón bastante definido de fiebre a 48-72 horas, y que generalmente va asociada a vómitos y deposiciones diarreicas de evolución media de cuatro a seis días", según explica Dólera. Este otoño-invierno la prevalencia con respecto al virus intestinal "ha ido en aumento" con respecto a estas estaciones en otros años "cursando con vómitos, diarrea y dolor abdominal", ha detallado Díaz.

Los profesionales de los diferentes centros sanitarios del grupo Ribera explican que los síntomas que deben guiar a los padres para acudir de manera urgente a un especialista o a las Urgencias del hospital son, en general, un cuadro febril persistente de más de dos o tres días, sin causa aparente, malestar general al bajar la fiebre y dificultad respiratoria o imposibilidad de alimentarse.

Díaz añade aquellos casos en los que la fiebre no cede con el tratamiento habitual, se producen vómitos intensos con deposiciones líquidas (con y sin hilos de sangre), hay una negativa rotunda o imposibilidad de ingesta de líquidos o cuando se detecta apatía o un estado somnoliento en el niño. "Los niños deben de permanecer en su domicilio, sin acudir al centro escolar o guarderías mientras persista la fiebre o exista diagnóstico de un proceso infeccioso o vírico que precise estar aislado, para evitar la propagación". Para Mut, el niño debe estar asintomático en casa al menos 24 horas para evitar contagios.
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