Los pacientes sufren déficit de atención, memoria y cambios importantes de carácter

Navarra implanta la telerrehabilitación para tratar la pérdida cognitiva
Imagen de una sesión de telerrehabilitación.


1 dic. 2019 18:30H
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Desde octubre de 2018 el Programa de Neuropsicología y Neuropsiquiatría del Servicio de Psiquiatría del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN), en colaboración con el Servicio de Rehabilitación (terapia ocupacional y logopedia), está trabajando en la elaboración de programas de telerrehabilitación cognitiva y funcional en la Clínica Ubarmin. En concreto, diseñan programas de teleneurorrehabilitación mediante la aplicación de las nuevas tecnologías.

En su primer año de funcionamiento, un total de 53 pacientes adultos han participado en este tratamiento (42 de ellos en domicilio). Y respecto de la población infantojuvenil, actualmente 10 niños realizan el programa de rehabilitación cognitiva intensiva con apoyo de telerrehabilitación, ha informado el Gobierno de Navarra en un comunicado.

En concreto, estudios epidemiológicos realizados en España señalan que el 27 por ciento de los casos de DCA en población adulta es debido a ictus y hasta un 63 por ciento obedece a otras causas, sufren secuelas de tipo cognitivo, como déficits de atención, memoria y en la planificación para las actividades de la vida cotidiana, así como cambios importantes de carácter. Hasta el 90 por ciento de estas personas presenta alguna discapacidad para realizar las actividades de la vida diaria.


Un gran impacto


El DCA supone un gran impacto para los pacientes y sus familiares de tal forma que, según el estudio llevado a cabo por la neuropsicóloga Pilar Luna, en Navarra tan solo uno de cada cinco afectados pudieron volver a trabajar tras un año de la lesión cerebral y únicamente uno de cada tres lo lograron a los dos años del DCA.

"La repercusión funcional tan grave que generan los DCAs pone en evidencia la importancia de realizar un trabajo de neurorrehabilitación y psicoestimulación precoz en todos los pacientes. En la población adulta facilitará la reducción del impacto negativo sobre la funcionalidad de los pacientes. En la población infantojuvenil el objetivo será la reducción del déficit en el desarrollo cognitivo y de la motricidad así como implementar una mejora en la calidad de vida de los pacientes y de sus familiares”, ha explicado el Ejecutivo. 
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