Banderas de la Unión Euroepa.
Los
sistemas sanitarios se enfrentan a un cambio de paradigma. Así, en un contexto de creciente incertidumbre, la
Unión Europea busca reforzar su capacidad de respuesta ante amenazas graves para la salud pública. El
Plan de Unión de prevención, preparación y respuesta a las Crisis Sanitarias, publicado por la Comisión Europea, pretende dar respuesta a este objetivo. Se trata de una “
caja de herramientas integral” destinada a que los gestores puedan prevenir, prepararse y actuar ante emergencias de forma rápida y coordinada. Basado en el enfoque
One Health, este nuevo plan, exigido por el
Reglamento sobre amenazas transfronterizas graves para la salud, aprobado en 2022, propone una visión que integra todos los peligros, todos los sectores y a toda la sociedad. La normativa recoge las lecciones de la pandemia. Por su parte, los Estados miembros deberán
armonizar sus planes nacionales con este marco común, que cubre las cuatro fases del ciclo de gestión de crisis, con el fin de garantizar coherencia en la
seguridad sanitaria europea y fortalecer la resiliencia conjunta frente a
amenazas transfronterizas.
Basándose en las lecciones aprendidas del
Covid-19, el plan de la Unión destaca la importancia de desarrollar
planes nacionales para crisis sanitarias y ayuda a los Estados miembros a elaborarlos en coherencia con los marcos de la UE. En este sentido, describe el marco de gobernanza de la Unión para las crisis sanitarias, que abarca desde las capacidades y los recursos disponibles hasta los mecanismos de apoyo y la vigilancia en todas las fases del ciclo de gestión de crisis. Para ello, se trazan metas y objetivos para las
cuatro fases del ciclo de gestión de crisis.
Prevención y evaluación de crisis sanitarias
En primer lugar, se busca garantizar una
prevención y una preparación sólidas para proteger a la población y salvaguardar la seguridad de la salud pública. Para ello, los Estados miembros estarán obligados a informar sobre la planificación y la implementación de sus planes nacionales. En este marco, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades llevará a cabo las
Evaluaciones de Preparación para Emergencias de Salud Pública (Phepa) para analizar la aplicación de dichos planes y proponer recomendaciones.
Paralelamente, se impulsará el fortalecimiento de los sistemas sanitarios y de su fuerza laboral para que sean más resilientes. La Comisión, con el apoyo de la
HERA, respaldará el desarrollo, la disponibilidad y la distribución de contramedidas médicas como vacunas, diagnósticos y equipamientos. Asimismo, se reservará capacidad de
fabricación de vacunas a través de EU FAB y se garantizará el
suministro de materias primas críticas.
En segundo lugar, en la siguiente fase, se pretende
detectar y
evaluar de manera eficaz las amenazas sanitarias para facilitar una
respuesta rápida y efectiva. La Comisión reforzará los sistemas de vigilancia y detección mediante la integración del
enfoque One Health, el monitoreo de aguas residuales y la vigilancia de vectores. Además, se promoverá el intercambio de información y la interoperabilidad de los datos. Por su parte, las agencias de la UE contribuirán mediante evaluaciones rápidas del riesgo para apoyar una
coordinación basada en evidencia.
Restaurar las comunidades de una crisis sanitaria
Más adelante, en la fase de respuesta a una crisis sanitaria, el objetivo es responder a las amenazas transfronterizas graves de manera coordinada y complementaria. Para ello, los Estados miembros coordinarán sus esfuerzos con la Comisión y las agencias de la UE en el
Comité de Seguridad Sanitaria (CSS). La Comisión, con el apoyo del Consejo de HERA, coordinará las actuaciones relacionadas con las contramedidas médicas. Además, podrá decidir el reconocimiento de una emergencia de salud pública a nivel de la Unión, lo que permite activar algunos recursos adicionales. En caso de declararse una emergencia, se establecerá una
Junta de Crisis Sanitaria (Health Crisis Board) y se activará el
marco de medidas de emergencia.
Por último, una vez superada la emergencia, en la cuarta fase se detallan las guías necesarias para restaurar las comunidades y
prevenir futuras crisis. Para ello será indispensable realizar revisiones en acción y posteriores a la acción, transformar las lecciones aprendidas en reformas políticas, actualizar los marcos legales y mejorar los planes de preparación. Asimismo, se evaluará la
efectividad y el impacto de las políticas de respuesta y recuperación con el apoyo de expertos independientes y auditorías.
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