El registro 'SEMI-Covid-19' indica que el 87% de los pacientes ingresados ha recibido este fármaco

Hidroxicloroquina| "Ya no sería tratamiento inicial" del Covid-19 en España
José Manuel Casas, responsable del registro 'SEMI-Covid-19'.


27 may. 2020 16:05H
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POR MARCOS DOMINGUEZ
Los resultados preliminares del registro ‘SEMI-Covid-19’, hasta un 87 por ciento de los pacientes hospitalizados por coronavirus han sido tratados con hidroxicloroquina, una situación que tiene visos de cambiar en breve, tras el macroestudio de The Lancet donde advertía de su baja eficacia –para el Covid-19– y sus potenciales efectos secundarios, y la posterior decisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de suspender su ensayo internacional sobre su uso.

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José Manuel Casas, internista del Hospital Infanta Cristina, pues los datos aportados “son bastante sólidos”. El responsable del registro ‘SEMI-Covid-19’ valora la oportunidad que se abre con el mismo al poder comprobar, gracias al seguimiento de más de 6.000 pacientes, cómo de eficiente ha sido el manejo de la enfermedad por SARS-CoV-2 en España, las características de los pacientes que han evolucionado mal y la eficacia de unos tratamientos u otros.

¿Qué va a permitir este registro?

Los que hemos participado activamente en el manejo de estos pacientes hemos tenido una gran dificultad por tener muy pocas evidencias, o evidencias de no muy buena calidad científica a la hora de manejar los enfermos elegir los tratamientos.

Aparte de información sobre las características de la enfermedad y las formas en que se presenta, nos va a permitir saber lo que ha ocurrido, si los tratamientos han sido eficaces, etc.

Es un estudio de cohortes, observacional, de manera que no hay una intervención, no es un estudio controlado como el que se hace para aprobar determinados medicamentos. Los médicos han utilizado, según su mejor arte, los tratamientos que les han parecido mejores según las evidencias existentes, y nosotros, a partir de una muestra muy grande, podemos ver ahora qué ha ocurrido.

La potencia de estos estudios no es la misma que los ensayos clínicos, pero tienen muchas ventajas como, por ejemplo, que se trata de pacientes reales, con mucha edad y comorbilidades, que suelen quedar fuera de los ensayos.

A la vista de los resultados del estudio, ¿se pueden desarrollar marcadores predictivos de la gravedad del paciente al ingreso?

Es uno de los objetivos del estudio, elaborar modelos predictivos de riesgo, complicaciones graves y fallecimiento de pacientes con los primeros datos que se obtienen nada más ingresar, de la historia clínica, de los síntomas que cuentan los pacientes, análisis de laboratorio y pruebas radiológicas, entre otras.


"Tenemos un poco más de mortalidad que algunas series italianas, y menos que las británicas"


Se pueden elaborar modelos predictivos para saber qué pacientes tienen más riesgo de complicarse y utilizar tratamientos más agresivos o bien evitarlos en los que no cumplan los criterios.

Tenemos una muestra muy amplia, en muchos tipos de pacientes. Todas estas variables son importantes en los modelos predictivos porque nos quita mucha confusión. Con una base de datos tan amplia y con tantas variables, podemos utilizar técnicas estadísticas para eliminarla.

¿Hay comparativas con otros registros internacionales para determinar las diferencias en el perfil de los pacientes?

El estudio es muy preliminar, con más de 6.000 pacientes (el corte se hizo el 30 de abril). Tenemos ya recogidos datos de 12.400 pacientes. Sí que hemos visto diferencias, por ejemplo, en la mortalidad. En las primeras series chinas que se publicaron, nos llamó la atención la baja mortalidad de los pacientes, luego se vio que era más alta.

Con pacientes de Italia, Reino Unido, nos dimos cuenta de que lo que estábamos viendo era más parecido a lo que vivían estos países: mortalidades por encima del 20 por ciento en pacientes hospitalizados. Hay que tener en cuenta que estos son pacientes que ingresan en situaciones de gravedad; en general, la gravedad es mucho más baja. Aun así, hay diferencias: tenemos un poco más de mortalidad que algunas series italianas y menos que las británicas.

La mayoría de pacientes ingresados recibieron hidroxicloroquina. ¿Cree que la situación va a cambiar a raíz del estudio de The Lancet y de la decisión de la OMS de suspender los ensayos con este fármaco?

Todo dependerá de lo que se obtenga de otros estudios que se han hecho. Estos son medicamentos que se han utilizado con mucha frecuencia en la serie, también tenemos pacientes en los que no se le ha dado y podemos comprobar la evolución de aquellos a los que se les dio y aquellos a los que no.

Un ensayo clínico es algo muy importante, y si dice que aumenta la mortalidad hay que tomarlo muy en serio. La actitud no dependerá solo de un único estudio sino que hay que hacer más.

A nivel clínico, si llega un paciente con coronavirus, ¿se plantearía otras opciones terapéuticas aparte de la hidroxicloroquina?

Los datos del estudio de The Lancet son bastante sólidos. A la hora de decidir un tratamiento u otro hay que tener en cuenta múltiples evidencias. Dado que no tenemos evidencias claras de que es eficaz, no sería una opción para iniciar un tratamiento.


"Pensamos que sacar horas al ocio y al sueño podría salvar vidas"


Tampoco hay muchas más opciones terapéuticas. Con la evidencia actual, hay que pensárselo. No es que sea un medicamento inseguro, porque se estaba utilizando para otro tipo de problemas, como el paludismo o enfermedades reumáticas. Son medicamentos eficaces y seguros para el tratamiento de estas enfermedades.

En el caso del coronavirus, nunca hemos tenido una evidencia clara o de buena calidad. El hecho de usarlo se ha basado más en conocimiento teórico que de otra cosa. Tendremos que estar atentos a los resultados de los estudios que se vayan realizando. Lo primero, lógicamente, es la seguridad.

A la vista de las conclusiones del registro, ¿qué se puede esperar de una posible segunda ola de coronavirus en otoño y cómo se deben preparar los servicios de Medicina Interna para afrontarla?

Esta iniciativa ha surgido por una preocupación que hemos tenido a la hora de manejar a los pacientes sabiendo que no teníamos evidencia de calidad para ello. El estudio surgió en el Hospital Infanta Cristina de Parla, para tener en poco tiempo alguna evidencia más para tratar mejor a los pacientes.

En seguida vimos que la SEMI, que es una sociedad muy cohesionada y potente, podíamos hacerlo extensivo a toda España. Entre compañeros, pensamos que sacar horas al ocio y al sueño podría salvar vidas. Eso es un argumento potente para sobreponerse al cansancio.

Se ha demostrado algo muy importante: el personal sanitario hemos sabido enfrentarnos a una situación inédita en nuestra vida profesional. Aparte del registro, hemos aprendido a manejar la situación y a nosotros mismos. Para una segunda ola tendríamos muchísima más experiencia para manejar la situación, también por el espíritu creativo que ha salido de todos los hospitales. La Medicina Interna ha conseguido liderar la atención y la asistencia sanitaria en esta situación, formando equipos y echando mano de todos los especialistas.

Si vuelve a ocurrir, estaremos mucho más preparados. Eso sí, espero que sea después de haber podido descansar un tiempo.
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