La institución ve una relación entre los no fumadores y una futura adicción con el uso de estos dispositivos

Separ, sobre el cigarro electrónico: el remedio es peor que la enfermedad
SEPAR argumenta que los cigarrillos electrónicos tienen unas sustancias químicas que no están presentes en los cigarros de tabaco.


22 may. 2017 14:40H
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Con motivo del Día Mundial Sin Tabaco que se celebra el próximo 31 de mayo, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) insiste en la necesidad de una investigación de alta calidad en relación de los cigarrillos electrónicos.

De hecho, en 2014 publicaron la ‘Declaración oficial sobre la eficacia, seguridad y regulación de los cigarrillos electrónicos’ en la revista Archivos de Bronconeumología, donde ya hacía una llamada a la comunidad científica nacional e internacional a poner en marcha estudios clínicos amplios y cualificados sobre este tema.

Para la institución que es peor el remedio que la enfermedad. Así, en los esfuerzos por controlar el tabaco coexiste un riesgo potencial de los cigarrillos electrónicos para proporcionar una puerta de entrada a la adicción a la nicotina o el uso de productos de tabaco. Este temor se fundamenta en los reclamos de dichos productos con sabores para niños y adolescentes ya que se han encontrado informes que asocian el uso de los cigarrillos electrónicos en los no fumadores y el futuro tabaquismo.

En ese sentido, Separ reitera que actualmente no hay pruebas suficientes para demostrar que los cigarrillos electrónicos son eficaces para ayudar a las personas a dejar de fumar. En palabras de De Granda, “no deberíamos hablar de productos más o menos tóxicos para la salud, sino de productos tóxicos para la salud. Desde el ámbito sanitario no nos parece un producto adecuado para su uso, ya que perjudica la salud y produce enfermedades. No es inocuo, es algo tóxico. Aconsejamos a los fumadores que quieren dejar su adicción que pidan una visita con su médico porque es quién les puede aconsejar sobre cómo hacerlo”.

Exposición a toxinas

Si bien no existe un informe concluyente, la organización considera que sí hay resultados que se replican en una serie de estudios que da una idea de sus daños potenciales. Los cigarrillos electrónicos no están libres de riesgo y pueden exponer a los usuarios a sustancias químicas y toxinas a niveles que puedan causar efectos en la salud y que no están presentes, por ejemplo, en el humo de los cigarros de tabaco.

Estos incluyen disolventes que pueden formar compuestos tóxicos o cancerígenos cuando se vaporizan: “Aunque estos se encuentran en concentraciones más bajas que en los cigarrillos de tabaco, los estudios han encontrado que a las dosis en los que se encuentran en los cigarrillos electrónicos son perjudiciales para la salud y algunos son cancerígenos”.

Crecimiento en España

Según datos oficiales, en España existen 350.000 consumidores de este tipo de dispositivos que surgió en China en 2003 y va en creciente aumento. Un dato que ha aprovechado Separ para exigir a las autoridades sanitarias españolas la regulación los cigarrillos electrónicos y sus accesorios como una medicación: “De esta forma se controlaría el consumo indiscriminado del mismo que está ocurriendo en el momento actual, con el consiguiente peligro no solo para la salud pública, sino para que también los jóvenes se inicien en el tabaco a través de él”.
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