Su ingesta en ese momento reduce un 31% el riesgo de la patología del menor

Las madres que toman omega 3 en el embarazo protegen del asma a su bebé
El asma infantil se previene incluso antes del nacimiento, según demuestra un nuevo estudio.


2 ene. 2017 16:00H
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POR REDACCIÓN
El asma y las enfermedades que cursan con dificultad respiratoria en la infancia se previenen con una dieta rica en ácidos grasos omega 3 durante el embarazo, según descubre una investigación con mujeres danesas publicada en The New England Journal of Medicine.

En concreto, se analizó la sangre de 695 féminas en la semana 24ª de su embarazo, y una semana después del parto, para cuantificar la presencia de ácido eicosapentaenoico (abreviado EPA) y docosahexaenoico (DHA) –ambos considerados ácidos grasos omega 3 de cadena larga–.

Acto seguido, se hizo un seguimiento de la salud del recién nacido hasta los cinco años de edad, momento en que los síntomas del asma se estabilizan en la práctica clínica.

El estudio reveló que las mujeres a las que se prescribió 2,4 gramos de ácido graso omega 3 de cadena larga, durante el tercer trimestre de gestación, bajaron un 31 por ciento el riesgo de que sus hijos padecieran asma.

Otra de las características del trabajo estriba en el método para medir la concentración en sangre de EPA y DHA en mujeres embarazadas: técnicas analíticas desarrolladas ex profeso en la Universidad de Waterloo, uno de los pocos laboratorios del mundo preparados para llevarlas a cabo.

De acuerdo con uno de sus trabajadores, el especialista Ken Stark, la medida de estas variables aporta información muy precisa acerca del estado nutricional de la gestante. “Nuestros laboratorios están equipados para hacer una medición rápida, coste-eficiente y extremadamente precisa de los ácidos grasos”, ha recalcado.

Si existe déficiti de la sustancia, el efecto preventivo se multiplica

El test utilizado para ello en el estudio revela, entre otras cosas, que son las mujeres embarazadas con déficit de ácido graso omega 3 las que más se benefician al recibir este suplemento a la hora de que sus descendientes tengan menor riesgo de padecer asma. De hecho, en estas mujeres, se vio una reducción del 54 por ciento del riesgo de sus hijos de desarrollar enfermedad asmática.

“La proporción de mujeres con bajos niveles de EPA y de DHA en sangre es más elevada en Canadá y en Estados Unidos en comparación con Dinamarca” –ha dado a conocer Stark–, razón de que los autores del estudio confíen en que, de realizarse una investigación similar en estos dos países, los resultados sean todavía más concluyentes.
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