Los pacientes con EPOC tienen mejores tratamientos gracias al trabajo de Germán Peces-Barba y su investigación

El modelo experimental animal abre la puerta a mejorar las terapias en EPOC
Germán Peces-Barba, jefe de Sección de Neumología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.


24 may. 2018 10:20H
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POR JESÚS ARROYO
La importancia de la investigación en los pacientes con EPOC es fundamental. Bien lo sabe Germán Peces-Barba que lleva más de 25 años investigando sobre esta enfermedad en la Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz. Su trabajo es esencial pues es la parte previa al desarrollo de tratamientos eficaces que actualmente ya ayudan a estos pacientes. Dentro del 51º Congreso de Separ, Germán Peces-Barba podrá explicar la importancia del abordaje de dicha enfermedad sobre el modelo experimental animal, el cual permite identificar los marcadores que puedan ser de utilidad para luego ser trasladados a los pacientes.  

¿Sobre qué versará su mesa en el 51º Congreso de Separ?

La mesa ‘del modelo animal al paciente con EPOC’ está relacionada con los biomarcadores de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Es una mesa que se va a fundamentar sobre dos puntos de vista. A mí me corresponderá hablar sobre el abordaje desde el modelo experimental animal, que permitirá identificar los marcadores que puedan ser de utilidad para luego ser trasladados a los pacientes. El otro continuará con la ponencia del Joaquín Gea que hablará sobre los marcadores detectados o en estudio en los pacientes con EPOC.

¿Este proyecto científico cómo se podría explicar?

El uso de los modelos animales de una enfermedad permite seleccionar aspectos concretos a estudiar en su diagnóstico o tratamiento, algo que puede llegar a ser difícil obtener directamente de los pacientes por las dificultades que hay en la obtención de muestras y por la variabilidad existente de un individuo a otro.

¿Cuáles son las principales ventajas del uso de los modelos animales?

Existe una multitud de aproximaciones. Una de las principales ventajas de los modelos animales es la posibilidad de manipular genéticamente algunas de las características a estudiar. Por ejemplo, si se quiere detectar una vía metabólica por la cual hay unos marcadores que se saben que actúan, es posible manipular genéticamente esta vía para confirmar o descartar su potencial implicación en la enfermedad. Esta es una aproximación general. A partir de aquí se entablan colaboraciones concretas con otros grupos expertos y se avanza mejor en los diferentes aspectos que una enfermedad puede plantear.

Usted realiza esta investigación en la Fundación Jiménez Díaz, ¿no?

Efectivamente. Aquí desarrollamos ese modelo y aprovechamos las instalaciones para colaborar con otros grupos, que aportan otras opciones metabólicas y potencian los resultados globales. Ahora mismo la investigación no se concibe de forma individual. 

¿Cuán importante es este tipo de investigación para el paciente con EPOC?

Siempre mantenemos como objetivo el concepto traslacional, que supone que un hallazgo concreto encontrado en un modelo pueda ser aplicado a un paciente concreto. Intentamos abordar varias aproximaciones fundamentales. Por ejemplo, encontrar vías por las cuales el fumador desarrolla la enfermedad y la susceptibilidad individual que origina la variabilidad existente en un paciente respecto a otro, con perfiles diferenciados que hacen que la enfermedad evolucione hacia un lado o hacia otro, con una intensidad diferente en cada caso.

Otras veces es al revés. Un determinado marcador es detectado en los pacientes y se necesita contrastarlo en un modelo para identificar la importancia de la ruta metabólica en la que pueda participar la mesa de este congreso está planteada en torno a esto. A hacer una revisión de los marcadores de utilidad que se han ido desarrollando alrededor de la enfermedad. 

En su opinión, ¿cree usted que falta investigación al respecto sobre este tipo de prácticas?

Si, por supuesto. La EPOC es una enfermedad todavía muy desconocida en muchos aspectos y necesita de más investigación. Los aspectos de inicio de la enfermedad, la susceptibilidad individual necesaria para este inicio, su evolución posterior, etc, siguen siendo incógnitas muy importantes que necesitamos ir identificando.

¿Qué significa para usted defender su trabajo dentro del 51º Congreso de Separ?

Creo que exponer un trabajo de este tipo a la audiencia científica ayuda puede ayudar a los profesionales interesados en este tema puedan actualizarse en cuanto a la evolución de estas líneas de investigación en la EPOC.

¿Cuál ha sido la conclusión más importante que han realizado en todos estos años?

Difícil hacer un repaso de todas ellas. Nosotros empezábamos en los años 90, bajo la dirección de Nicolás González Mangado. Por entonces, nuestro trabajo se hizo bajo una aproximación fisiopatológica, con el fin de comprender la función pulmonar existente en el enfisema panacinar y centroacinar y relacionarlo a la morfometría pulmonar en los modelos de enfisema inducidos en la rata. Luego hemos ido derivando hacia la identificación de marcadores patogénicos de la enfermedad y hacia el desarrollo de pruebas terapéuticas experimentales de la misma.

Estas pruebas terapéuticas suponen otra de las grandes ventajas del uso de los modelos animales. Sería  imposible en la actualidad considerar un nuevo tratamiento en los pacientes sin haber obtenido antes una evidencia en el modelo animal. En nuestro caso, seguimos interesados en explorar a respuesta al tratamiento con un factor de crecimiento que nos está proporcionando resultados prometedores en cuanto a su capacidad de revertir el enfisema pulmonar inducido en el modelo animal.
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