X Reunión de Bioética y Profesionalismo organizada por SEMI
Los
médicos internistas consideran que es preciso
recuperar y reivindicar la vocación médica para el ejercicio de una profesión que no siempre puede ser compensada con dinero; piden recibir formación de ética de los cuidados desde el
grado de Medicina, en las universidades, donde ahora casi es inexistente, y los derechos y el respeto "que los médicos merecen por parte del Sistema Nacional de Salud (SNS)".
En estos términos se expresaba Antonio Blanco Portillo, coordinador del Grupo de Trabajo de Bioética y Profesionalismo de la
Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), con motivo de la X Reunión de Bioética y Profesionalismo, celebrada en el Hospital Universitario La Princesa, de Madrid.
Formar en ética de los cuidados desde las universidades, ha sido otra "necesidad no cubierta en la formación médica, aunque sí en mayor medida en Enfermería", que ha puesto sobre la mesa el grupo de trabajo de Bioética y Profesionalismo de SEMI. Actualmente, "
los médicos están teniendo que aprender esta ética de sus referentes personales y en másteres de posgrado".
Algo básico, sin embargo, para "
cualquier profesional sanitario" ya que "no solo se aplica a los cuidados paliativos”, ha matizado Blanco Portillo
. "Curar a veces, aliviar a menudo, consolar siempre. Para las dos primeras nos servimos de la técnica, de la farmacopea. Para la última, de nuestra sensibilidad para captar la otredad, de nuestra capacidad de dar respuesta y de nuestra habilidad para hacerlo bien”, detalla.
En la realidad, la ética de los cuidados se aplica “como se puede”, en un "sistema sanitario que
habla de humanizar la Medicina, cuando el propio sistema la ha deshumanizado", expresa y procede a poner ejemplos: "Hay servicios de urgencias con una dotación inferior a la que precisa por la realidad de la presión asistencial. Ningún médico puede llevar 20 pacientes en una urgencia a la vez, pero esa es la realidad que se impone. Áreas de urgencias que tienen camas que se duplican sin siquiera tener un número propio. Hay aparcamientos que portan de más dignidad a los coches poniendo un número a cada plaza que hospitales que tienen camas sin número asignado; los médicos sufren sobrecarga asistencial. Y en estas condiciones reales que describo no se puede humanizar la Medicina".
Acto clínico sin protocolos
El facultativo asegura que el acto clínico no puede ser sometido a un protocolo, entendido como
forma de domesticación de la atención clínica o convertir en rutina el acto clínico: "Si la Medicina pudiese resumirse en un protocolo no necesitaríamos médicos y nuestro trabajo lo podrían haber hecho
inteligencias artificiales (IA) y no es así”.
"El papel del internista es el resumen de todo lo que venimos hablando", ha continuado
. Desde la SEMI, asegura, siempre ha existido una preocupación de cómo explicar a la sociedad qué es un médico internista, de su visión holística, global, integral, hospitalista. "
Ser internista es ser médico. Ser médico es ser internista. Ser un buen médico en nada diferirá de lo que es ser internista. El internista viene a reivindicar el papel del médico en el cuidado del enfermo, que no debemos dar por hecho en estos tiempos de IA, en hacerlo con entrega, dedicación, sacrificio y, además, con inteligencia. En salir más tarde si es necesario, llevarse el trabajo a casa y cuidarlo (pensándolo) desde casa".
Según explica, el
internista nunca piensa 'esto no me compete' y quiere lo mejor para el paciente, en todas sus esferas (social, espiritual, biológica) e integrando sus valores. "El internista pasa la planta, la consulta, se sienta con el enfermo, comunica malas noticias. El internista, como el médico que nos imaginamos todos, no es ajeno en nada al paciente y menos aún a su sufrimiento", ha añadido.
Por ello, considera que este papel del internista, y buen médico,"
no puede compensarse solo con dinero". “O creemos que existe la vocación y reivindicamos la vocación y desde ahí exigimos respeto a nuestra profesión, a nuestro trabajo y a nuestros pacientes, o nos convertiremos en unos mercenarios. Y al mercenario se le calla con dinero. Pero a la vocación no se la calla con dinero", ha expuesto tajante. Para Blanco Portillo, "a la conciencia profesional y el profesional que se yerguen sobre el pedestal de la vocación no se les calla con dinero. Se les calla ofreciendo espacios, derechos y respeto a su trabajo”.
Crisis de la vocación
La
vocación ha sido, de hecho, otro aspecto clave en este evento al ser
un tema de máxima actualidad, tras la reciente noticia del
pediatra de paliativos del País Vasco amonestado por dar atención fuera de horario a una niña en la fase final de vida.
El Grupo de Bioética y Profesionalismo de la SEMI reflexiona sobre si la crisis de vocación entre los profesionales actuales se relaciona con una crisis cultural que ha cambiado la idea del éxito, concebido como la satisfacción personal de cumplir objetivos vitales, por otro ideal del éxito, consistente en obtener objetivos con el dinero.
"En un sistema profundamente rentista y eficientista,
regido por el dinero y el poder,
el término clásico de vocación choca frontalmente con el posmoderno de la retribución monetaria del tiempo invertido. Es decir, ¿hacemos o queremos hacer nuestro trabajo por amor al trabajo o por una mera compensación económica?”, afirma Blanco Portillo.
“Cada vez son menos los profesionales que creen que la Medicina es apostar por el cuidado de los enfermos, aunque eso pueda no estar pagado, y cada vez son más los discursos de "no nos pagan para esto. Suena duro, pero esa es la realidad de nuestra cultura:
queremos profesionales que sepan servir, pero pareciera que cada vez son menos los que quieren servir realmente”, añade.
Frente a este cambio cultural, SEMI ve crucial recuperar la vocación, como decía el fallecido
Pepe Mújica, expresidente de Uruguay: "Algún día te mirarás al espejo y te preguntarás, ¿habré traicionado al niño que llevaba dentro?". Pues eso, ¿qué soñaba yo para querer ser médico que ahora todo lo convertí en ruinas? ¿Qué hizo de mí el mundo para que dejase de soñar? ¿Y qué he de hacer para recuperar a aquel niño que soñaba?”.
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