María Blasco recuerda que la inversión en ciencia "ni siquiera está en los niveles anteriores a 2010"

El Covid-19 ha retrasado programas de ensayos clínicos sobre cáncer
María Blasco, directora del CNIO.


30 sept. 2020 18:30H
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Científicos reunidos en el encuentro 'Una nueva era para la investigación del cáncer: hacia la implicación de toda la sociedad', organizado por el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), han pedido aumentar los recursos para la investigación del cáncer y agilizar los procesos para que los resultados de las investigaciones lleguen antes al paciente.
 
"La inversión en ciencia, aunque haya aumentado tímidamente en los últimos presupuestos, ni siquiera está en los niveles anteriores a 2010, antes de que empezara a notarse la crisis económica. Los recortes en ciencia han destruido mucha ciencia y mucha capacidad de atraer talento", ha afirmado en el encuentro la directora del CNIO y jefa del Grupo de Telómeros y Telomerasa del Centro, Maria Blasco.


"Invertimos poquísimo en la investigación del cáncer respecto a los países de nuestro entorno"


Asimismo, el jefe de la Unidad de Investigación Clínica de Cáncer de Pulmón H12O-CNIO y jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario 12 de Octubre, Luis Paz-Ares, ha señalado que la sociedad tiene que levantarse contra esta situación, avisando de que hay que estar vigilantes con las promesas que se hacen desde la política.
 
"Invertimos poquísimo en la investigación del cáncer respecto a los países de nuestro entorno, menos de la mitad que Francia y menos de la tercera parte que Alemania. El cáncer es un problema de salud pública de primer orden que afecta a muchas familias", ha apostillado el oncólogo. 

El otro aspecto destacado durante el encuentro ha sido la necesidad de "acelerar los procesos". Así, a juicio de Blasco, es "fundamental" que no pase tanto tiempo entre el descubrimiento básico y el fármaco. "Este es nuestro reto más inmediato porque la investigación siempre va por delante de los tratamientos", ha destacado.
 
Además, con la pandemia del Covid-19, la situación se ha agravado, puesto que, tal y como ha detallado Paz-Ares se han retrasado los programas de ensayos clínicos y se han reducido a la mitad los diagnósticos de cáncer en numerosos países. En este sentido, la directora del CNIO ha destacado "la fragilidad de la civilización humana".

La importancia de incidir sobre la metástasis


Asimismo, Blasco ha recordado la importancia de incidir en la investigación sobre la metástasis y la necesidad de agilizar la transferencia de los resultados de las investigaciones básicas a los resultados clínicos y, por tanto, a los pacientes.

Por otro lado, el profesor titular del Departamento de Fisiología, Genética y Microbiología de la Universidad de Alicante, considerado el padre de la técnica de edición genética Crispr, Francis Mojica, ha impartido la conferencia magistral 'Resolviendo enigmas, combatiendo dolencias, deleitándonos con Crispr'.

En concreto, el experto ha expuesto cómo puede ayudar la edición de genes a tratar el cáncer de distintas maneras. "Una de ellas, tremendamente útil, es la identificación de dianas terapéuticas. Una de las ventajas de Crispr es que permite hacer cribados de todo el genoma. Hay 20.000 genes que codifican proteínas. Se hacen estudios en los que se modifican todos los genes de ese genoma para ver qué pasa y así averiguar qué genes están relacionados, por ejemplo, con el desarrollo de la leucemia o con 30 tipos de cáncer distintos. Y también podemos ver cuál es el efecto de eliminar la función de esos genes", ha argumentado.

Al tratarse de una enfermedad genética, el cáncer es una de las dolencias cuyo estudio más se beneficia de esta tecnología. "Sus mejoras continuas garantizarán una investigación oncológica cada vez más sofisticada, y abren la vía a futuras terapias de medicina de precisión que se dirijan específicamente contra las células tumorales", ha asegurado el profesor.

Otra utilidad de Crispr es que posibilita generar modelos de experimentación, modelos animales. "Se implantan en gusanos o ratones células modificadas con Crispr, para ver la evolución de un cáncer y buscar sus puntos débiles", ha expuesto Mojica, para apostillar que con Crispr se ha conseguido curar un tumor inyectándole las herramientas de estas técnicas. "Con una variante que se llama Crispra se activa la expresión de varios genes para eliminar un tumor", ha añadido Mojica.

Durante su conferencia ha explicado, además, cómo estas herramientas facilitan el estudio de los seres vivos de una manera impensable en la era pre-Crispr, posibilitando además dar respuesta a cuestiones y resolver problemas previamente inabordables.

Las numerosas aplicaciones del Crispr


Respecto a las aplicaciones de Crispr, el profesor Mojica ha abordado también su uso, por ejemplo, en las plantas para, entre otras cosas, aumentar su capacidad para mejorar los fármacos contra el cáncer que se producen con ellas o para evitar el uso de componentes tóxicos en ellas que pueden tener relación con adquisición del cáncer.


"Ahora en España la supervivencia a cinco años de un paciente diagnosticado con cáncer supera el 55%"


También son útiles estas técnicas enfocadas a la prevención, por ejemplo, consiguiendo que algunas plantas tengan muy bajo nivel de nicotina. En cualquier caso, según Mojica, la técnica Crispr es "mejorable". "Queda aún mucho espacio para mejorar la eficacia y robustez de estos sistemas y, en consecuencia, su seguridad", ha aseverado.

En encuentro, la presidenta de la Asociación Rosae de pacientes de cáncer de mama, María Luisa Villafranca, ha resumido la importancia de este tema en la frase: "La investigación es vida". "Desde que me diagnosticaron el cáncer de mama hace 20 años hasta ahora, los tratamientos han evolucionado muchísimo, ahora son más personalizados, adaptados a cada tumor. Y este avance hay que seguir apoyándolo. No debería hacer falta que llegara una pandemia mundial para que nos demos cuenta de lo importante que es la investigación", ha detallado.
 
Y, precisamente sobre este avance, Luis Paz-Ares ha querido resaltar un dato que ilustra lo que aporta el trabajo que hacen estos científicos. "La supervivencia a los cinco años de un paciente diagnosticado de cáncer estaba hace unos años en el rango del 30 por ciento. Ahora, en nuestro país, supera el 55 por ciento. Y esto es gracias a muchos avances y a la capacidad que se ha tenido de traducirlos en métodos diagnósticos", ha zanjado.
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