El especialista en Cirugía Torácica David Gómez de Antonio alerta sobre esta tendencia negativa

Sin donantes suficientes para "la incesante demanda de pulmones"
David Gómez de Antonio, en pleno trasplante de pulmón.


10 oct. 2016 11:50H
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POR REDACCIÓN
España se ha alzado con el primer puesto en el número de trasplantes en 2015, según la publicación Newsletter Transplant 2016 que gestiona la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). En ella se señala que en nuestro país se realizaron 4.769 trasplantes durante el año pasado y se contabilizaron 1.851 donantes, con una tasa de donantes por millón de población de 40,2.

Sin embargo, según David Gómez de Antonio, especialista de Cirugía Torácica del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid) y miembro de la Sociedad Madrileña de Neumología y Cirugía Torácica (Neumomadrid), “hay escasez de donantes para la incesante demanda de candidatos para recibir un trasplante pulmonar”.

Como explica Gómez, “lo que antaño se conocía como donante ideal, ya prácticamente no se da: pacientes jóvenes, con pocas horas de ventilación mecánica, no fumadores y sin datos de afectación pulmonar ni de enfermedades infecciosas u oncológicas transmisibles”.

Esto se debe a la reducción de la mortalidad relevante para la donación de órganos (mortalidad por tráfico y por enfermedad cerebrovascular), unida a cambios en la atención al paciente crítico en general y neurocrítico en particular, lo que, según la ONT, está determinando un descenso progresivo en la potencialidad de donación en muerte encefálica en nuestro país.

Nuevas fuentes de donantes

Así, el especialista de Neumomadrid afirma que “existe un déficit manifiesto de órganos para la cantidad de pacientes que hay en lista de espera”, por lo que considera “muy importante” apoyar todas las iniciativas y proyectos encaminados a la optimización en la utilización de órganos para trasplantes y la búsqueda de nuevas fuentes de donantes, como la donación en asistolia.

La donación en asistolia es una alternativa a la donación de órganos de personas en muerte encefálica y una estrategia imprescindible a la hora de asegurar la disponibilidad de órganos  para trasplante. Consiste en la donación de órganos y tejidos que proceden de una persona  a la que se le diagnostica la muerte tras la confirmación del cese irreversible de las funciones  cardiorrespiratorias (ausencia de latido cardiaco y de respiración espontánea durante más de cinco minutos).

Gómez de Antonio ha recordado que los pacientes respiratorios candidatos a recibir un trasplante pulmonar son “aquellos que estén en la fase terminal de una enfermedad respiratoria, sin ninguna otra alternativa terapéutica, y que, por lo demás, no presenten déficit de función de ningún otro órgano y se encuentren en condiciones de poder tolerar la intervención quirúrgica y el postoperatorio inmediato”.

Actualmente, si una persona quiere convertirse en donante, debe acudir a la web de la ONT y registrarse como tal, sin perjuicio de que su familia conozca su deseo en caso de fallecimiento. 
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