La corteza entorrinal, la parte del cerebro estudiada por el equipo de investigación

Un tipo de proteínas, responsables de la muerte neuronal y el alzhéimer
El estudio ha sido llevado a cabo por un equipo dirigido por Verónica Astillero/ Gabinete de comunicación UCLM


15 feb. 2022 18:00H
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Un equipo de investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) en Ciudad Real ha logrado identificar unas proteínas responsables de la muerte neuronal y la inflamación que va ligada a la enfermedad degenerativa del alzhéimer. Este descubrimiento podría llegar a iniciar un nuevo camino a futuras terapias que sirvan para entender desde otro punto de vista la enfermedad, que en nuestro país afecta a unas ochocientas mil personas.

El trabajo ha sido realizado por el grupo de Neuroplasticidad y Neurodegeneración y publicado en el portal Alzheirme’s & Dementia. El estudio se inicia a partir de los primeros síntomas clínicos del alzhéimer y la pérdida de memoria y la demencia, que se generan cuando desde fases iniciales la enfermedad afecta a una parte en particular del cerebro, conocioda como la corteza entorrinal. Localizada en el lóbulo temporal medio, la corteza entorrinal permite el acceso a la generación de nuevos recuerdos y hace posible que podamos evocarlos. “Cuando los depósitos de proteínas patológicas se acumulan, las células de microglía (los policías y basureros del cerebro) y los astrocitos (los mayordomos de las neuronas) no pueden cumplir su misión y las neuronas mueren”, explica la investigadora de la UCLM Verónica Astillero López, autora principal de la publicación que sustenta este descubrimiento.

Comparación de cerebros con alzhéimer y sin la enfermedad


Los investigadores que han formado parte de la investigación han analizado qué sucede en la corteza entorrinal de los cerebros afectados por alzhéimer, comparándolos con otros sin la enfermedad. Después de valorar el volumen de las distintas capas de esa área del cerebro y contar las neuronas, las células de microglía y los astrocitos, los científicos corroboraron que el volumen cerebral había disminuido y que gran número de neuronas morían en todas y cada una de las capas de esta región, coincidiendo en alguna de ellas con la pérdida de microglía.

Con los resultados de un análisis bioinformático, pudieron asegurar que tanto las proteínas que estaban aumentadas (S100A6, PPP1R1B, BAG3 y PRDX6), como las disminuidas (GSK3B, SYN1, DLG4 y RAB3A) en la enfermedad están relacionadas con las conexiones entre neuronas (conocidas como sinapsis), la inflamación y la oxidación de las células. Astillero afirma que “estas proteínas parecen desempeñar un papel fundamental en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer y son potenciales biomarcadores a analizar en las etapas tempranas”. Estos resultados permiten entender el papel que juegan los distintos tipos celulares y la alteración de las proteínas en los procesos de la enfermedad, imprescindibles y necesarios para desarrollar nuevas terapias.

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