Virginia Gracia, José Luis Peña, Gloria Alonso e Irene Casado en la mesa de debate 'Manejo de la Anemia en el Paciente Pluripatológico o Crónico Complejo'.
La
anemia es una disminución del número de
glóbulos rojos (hematíes o eritrocitos) de la sangre. A final, son células encargadas de transportar el oxígeno desde los pulmones hasta cada uno de los órganos, por lo que
su buen estado es fundamental, sobre todo, en el caso de los pacientes pluripatológicos.
En los Servicios de Medicina Interna se atienden a personas con unas características específicas, que provocan que el tratamiento de cada persona sea personalizado y diferente. Concretamente, en la mesa '
Manejo de la Anemia en el Paciente Pluripatológico o Crónico Complejo' de la
XII Reunión de Pacientes Crónicos Complejos, organizada por la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y patrocinada por Boehringer Ingelheim, se ha profundizado en tres tipos de pacientes: las personas anticoaguladas y antiagregadas con hemorragia digestiva aguda y crónica, los pacientes con síndrome mielodisplásico y los que sufren anemia por
angiodisplasias.
La encargada de explicar el tratamiento adecuado para el primer tipo de paciente ha sido
Irene Casado, internista del Hospital Universitario Infanta Cristina. "Las guías de práctica clínica abogan por abordar los factores de riesgo de forma individual en este tipo de personas", ha apuntado. Y es que "no todos los
anticoagulantes van a tener el mismo riesgo de sangrado gastrointestinal".
Abordaje de las hemorragias digestivas
Respecto a estos tratamientos, Casado ha indicado que los
anticoagulantes directos "pueden tener un mejor perfil para pacientes que han tenido
hemorragia digestiva en el pasado". "Artículos recientes afirman que los directos dan más seguridad", ha añadido.
Respecto a la hemorragia digestiva aguda y crónica, la internista ha explicado que "no se debería revertir la anticoagulación, solo en caso de hemorragias potencialmente mortales". De hecho, en estos casos, "la
vitamina K como reversor tiene bastante escasa evidencia".
Casado: "No se debería revertir la anticoagulación, solo en caso de hemorragias potencialmente mortales"
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La
endoscopia como 'herramienta' para elaborar un diagnóstico en estos casos
"no se debe retrasar". "En los pacientes inestables tiene que ser inmediata, mientras que en los estables
podría extenderse hasta las 24 horas", ha profundizado.
El proceso de anticoagulación y sus 'vertientes'
Una vez iniciada la anticoagulación, se podría reiniciar el proceso en los casos en los que "el riesgo es bajo". Al final, hay que tener en cuenta "la adecuada hemostasia, el riesgo de sangrado, la evaluación de la indicación, la función renal y la
reevaluación de la situación basal".
Además, ha hecho hincapié en el
riesgo del procedimiento endoscópico en los pacientes con hemorragia digestiva crónica. Para entenderlo, Casado ha puesto un ejemplo de perfil de paciente para concretar, en ese caso, un tratamiento específico. "Pongámonos en la situación de que llega a la consulta un paciente con sangrado que produce anemia y necesidad de
transfusiones repetidas", ha puesto encima de la mesa.
En ese caso, según ha explicado, se debería analizar "
el motivo de anticoagulación, revisar otros fármacos o mecanismos predisponentes que favorezcan el sangrado y preguntarse si se puede tratar la causa del sangrado o cuáles serían las recurrencias". "Por supuesto, hay que tener en cuenta las preferencias del paciente y, así, realizar una correcta valoración integral, es decir, el
Profund", ha afirmado.
Diagnóstico y abordaje del síndrome mielodisplásico
Por su parte,
Gloria Alonso, internista del Hospital Universitario de Salamanca, ha profundizado en el diagnóstico y el abordaje del síndrome mielodisplásico. Se trata de un grupo de trastornos causados por c
élulas sanguíneas mal formadas o que no funcionan correctamente.
Estos "desórdenes" se caracterizan por la
clonalidad, la fitopenia y la displasia. "No son muy frecuentes en la población general, pero sí en personas mayores", ha anotado.
Alonso: "El 25 por cieto de los pacientes con SMD es mayor de 80 años"
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Según ha indicado, "tienen una incidencia de
entre 4 y 5 personas de cada 100.000 y la mediana está en 70 años". "El 25 por ciento de los pacientes es mayor de 80 años y nos enfrentamos a anemia y a comorbilidad", ha puntualizado.
Las complicaciones que pueden existir en estos casos son "infecciones, síndrome anémico, hemorragias o leucemia mieloide aguda, que es la más grave". Para el diagnóstico, "hay que hacer
una buena historia clínica y una exploración física", aparte de orientar las pruebas a un diagnóstico diferencial.
En cuanto a la valoración integral y pronóstica, "las guías le dan una gran importancia a
las comorbilidades del paciente". "Esta enfermedad no tiene cura. De hecho, solo se cura cuando los pacientes reciben
un transplante de médula ósea, pero la mayoría no están preparados para eso. Por ello, se les da mucha importancia a las comorbilidades", ha subrayado. Eso sí, el tratamiento es diferente si el paciente con síndrome mielodisplásico es de bajo riesgo o no. Aun así,
"lo fundamental es hacer un buen diagnóstico diferencial".
El hierro en la anemia por angiodisplasias
El encargado de explicar
la anemia por angiodisplasias, la malformación vascular más común del tracto digestivo, ha sido
José Luis Peña Somovilla, internista del Hospital San Pedro de La Rioja. Según ha explicado, cuando llega un paciente, se debe acudir a un "diagnóstico endoscópico", aunque las angriografías pueden llegar a ser muy útiles. Además, se debe tener en cuenta que se trata de
una patología vista, sobre todo, "en el colon derecho".
"El tratamiento inicial debe ser endoscópico. El segundo es la terapia con
sales de hierro", ha indicado. Por otro lado, ha destacado que "en el tratamiento de la anemia ferropénica en hemorragia digestiva,
las sales de hierro tienen que ser la primera elección". Si no, se podría acudir al
"hierro intravenoso".
Peña: "El tratamiento inicial de la anemia por angiodisplasias debe ser endoscópico"
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Eso sí, un facultativo debe valorar que "el 60 por ciento de los pacientes, aparte de sangrado, tienen
insuficencia cardíaca". "Estos pacientes tienen más ingresos con descompensación y más comorbilidad", ha apuntado. De hecho, desde su punto de vista, "el hierro intravenoso es útil en los pacientes con insuficiente cardiaca". No obstante, "no está claro en los pacientes con insuficiencia de hierro con anemia".
Por todo ello, "hay que
evitar la inercia terapéutica en estos pacientes". "Hay ocasiones en las que nos modifican las dosis de ACO, hay una falta de suspensión o una prolongación innecesaria de tratamiento, aparte de que hay que valorar el cierre de la orejuela en pacientes seleccionados", ha añadido.
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