La aprobación y financiación de estos medicamentos marcan la aplicación de la actualización de la guía GEMA 5.2

La llegada de fármacos biológicos revoluciona la práctica clínica en asma
Marina Blanco.


8 jul. 2022 10:50H
SE LEE EN 5 minutos
POR IVÁN FERNÁNDEZ
Los fármacos biológicos, que han supuesto una revolución en el tratamiento del asma, han protagonizado los cambios asistenciales más relevantes de entre todos los recogidos en la actualización de la guía de práctica clínica GEMA 5.2. Un documento elaborado por 17 sociedades científicas de España, Portugal y Latinoamérica, que trabajan conjuntamente para mejorar el control y calidad de vida de las personas con asma mediante el incremento de la formación técnica de los profesionales sanitarios.

“El asma es una enfermedad de mucha actualidad y que suscita mucho interés en la investigación. En este último año sí que se han incorporado varias cosas que tienen implicaciones en el manejo de los pacientes”, detalla Marina Blanco, neumóloga y participante en el desarrollo de la guía en representación de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ). 

La que fuera coordinadora del Área de Asma de Separ hasta junio de 2022 resalta varias novedades y todas ellas giran en torno a la aprobación “tardía” de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) de fármacos biológicos que ya habían demostrado su evidencia científica y obtenido la aprobación por las agencias reguladoras americana (FDA) y europea (EMA). 

“En el asma existen ya cinco fármacos biológicos y hay otros que vienen de camino. Desde que se ve que son útiles hasta que se aprueban y se financian pasa mucho tiempo. Tenemos fama de que nuestra burocracia es tediosa o larga, es muy frecuente que la EMA apruebe antes los fármacos y mucho antes la FDA. Siempre vamos un poco por detrás, pero aun así estamos a la misma altura que cualquier país desarrollado. Además, cuando se aprueba solemos poner menos reticencias en el cumplimiento de los requisitos”, detalla la neumóloga.

Mayor efectividad terapéutica en pacientes graves


Tras dos meses desde la publicación de la nueva versión y tras ver el alcance de la misma, para Blanco la principal novedad de GEMA se da en el “tratamiento de base” de todos los pacientes asmáticos. “Se ha incluido la utilización de un fármaco antinflamatorio inhalado asociado a broncodilatadores de larga acción (12 o 24 horas de acción)”, explica la neumóloga en referencia a la combinación de indacaterol y mometasona.

“Esta combinación es un glucocortinahalado al que se le han incorporado nuevas moléculas más potentes. Esta ya comercializado y disponible para prescribir a los pacientes”, explica Blanco, quien, además, detalla que se aplica a través de dos dispositivos: cartuchos presurizados o de polvo seco. “Estos últimos tienen la recomendación de ser usados siempre que sea posible, ya que tiene menos efectos medioambiental”, asegura la especialista.

Un aumento de la potencia que mejora la efectividad de los tratamientos en los pacientes más graves. “Actualmente, se puede lograr el control en un mayor número de pacientes que hasta ahora no se podía, especialmente en los más complejos. El objetivo es tratar la inflamación bronquial, si hay otro fármaco que lo logra mejor hay que utilizarlo”, reivindica Blanco.

Un fármaco biológico con doble indicación


Otras de las novedades más trascendentales de la guía de práctica clínica atañe al grupo de pacientes que presenta un fenotipo de asma grave y a los que se les suelen asociar pólipos en la nariz, los cuales suelen tener el mismo tipo de inflamación.

“Estos suelen generar unos síntomas muy molestos para los pacientes y este año se han aprobado tres fármacos biológicos que su usaban en el asma para tratar la rinosinusitis crónica con poliposis nasal (RSCcPN. De este modo, con un mismo medicamento se actúa sobre dos enfermedades que limitan mucho la calidad de vida de los pacientes”, detalla la excoordinadora del Área de Asma de Separ.

Un método seguro para retirar los corticoides orales


Según explica Blanco, antes de la llegada de los fármacos biológicos solo había corticoides orales sistémicos en pastillas: “Estos producen muchos efectos secundarios, cuando no había más remedio teníamos que darlos y pagar un precio muy alto en otras enfermedades como diabetes o presión arterial. Ahora hay un porcentaje muy importante de pacientes a los que se le puedes retira”.

Ante esto, los expertos han incluido un protocolo para monitorizar los efectos secundarios y con el que el médico puede saber cada cuanto tiempo hay que hacer revisiones a los pacientes. Además, junto a este protocolo se ha añadido un esquema de retirada de los corticoides.

“Uno de los grandes logros de los fármacos biológicos es que se pueden retirar los corticoides orales. Sin embargo, esto no se puede hacer de golpe porque en ocasiones llevan años. Por ello, hemos incluido un esquema de desescalada para una retirada segura”, explica Blanco.

La última gran novedad, según destaca la neumóloga, es la indicación de mepolizumab en el tratamiento de la granulomatosis eosinofílica con poliangeítis (GEPA) y del síndrome hipereosinofílico idiopático (SHE). “Este fármaco biológico está demostrado científicamente que es válido para ambas entidades. Son enfermedades que se asocian a asma grave”.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.