La apuesta decidida por la sostenibilidad de la sanidad andaluza apunta a varios ejes

Antonio Olivares, ingeniero Industrial y subdirector responsable del Área de Servicios y Gestión de Centros del SAS, habla sobre los últimos avances en materia medioambiental en los hospitales de Andalucía.
Antonio Olivares, ingeniero Industrial y subdirector responsable del Área de Servicios y Gestión de Centros del SAS.


27 abr. 2023 17:25H
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La eficiencia energética dentro de los centros de salud es la dirección en la que los ingenieros y arquitectos piensan a la hora de configurar nuevos hospitales y modificar los ya existentes. Las comunidades autónomas, cada una desde su territorio, impulsan planes específicos con el fin de mejorar el impacto medioambiental de sus centros. En el caso de Andalucía, durante el último año parte de sus profesionales están volcados en la mejora energética y han empezado a "rehabilitar energéticamente" sus centros. 

Antonio Olivares, ingeniero Industrial y subdirector responsable del Área de Servicios y Gestión de Centros del Servicio Andaluz de Salud (SAS), explica a este periódico que desde el servicio están desarrollando distintas líneas de trabajo con este objetivo, y se han marcado para ello dos grandes pautas. Por un lado, está la integración de la gestión ambiental y la gestión energética en único sistema de gestión, y, por otro, el aprovechamiento de las herramientas y oportunidades que ofrece Europa desde distintos programas de financiación públicos.

Gracias a estos fondos europeos, que provienen de programas como FEDER 2014-20, o los REACT EU, la comunidad autónoma en 2023 ha podido hacer una “rehabilitación energética” en los hospitales de la Axarquía, en Vélez-Málaga; y San Carlos, en San Fernando, Cadiz.

Además, han instalado una nueva central de frío del Hospital Universitario Virgen del Rocío, en Sevilla y una nueva central térmica del Hospital Universitario Virgen del Rocío, además de haber realizado mejoras en pro de la eficiencia energética en el Área Hospitalaria Virgen Macarena, en Sevilla.


Hoja de ruta con un caso concreto


A modo de ejemplo, Olivares cuenta en detalle la "rehabilitación energética" del Hospital San Carlos. “A título indicativo los resultados esperados en el Hospital de San Carlos son del 36,57 por ciento de ahorro en energía primaria no renovable y de 42,66 por ciento de ahorro en emisiones de dióxido de carbono”, comenta. Para ello, la rehabilitación ha consistido en acciones como la construcción de nuevo edificio industrial externo, la implantación de dos nuevos sistemas de generación de calor y frío más eficientes o la sustitución del equipo autónomo existente para climatización de cinco quirófanos por un nuevo climatizador. Un punto a destacar es que se ha instalado un sistema de monitorización y seguimiento de desempeño de los parámetros energéticos.

Dentro de las futuras actuaciones del SAS en esta cuerda, Olivares explica que tienen dos grandes objetivos: el fomento de la eficiencia energética y reducción emisiones CO2, y el fomento de las energías renovables. En el primer caso, el ingeniero explica que quieren que sus centros tengan al menos un ahorro energético del 30 por ciento, así como reducir las emisiones de CO2 ese mismo porcentaje.

"Actualmente tenemos identificados más de 90 millones de euros en proyectos que son, a priori, susceptibles de cumplir estos requisitos", comenta. Además, para el segundo objetivo, asegura que en la actualidad tienen identificados más de 327 proyectos de posible instalación de placas solares fotovoltaicas entre centros de atención primaria y hospitalaria, que están siendo evaluados actualmente por la Agencia Andaluza de la Energía.


Retos por delante en materia energética


Aunque Olivares celebra todos los avances del SAS en materia energética, el ingeniero comenta que todavía tienen retos pendientes en el campo. “La inversión europea no llega a cubrir todas las necesidades de nuestro sistema sanitario, ni garantiza la eficiencia de las instalaciones en su operativa una vez ejecutadas las actuaciones”, explica. Así, aboga por el desarrollo de planes completos de gestión energética que estén apoyados en un protocolo de medición de ahorros. “Esto es necesario para poder cuantificar de una forma objetiva y reconocida internacionalmente los ahorros producidos tras la adopción de medidas e inversiones en materia energética”, recuerda.

Para concluir, hace hincapié en la necesidad de fomentar un modelo de contratación de servicios energéticos “que permita acometer su contratación bajo la modalidad de rendimiento energético con la participación activa de empresas especializadas”. Además, incide para terminar en la importancia de realizar un regimiento una vez implantadas las medidas. “Es esencial la incorporación de procesos de commissioning que evalúen continuamente los rendimientos energéticos las instalaciones”, termina.
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