Redacción Médica entrevista al vocal en la Comisión de Sanidad del PSOE de Galicia, Julio Torrado

"El MIR no es un supermercado donde uno pueda pedir médicos al peso"
Julio Torrado.


19 jul. 2022 12:00H
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POR JESÚS MEDIAVILLA
Hace tan solo unos días el Parlamento gallego ha reclamado convocar una oferta extraordinaria de plazas para incorporar facultativos de medicina interna. Así lo acordaron los tres grupos parlamentarios –PP, PSOE y BNG- a instancias de una iniciativa presentada por el diputado y portavoz sanitario del PSOE, Julio Torrado. Entre otras cosas, también pide agilizar las acciones necesarias para habilitar más volumen de plazas de formación en Galicia, "en acuerdo y diálogo con el personal tutor" y solicitar al Gobierno de España que se amplíe el volumen de plazas MIR para poder ofertar.

En una entrevista con Redacción Médica, el propio Torrado ha analizado la actual situación de los MIR, el déficit de profesionales o el momento que vive la Medicina Interna en Galicia. Además, ha reflexionado sobre cuál es el presente de la Atención Primaria y la Medicina de Familia, y desgranado cuáles son algunas de las claves para apostar por la estabilización de los profesionales sanitarios.

El Parlamento de Galicia ha aprobado en su mayoría la moción presentada por el PSOE para reclamar a la Xunta convocar una oferta extraordinaria de plazas para incorporar facultativos de Medicina Interna. ¿Cuál es la situación de esta especialidad en la comunidad autónoma?

Efectivamente, así ha sido. Hemos intentado aportar nuestra visión a este problema, en colaboración con los profesionales del área y de personas conocedoras del sistema y hemos hecho una propuesta en la que se aprobaron 4 de 5 medidas sin una sola enmienda.

La situación de Medicina Interna es muy complicada en Galicia, como lo está siendo progresivamente en diversos servicios asistenciales. El problema principal es la Primaria, pero otros servicios van replicando la situación. Interna tiene, como todos los jefes de Servicio han manifestado en una carta abierta a la Consellería hace pocas semanas, un déficit de profesionales acumulado en los últimos años. Ha existido una dejación de funciones en la planificación de recursos humanos, que provoca un grave problema de organización de los servicios.

Ahora mismo, la situación es de franca preocupación, por la saturación y la falta de relevo generacional. El presidente de la Sociedad Gallega de Medicina Interna, González Soler, apuntaba recientemente que “la gestión de los recursos humanos por parte de la Consellería en los últimos años ha sido entre pésima y horrorosa”. Poco hay que añadir a eso.


"Más que faltar médicos, han sobrado recortes y precariedad"



¿Cuántas plazas harían falta para suplir el déficit de profesionales?

Depende de la capacidad y la voluntad de organizar. Obviamente, hacen falta plazas, pero no es lo mismo si se quiere concentrar las plazas en los hospitales “grandes” y atender a los comarcales desde allí, que si se quiere dotar a estos comarcales de un servicio que mantenga una cierta continuidad asistencial, que sería lo deseable.

Sería fácil decir que hacen falta 30 o 40 profesionales, pero para ser sensatos lo quendebemos es establecer unos criterios de funcionamiento que no queramos renunciar y, en función de ellos, planificar según el área sanitaria. Hay áreas que no tienen comarcales vinculados y otras que tienen 2. Sus necesidades son distintas. Lo que es cierto es que el volumen de internistas ha descendido, mientras que su trabajo sigue siendo muy elevado por el funcionamiento del hospital. Y las edades medias de los servicios están apremiando la solución.

Desde el Sergas se indica que existen dificultades para encontrar médicos en muchas especialidades. ¿Es verdad que en Galicia faltan médicos?

El Sergas siempre tiende a escudarse en que faltan médicos en cuanto aparecen los problemas de personal. Sea cual sea el debate, el servicio o el problema. Estamos pagando ahora una década de recortes, que algunos aplicaron incluso presumiendo de ello, como en Galicia. Más que faltar médicos, han sobrado recortes y precariedad.

Pondré un ejemplo: en el servicio de Medicina Interna del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) hay 35 profesionales, y ninguno tiene menos de 45 años. Forman 2 MIR al año, lo que dice que en los últimos 15 años ninguno de los 30 MIR que han pasado ha sido “captado” por el sistema para quedarse. ¿Por qué? Porque las condiciones de contratación y la perspectiva laboral es pobre.

La moción fue aprobada por unanimidad, con la única excepción de un punto, rechazado por el PP, que vinculaba la oferta en condiciones estables a los MIR en la citada especialidad durante cuatro años en la misma área sanitaria. ¿Qué otras fórmulas existen para ofrecer estabilidad a los MIR?

La estabilidad es una cuestión de contratación. Pero ojo, eso no es directamente idéntico que decir “salario”, que parece que es el único lenguaje que está estableciendo el gobierno autonómico. Alfonso Rueda ha repetido constantemente, al igual que el conselleiro, que “no es una cuestión de dinero” relacionándolo con los sueldos.

Además de que no se trata de hablar de sueldos como si fuese un mercadeo, la cuestión es que sí es cuestión de recursos, pero para dar estabilidad. Más allá de la nómina, la estabilidad es contratar por largas distancias de tiempo, y no caer en la concatenación de contratos de meses o semanas para terminar ocupando el mismo puesto durante 15 o 18 meses habiendo firmado 10 contratos. Nuestra propuesta es ambiciosa, pero creemos que es válida. Los MIR que terminen (y, como ellos, cualquier especialista que quiera aspirar) deberían poder tener la posibilidad de vincularse al sistema a través de contratos que den cierta perspectiva estable.

Esos contratos, si son de largo plazo, y se les asocia futuras mejoras y buenas condiciones para posibles promociones internas a posteriori, pueden incluso destinarse a que cubran plazas de difícil cobertura como los comarcales durante el inicio. Como ejemplo, si yo termino el MIR y tengo un contrato que me vincula uno o dos años a un hospital comarcal, luego podré escoger irme al hospital “grande” del área en un tercer año. Pero sé que estaré en ese entorno geográfico durante todo ese tiempo. Eso permite planificar ligeramente una vida personal, que es un elemento que no está teniendo en cuenta el gobierno gallego. No vamos a conseguir contratar a nadie a quien no le demos oportunidades vitales cuando se acabe su horario de trabajo y perspectivas laborales más allá de sobrevivir a la agenda de mañana.


"El sistema sanitario debe pivotar en torno a la Primaria como eje resolutivo"



Por otro lado, la moción propone solicitar al gobierno de España que se amplíe el volumen de plazas MIR para poder ofertar. ¿Qué criterios debe seguir esta ampliación en el número de plazas?

Volvamos a los datos. Durante los gobiernos Rajoy Galicia no creció en plazas MIR para Medicina Interna. En 2016, por poner un ejemplo, tenía 11. Hoy tenemos ya 17, y es que también Galicia ha sido beneficiada de las convocatorias récord de MIR que el actual gobierno ha promovido en los últimos años. Eso sí, no se trata de decir que con más plazas MIR está todo solucionado, porque estamos formando profesionales a 4 años vista, y además debemos crecer con sensatez. Lo que propone la moción aprobada, y que confiamos en que se cumpla, es que previamente a eso el sistema gallego debe actuar para que se puedan habilitar plazas de formación. Debe, para eso, gestionar con los posibles tutores las condiciones, que con este escenario de saturación tampoco son fáciles y no se puede asumir que deben hacerlo únicamente por amor al arte.

Es imprescindible tener todo bien gestionado y disponible para que la formación sea de calidad. El MIR no es un supermercado donde uno pueda pedir al peso o sin reflexión, sino un sistema de formación envidiado en todo el mundo. De nada sirve hacer solicitudes en los medios de comunicación si no haces tu trabajo previo. Eso da titulares, pero no resuelve los problemas. Por eso proponemos un trabajo realista y acertado, para poder hacer solicitudes correctamente. Y, entonces, estar disponibles para formar más. Luego habrá que contratarlos, claro, no vaya a ser que creamos que con formar es suficiente si luego no se quedan.

Permítame otro dato relevante: el propio conselleiro de Sanidade ha tenido que reconocer ante datos que nosotros hemos presentado en el Pleno del Parlamento, hace pocas sesiones, que durante la década pasada Galicia dejó de formar a casi un 20 por ciento de los MIR de Familia que podía. Un acumulado de 151 plazas que se renunciaron. ¿Por qué? ¿Nadie pensó que serían de utilidad hoy? Cuando veo a Rueda o a Feijoo pedir un MIR extraordinario de Primaria en Galicia después de renunciar a 151 plazas, siempre pienso: “ahí estaba y se dejó pasar”. El relato de la confrontación parece ser más importante que un análisis sensato.

Como se ha visto este año, se corre el riesgo de que muchas de ellas queden desiertas, como ha sucedido en Medicina de Familia. ¿Habría que repensar la Medicina de Familia para hacerla más atractiva? ¿En qué sentido?

No han quedado todas desiertas, sino solamente algunas en algunos territorios, y no han sido mayoría. Esto es importante porque permite evaluar cuáles y por qué. Ha habido vacantes, sí, y nosotros hemos sido los primeros en exigir a la Xunta de Galicia que reflexione porque se le han quedado plazas sin que nadie las solicite y por qué cree que la solución es pedir más plazas MIR para familia si no ha cubierto ni siquiera las de este año. Hay un problema de atractivo de la Medicina de Familia, sin duda, y también un problema de condiciones laborales.

Los jóvenes titulados comprueban cómo está el sistema y llegan a retraerse y evitar la jungla a la que se pueden someter en algunas plazas. Galicia tiene un problema con la Medicina de Familia y no es capaz de atraer nuevos profesionales. La Consellería debe entender que está pegándose contra un muro, aunque quizá lo sabe, pero está más en el debate del relato político contra el gobierno del Estado que en la búsqueda de soluciones.

Durante años, el médico de Familia ha sido ciertamente minusvalorado en el sistema, de manera totalmente injusta. Sigo insistiendo en Galicia y recuerdo que hasta hace apenas pocos meses prácticamente no tenían posibilidad de solicitar pruebas diagnósticas si no era casi que pidiendo permiso para ello. En muchos casos tienen agendas de 50 citas diarias, y en la pandemia se han visto abandonados por una Consellería que no los coloca en el eje del sistema a pesar de haber sido claves.

Debemos ampliar equipos en Primaria, abrir el abanico de categorías profesionales a incorporar en el sistema y hacer los equipos verdaderamente multidisciplinares. Además, debemos descentralizar capacidad de gestión y que existan liderazgos más pegados al terreno. Así daremos a la Primaria una relevancia mayor, y no la convertiremos en una “especialidad de segunda” como se ha podido percibir durante muchos años en que se ha primado y concentrado la inversión y la atención en lo hospitalario. El sistema sanitario debe pivotar en torno a la Primaria como eje resolutivo, y eso desahogará los hospitales, permitiendo alcanzar un sistema que dé espacio a sus profesionales para desarrollar todas sus potencialidades.


"La estabilidad en sanidad es una cuestión de contratación"



Asimismo, ¿qué soluciones propone el PSOE de Galicia para intentar hacer más atractivas plazas de difícil cobertura o del ámbito rural?

Hablábamos antes sobre esto, y la necesidad de discriminar positivamente ciertas plazas. Nosotros apostamos por una continuidad asistencial real en todos los ámbitos. Desde hace muchos años, cuando la reforma de la ley sanitaria de Galicia que hizo el PP eliminó la condición de área sanitaria a todo territorio que no estuviera vinculado a un hospital “grande”, apostamos por un catálogo de servicios básicos, pensado para los hospitales comarcales.

Estos servicios, los de mayor uso y relevancia, deben cubrirse con personal vinculado al propio hospital. Para ello creemos en los contratos estables que vinculen temporalmente al personal a estos centros. Advertimos que aquella reforma, al vincular a todos los profesionales a los hospitales de las grandes ciudades, dificultaría enormemente la cobertura de los comarcales. Y aquí estamos, lamentando haber acertado.

Un contrato estable, que mantenga un tiempo al profesional, con posteriores beneficios en promoción interna, con bonificaciones salariales, mejores condiciones laborales y con perspectiva a medio y largo plazo, vincula al profesional con el sistema y al sistema con el profesional. Y eso redunda en mejor atención, que es el fin último. Desde hace largo tiempo así se cubren este tipo de plazas en cuerpos como la educación o la policía. Ese modelo, si respeta al profesional, funciona. Pero hay que tener la voluntad para querer hacer y la decisión de afrontarlo. Y no parece haber ninguna de las dos por ahora.
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