La OMC presenta el Informe Ikerburn, donde se revelan las medidas para mejorar la salud mental de los médicos jóvenes

"El estado de los médicos jóvenes nos indica donde se puede romper el SNS"
Presentación del Informe Ikerburn, con Domingo Sánchez, María del Mar San Martín y Tomás Cobo.


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El Sistema Nacional de Salud (SNS) está saturado. El volumen de pacientes no deja de crecer -impulsado por el envejecimiento de la población y la mayor incidencia de la cronicidad-, a lo que se suma la escasez de profesionales en determinados puntos del país y momentos del año. Una situación que acelera el proceso asistencial y genera sobrecarga de trabajo. Sin embargo, este esfuerzo no siempre recibe una respuesta positiva. Muchos facultativos saltan de contrato en contrato y no cuentan con el tiempo adecuado para la formación. Asimismo, las agresiones contra este perfil sanitario incrementan año tras año. Un panorama que impacta en la salud mental de todo el sector, incluidos los titulados recién llegados. Es más, casi la totalidad de médicos jóvenes presenta síntomas de burnout, según el estudio Ikerburn, elaborado por la Organización Médica Colegial (OMC). Lastra que incide en el futuro del colectivo. 

"No puede ser que la vocación se pierda por la mala experiencia", ha destacado la presidenta de la Comisión de Sanidad del Senado, María del Mar San Martín, durante la presentación del estudio. Y es que la presión laboral puede derivar en determinados casos en el abandono de la profesión. "Hay que entender que existe un problema de base de salud mental en nuestra profesión", ha remarcado el presidente de la entidad colegial, Tomás Cobo.

"Si en las etapas iniciales de la vida profesional tenemos estos problemas, qué sucederá más adelante", ha agregado el representante nacional de Médico Jóvenes y Promoción del Empleo, Domingo Antonio Sánchez, impulsor del estudio Ikerburn. Bajo su prisma, un escenario que puede revertirse a través de la aplicación de mejoras laborales en MIR y facultativos de menor edad, que garanticen su instrucción y eviten el agotamiento mental que padece la mayoría, primer paso hacia trastornos como la ansiedad o la depresión. "El burnout es crítico para los jóvenes y la sostenibilidad del SNS", ha incidido.


"No puede ser que la vocación se pierda por la mala experiencia"



Más allá de los trastornos del estado mental, el burnout también provoca insomnio -dos de cada tres lo sufren-, deterioro de las relaciones personales, disminución de la libido, consumo de sustancias -el 38 por ciento recurre a ansiolíticos, alcohol u otras sustancias como estrategia de afrontamiento- y bajas laborales -uno de cada cuatro ha tenido incapacidad temporal por agotamiento-. "No hay que renunciar a nuestra salud", ha añadido.


Exceso de burnout en el conjunto del país


Sánchez ha sido el encargado de presentar el estudio en la Cámara Alta del Parlamento. Un informe elaborado a partir de las respuestas de 1.419 participantes a una encuesta previa, cuya edad media es de 31,4 años. Sus declaraciones han concluido en los siguientes datos: el 93,9 de los médicos jóvenes presenta síntomas de burnout en al menos una de las dimensiones analizadas: agotamiento emocional, despersonalización o baja realización personal. El 81,4 por ciento cumple criterios en dos de las mencionadas y el 50,9 por ciento en las tres. Es decir, más de la mitad sufre este problema de manera completa.

Por especialidades, las disciplinas quirúrgicas registran los peores resultados, ya que el burnout alcanza una prevalencia del 55 por ciento entre sus profesionales, por encima del 50 por ciento anota en las ramas clínico-asistenciales y del 49 por ciento del ámbito de apoyo al diagnóstico y sector terapéutico. En concreto, los residentes y adjuntos de menor edad en Cirugía Maxilofacial y Cirugía Pediátrica sufren más este mal. Le siguen Urología, Cirugía Plástica y Farmacología Clínica. En lado contrario, el área de Salud Pública es la menos afectada, acompañada por Alergología y Oncología Radioterápica.


"Los desiertos médicos están muy relacionados con el burnout"



A nivel de comunidades autónomas, el estudio revela niveles altos en todas las divisiones territoriales del país. Sin embargo, la encuesta descubre los peores resultados en Castilla y León, Cantabria, Baleares, Canarias y La Rioja -estas dos últimas con una incidencia por encima del 60 por ciento-. Una serie de enclaves caracterizados por la dificultad de retención de talento por su carácter rural o su situación de aislamiento. "Los desiertos médicos están muy relacionados con el burnout", ha indicado Sánchez. Y es que la falta de profesionales se traduce en un incremento de las horas de trabajo, lo que compromete la salud de los médicos. 


Factores de riesgo identificados


El efecto del burnout se ve potenciado por una serie de factores de riesgo. Según el estudio Ikerburn, las mujeres presentan un 24 por ciento más de probabilidades de padecerlo, especialmente por agotamiento emocional. "La feminización de la profesión no se ha aplicado todavía en la estructuración del trabajo", ha indicado la coautora y vocal de Médicos Jóvenes del Colegio Oficial de Araba, Anais Cruz. Y es que la rigidez del sistema daña la conciliación entre la vida familiar y profesional, lo cual perjudica especialmente a las personas encargadas de los cuidados, principalmente las mujeres.

Otro es el exceso de guardias, ya que los niveles más altos de burnout se registran en aquellos médicos que realizan más de cinco al mes. También influye la especialidad escogida y el grado de experiencia del egresado en Medicina, al golpear con mayor fuerza a los residentes en los primeros años de Formación Sanitaria Especializada (FSE). "Creo que las medidas tienen que incidir en el primer y segundo año MIR, cuando el profesional es más vulnerable", ha puntualizado el coautor del estudio y vocal de Médicos Jóvenes del Colegio Oficial de Valencia, Juan Pablo Carrasco.


Necesidad de cambio en las políticas sanitarias


Rebajar los niveles de burnout requiere de la construcción de medidas para aliviar los factores que potencian este mal. Tanto la vicepresidenta de la OMC, María Isabel Moya, como el presidente de la European Junior Doctors, Álvaro Cerame, han sostenido la necesidad de modificar los planes de recursos humanos. "Hay que mejorar su coordinación", ha recalcado este último. En este sentido, los autores del estudio han destacado la importancia de "rediseñar la organización del trabajo en el SNS y FSE". Algo que pasa por el asentamiento de la tutorización.

Asimismo, la profesión médica aboga por impulsar la atención de la salud mental de los médicos jóvenes -apoyo psicológico gratuito y difusión del programa Paime-, reforzar la inversión pública en formación, acabar con las guardias de 24 horas, fomentar la equidad de género -conciliación y liderazgo femenino-, paliar la pérdida de talento sanitario, financiar la prevención y bienestar profesional, reducir las cargas administrativas y favorecer una normativa laboral que respete los tiempos de descanso.


"El burnout es crítico para los médicos jóvenes y la sostenibilidad del SNS"



Además, los autores del informe Ikerburn han indicado la relevancia de contar con la información necesaria para evaluar la situación de los médicos jóvenes. Por ello, han demandado vigilar la salud mental de estos profesionales, saber cuántas horas trabaja el sanitario al año y medir las condiciones laborales de los facultativos de menor edad.

El abordaje del burnout en los profesionales más jóvenes es prioritario. No solo por la seguridad de los jóvenes, sino también porque es referencia para el propio futuro de la profesión. Y es que también anticipa los males que se pueden vivir en el futuro. "La situación de los jóvenes nos indica por donde se puede romper el SNS", ha sentenciado Moya.
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