Expresidente de la Sociedad Española de Endocrinología, es considerado un referente de la Medicina gallega

Muere el endocrino Aniceto Charro, padre de la dieta tlántica
Aniceto Charro, expresidente de la Sociedad Española de Endocrinología y exjefe de Servicio del Clínico San Carlos.


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El mundo de la Medicina decía adiós este viernes 26 de septiembre al endocrinólogo Aniceto Charro Salgado, especialista en enfermedades metabólicas y nutrición. Su trabajo en este campo, participando activamente en la gestación de la Dieta Atlántica y la Estrategia NAOS para la prevención de la obesidad, le convierten en un referente de esta especialidad que deja huella en varias generaciones de médicos y pacientes.

Catedrático emérito de Endocrinología y Nutrición por la Universidad Complutense de Madrid, el facultativo compaginó su labor al frente del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico San Carlos de Madrid con la de profesor clínico en la Universidad CEU San Pablo.

Tras licenciarse en Medicina y Cirugía por la Universidad de Santiago de Compostela, donde obtuvo el premio extraordinario y defendió su tesis doctoral 'cum laude', Charro eligió especializarse en Medicina Interna, Endocrinología y Nutrición en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid. Su etapa MIR también le llevaría a formarse en prestigiosos hospitales internacionales, como el Neels Steensens de Copenhague o los norteamericanos San Francisco Medical Center, New Orleans o el hospital de la Universidad de Yale. En total, obtuvo hasta 5 becas durante su residencia, tres de ellas en EEUU, una en Edimburgo y otra en Dinamarca. 

Asesor de Sanidad


Charro fue autor de más de 280 publicaciones científicas y dirigió decenas de tesis doctorales. Destaca, de igual forma, su papel en el desarrollo de la Dieta Atlántica, con 10 recomendaciones sobre alimentación saludable, y la Estrategia NAOS (Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad), una iniciativa española, impulsada por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), para combatir la obesidad y promover hábitos de vida saludables, especialmente en la población infantil y vulnerable.

Charro también coordinó grupos científicos nacionales e internacionales y presidió la Sociedad Española de Endocrinología. Así mismo fue asesor del Ministerio de Sanidad y Consumo para el Plan Nacional de Prevención de las Enfermedades Metabólicas y de la Nutrición.

Una dilatada a la par que destacada carrera que le haría merecedor de hasta 11 diversos galardones, entre los que destaca la Medalla de Oro de la Sociedad de Endocrinología, la insignia de oro de la Universidad de Santiago de Compostela y la Medalla de plata de Galicia. En 2006 fue elegido Médico del año y un año más tarde, su Servicio fue galardonado con el Premio Nacional.  

Alma de Asomega 


Natural de Santiago de Compostela, su trayectoria profesional ha estado ligada al desarrollo de Asomega, la Asociación de Médicos Gallegos, como socio fundador y más tarde, como presidente de honor, con una implicación constante. "Con su desaparición, la Medicina gallega y española pierden una referencia indiscutible y un profesional de extraordinario talento, profunda humanidad y espíritu docente", lamentaban desde la entidad.

"Ejemplo del legado hipocrático al que hizo honor con su vida y obra Charro ha hecho de su práctica médica un espejo en el que el resto tratamos de asomarnos para ser mejores médicos y, sobre todo, mejores personas”, ha subrayado el presidente de Asomega, Julio Ancochea, en el reciente homenaje organizado por la entidad. 

"La fuerza de la naturaleza hecha persona"


El respeto y la admiración de sus colegas van mucho más allá de sus méritos académicos y premios, según destacan, al ser reconocido por todos como "un auténtico médico hipocrático, un ejemplo sobresaliente de la Medicina gallega que combina compromiso científico con un profundo humanismo y una atención cercana al paciente".

"Santiagués, galleguista y médico", en palabras de la profesora Julia Buján, fue “la fuerza de la naturaleza hecha persona, como un ciclón cuyo movimiento arrastra a los de su entorno a una vorágine en la que se mezclan conocimientos, aficiones y sentimientos y no dejan a nadie indiferente”.  

Es por ello que confían en que 'Tito' Charro, como le conocía su círculo más cercano, quede para siempre en la memoria de quienes trabajaron con él y "en el corazón de la Medicina gallega que ayudó a construir desde la ciencia y el afecto".
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