La dermatóloga de HLA Montpellier, María Luisa Zubiri, aporta las claves para la prevención y detección precoz de cáncer

María Luisa Zubiri, dermatóloga de HLA Clínica Montpellier, explica cómo tomar el sol para no padecer cáncer.
María Luisa Zubiri, dermatóloga de HLA Clínica Montpellier.


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En el pasado año 2024, se diagnosticaron en España 7.881 nuevos casos de melanoma cutáneo, lo que representa una incidencia de 15 casos por cada 100.000 personas al año. Esta cifra refleja un incremento anual del 1,1 por ciento en mujeres y del 1,2 por ciento en hombres desde 2003, según los datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y de la Red Española de Registros de Cáncer (Redecan).

El melanoma es el tipo de cáncer de piel más agresivo debido a su alta capacidad de producir metástasis, es decir, de diseminarse rápidamente a otros órganos. Así lo destaca María Luisa Zubiri, dermatóloga de HLA Clínica Montpellier, quien añade que este tumor puede aparecer en cualquier zona de la piel o mucosas y presentarse en distintas formas: desde melanomas congénitos sobre nevus o lunares gigantes, hasta lesiones malignas que surgen de otros lunares preexistentes e incluso en una piel aparentemente sana.

Los melanomas pueden presentarse como lesiones planas o sobreelevadas, de colores variados como marrón, negro, rosado o combinados. Los cambios en el tamaño, color, picor o sangrado de un lunar, o la aparición de una nueva lesión, deben ser considerados como signos de alarma. La autoexploración regular y las revisiones dermatológicas anuales, especialmente en personas con muchos lunares, son fundamentales para una detección precoz.

Por eso la especialista subraya la importancia de la prevención, especialmente en personas con múltiples nevus, piel clara que se quema con facilidad, personas pelirrojas y aquellos con antecedentes familiares que hayan padecido de melanoma. “El bronceado es, en realidad, una respuesta defensiva de la piel frente al sol, donde los melanocitos producen melanina como escudo protector”, señala la profesional. Las personas de piel clara cuentan con menor número de melanocitos, por lo que tienen un riesgo más elevado de desarrollar este tipo de cáncer.

La dermatóloga insiste en que debe evitarse la exposición durante las horas de mayor radiación solar (desde el mediodía hasta las cuatro de la tarde) deben y recomienda aplicar crema fotoprotectora con factor de protección solar (FPS) 30 o 50 para el cuerpo y FPS 50 para la cara. La protección debe aplicarse media hora antes de la exposición solar, repitiendo su aplicación cada dos horas o tras el baño. Además, señala que las barreras físicas como sombreros, camisetas y sombrillas son más efectivas que la crema. “Los niños menores de seis meses no es recomendable que vayan a la playa”, advierte Zubiri y, a partir de esa edad, los niños deben usar siempre fotoprotectores con filtro físico, gorro, camiseta y una buena hidratación”.

Tal y como señala la profesional, está demostrado que una quemadura solar en la infancia puede ser determinante para el desarrollo de un melanoma en la edad adulta. Por eso, la fotoprotección debe iniciarse desde la infancia y mantenerse a lo largo de toda la vida. Además, resalta la necesidad de proteger zonas como el escote, los empeines y el cuero cabelludo, especialmente en personas calvas.


Errores en la protección frente a los rayos del sol


Existen errores que se repiten frecuentemente a la hora de protegernos de los rayos del sol. Entre ellos destaca el uso incorrecto del protector solar, o pensar que al caminar no se recibe radiación solar. La reticencia de los adolescentes a usar fotoprotección, a pesar de que hoy en día existen múltiples formatos como cremas, lociones y sprays, es otro de los errores más frecuentes. Por otro lado, Zubiri insiste en que el bronceado, pese a lo que generalmente se cree “no es un hábito saludable, y que una exposición breve y controlada (como unos 10 minutos al día en brazos y piernas) es suficiente e incluso beneficiosa para la síntesis de vitamina D”.

En lo que respecta a las cabinas de rayos UVA, la dermatóloga es tajante: “Son tan perjudiciales como la exposición solar directa, además de que no tienen ningún beneficio para la salud”. Según la experta, esta radiación daña el ADN celular y acelera el envejecimiento cutáneo, incrementando las arrugas, las manchas y el riesgo de padecer cáncer de piel. Una de las alternativas seguras, podría ser el uso de cremas autobronceadoras.

Por último, Zubiri recuerda que muchas veces son los peluqueros o los propios familiares quienes alertan de lesiones sospechosas, sobre todo en zonas de difícil visualización como el cuero cabelludo. “Aunque el melanoma no es muy frecuente, su diagnóstico precoz es clave, y para ello contamos con herramientas como el dermatoscopio, que nos permite observar las características específicas de cada lesión”, añade.
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