La entrada de Sebatián Baldi al Hospital de León ha posibilitado la implantación del código ictus en la provincia

"No todos los pacientes de ictus pueden acceder a la trombectomía mecánica"
El equipo de Radiología Intervencionista de León, del que Baldi forma parte.


12 sept. 2018 12:40H
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POR MARCOS DOMÍNGUEZ
El radiólogo intervencionista Sebastián Baldi se incorporó al Complejo Asistencial Universitario de León en 2017 para implantar de esta forma el código ictus en una provincia que, hasta ese momento, solo podía tratar estas emergencias en un horario limitado.

“Desde que llegué al hospital el año pasado, ofrecemos un servicio 24 horas los 365 días del año en el tratamiento del ictus. Estamos siempre listos para intervenir ante un paciente que tiene un ictus isquémico”, comenta a Redacción Médica.

Los números son claros: “Llevamos tratados 42 ictus desde enero, cuando antes se hacían 10 al año. A finales de 2018 vamos a estar en alrededor de 60 ictus, y quizá el año que viene en lugar de 60 serán 100”.


Trombectomía mecánica, intervención eficaz


Baldi explica que la implantación de la trombectomía mecánica, una intervención más eficaz que el tradicional tratamiento endovascular con medicamentos, necesita, además de médicos y enfermeros entrenados, de recursos tecnológicos, y por tanto es más difícil de proveer.


"No todos los habitantes de España tienen la posibilidad de ser atendidos en el tiempo que requieren"


Antes de la implantación de la trombectomía mecánica y el código ictus en su hospital, solo estaba el centro de referencia de Valladolid para poder intervenir con velocidad en las cruciales primeras horas tras el ictus.


Acceso al tratamiento del ictus


No obstante, la implantación del código ictus no es garantía suficiente para una intervención rápida y eficaz. “En Cataluña, en la región metropolitana sí tienen asegurados centros que pueden realizar trombectomía mecánica, pero en la Cataluña profunda, que es inmensa, no".

Y continúa: “No todos los habitantes de España tienen la misma posibilidad de ser atendidos en el centro de referencia en el tiempo que requieren. No todos los pacientes tienen asegurado el acceso a este tipo de tratamientos”.

Comenta un ejemplo: en su propia comunidad hay regiones, como el Bierzo, desde las que se tarda unas tres horas en llegar a su hospital en una ambulancia. El uso de helicóptero posibilitaría una mayor rapidez, aunque de momento no está disponible. “Es una falta de infraestructuras y recursos que escapa a nosotros como profesionales sanitarios”.

Baldi lamenta que no haya una estrategia nacional de abordaje del ictus como sí la hay, por ejemplo, de “infarto de corazón”. “Todavía faltan recursos; muchos de nosotros lo hacemos por pasión [especializarse en intervención temprana del ictus], pero muchas veces no nos acompañan las políticas de Estado”.
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