Carlos Egea, coordinador del Año de los Trastornos Respiratorios del Sueño de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ)
La
apnea del sueño y su gravedad está vinculada al cáncer. Esto se debe a los fenómenos de bajada de oxígeno, conocidos como desoxigenación y reoxigenación, los cuales, tienen una consecuencia directa en la generación de
desórdenes del perfil tumoral". En principio, tal y como explican desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), la mayor relación estudiada de la apnea es con el melanoma, aunque "en términos generales se puede aplicar a todos los tipos de cáncer". Aparte, este trastorno del sueño está vinculado con los problemas cerebrocardiovasculares como "el ictus, la cardiopatía isquémcia, infarto y angina" e incluso con "trastornos inmunológicos".
El diagnóstico de la
apnea del sueño es diferente en hombres y mujeres. Pese a que los síntomas están siempre relacionados con el sueño y el cansancio, no se manifiestan de la misma forma y muchas veces pasan inadvertidos, sobre todo en mujeres. Así, Carlos Egea, neumólogo y coordinador del Año Separ de los Trastornos Respiratorios del Sueño ha detallado en
Redacción Médica cómo reconocer los signos de este trastorno, revelando que las mujeres acuden mucho menos a consulta porque
estos síntomas se pasan por alto y se asocian a otros aspectos como el estrés o la menopausia.
Los síntomas más comunes son la somnolencia (en un 47 por ciento), el cansancio o trastornos depresivos (14 por ciento) y otro tipo de problemas, por ejemplo cardiovasculares (un 12 por ciento), pero no se presentan igual en hombres y en mujeres. Para entender esto, primero hay tener en cuenta ciertas
consideraciones anatómicas. En este caso, "las chicas tienen la vía aérea más pequeña y, como es la zona por donde respiramos, eso ya hace que lo que ocurre sea diferente respecto a los hombres, porque la apnea no es más que episodios repetidos de colapso, de pérdida de la circunferencia de la vía aérea con cierre completa o incompleta", explica Egea.
Menor incidencia, mayor gravedad
Aunque no solo es cuestión de anatomía, sino de "cómo se vive" la apnea. Con esto, el facultativo se refiere a
la presentación clínica de este trastorno del sueño, ya que hombres y mujeres presentan síntomas totalmente diferentes que influyen en el diagnóstico. Por ejemplo, en hombres la apnea está asociada a "tener somnolencia durante el día", llegándose a dormir conduciendo o trabajando, y a "padecer
obesidad". Mientras, las mujeres "ven más afectado su estado de ánimo y sufren insomnio".
Incluso el índice de apnea cambia según el género, ya que "a partir de los 30 años el trastorno es más severo". Sin embargo,
la incidencia en mujeres es menor, aunque con mucho "más impacto", incluyendo "bastante despertares" durante al noche. El problema está en que las mujeres que tienen una apnea moderada, que son un 27 por ciento, no presentan síntomas.
A esto se suma que, a la mediana edad o con la menopausia, la forma de presentación de este trastorno "sigue siendo el
insomnio o la fragmentación del sueño". De hecho, con la menopausia, un 20 por ciento de mujeres que no sufrían apnea pueden empezar a experimentarla "debido a los
cambios en los niveles de estrógenos y de testosterona", puntualiza Egea. Lo mismo ocurre, señala, durante el embarazo: "Simplemente el peso o la hinchazón de las piernas condiciona la apnea del sueño. Lo bueno es que una vez que la mujer da a luz, desaparece".
Roncar es clave
Si hay algo que tienen en común todos estos síntomas, es su relación con otras situaciones de la vida cotidiana como "el estrés, las ganas de ir al baño por la noche, la mencionada menopausia o la propia edad". Esto provoca que las mujeres no den importancia al insomnio o a la fragmentación del sueño. Por lo tanto, lo que ocurre es que
este trastorno está infradiagnosticado en ellas, pero no en los hombres, donde
el diagnóstico cambia por una simple razón: los ronquidos. "El porcentaje de hombres que roncan y es el 50 por ciento, pero en mujeres es el 36 por ciento. Luego uno de los síntomas que más guía a los hombres a ir al médico es que roncan", asegura Egea.
Mientras tanto, los estudios analizan que la tasa de apnea en mujeres "es claramente menor precisamente porque
los síntomas son menos evidentes y entonces al médico solo va una persona cuando se siente mal o le dicen que está enferma", indica Egea, que tiene claro que para mejorar este diagnóstico hay que hacerse un chequeo: "Cualquier persona que durante la noche tiene frecuentes despertares, somnolencia, que ronca o que simplemente que no se encuentra bien, que se siente cansada, debería hacerse un estudio porque no cuesta nada".
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