Martín Herrero, vocal de la AEIH, entrevista a Javier Torrón, director general de Camfil en España

"El aire puro es un derecho del ser humano"
Javier Torrón Lavín, director general de Camfil en España.


9 feb. 2018 12:30H
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La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicó en 2016 el informe The Economic Consequences of Outdoor Air Pollution (Consecuencias económicas de la contaminación del aire exterior), en el que pronostica que, si no se adoptan las medidas adecuadas, la contaminación del aire en espacios exteriores podría causar por sí sola entre 6 y 9 millones de muertes prematuras al año en 2060 y representar un coste del 1  por ciento del PIB mundial (aproximadamente 2,6 billones de dólares al año), debido a los días de baja laboral y a las facturas médicas.

Nuevas investigaciones demuestran que las partículas más pequeñas, conocidas como PM1 (materia particulada 1), que tienen un tamaño igual o menor a 1 μm, son las más peligrosas para la salud humana. O para ser más precisos: Las más pequeñas de las partículas PM1 son las más peligrosas: Partículas ultrafinas =/< 0,1 μm Nanopartículas =/< 0,05 μm.

Para conocer más detalles sobre la calidad del aire y las consecuencias, tanto económicas como para la salud que conlleva la contaminación, Martín Herrero, ingeniero y vocal de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH), entrevista a Javier Torrón Lavín, ingeniero industrial, miembro de la Asociación Técnica Española de Climatización y Refrigeración (Atecyr) y director general de Camfil en España.

-¿Qué son las PM1?

PM1 es la fracción de partículas de materia presentes en el aire que incluye a todas las partículas que tienen un tamaño efectivo de menos de 1 micra (µm). Como referencia, 1 micra = 1/1000 de un milímetro.

-¿De dónde proceden?

La mayoría de las partículas clasificadas como PM1 se originan en procesos de combustión. Una fuente importante de ellas en los entornos urbanos son las emisiones de los motores de los vehículos, sobre todo de los motores diésel. Otras fuentes incluyen la generación de energía, los incendios forestales y las que hay en el interior de edificios como combustión  de madera o carbón y gasóleos.

-¿Cuáles son las diferencias entre PM1, PM2,5 y PM10?


La mayoría de las partículas clasificadas como PM1 se originan en procesos de combustión


Las definiciones de PM1, PM2,5 y PM10 son respectivamente todas las partículas de tamaño menor de 1 µm, 2,5 µm y 10 µm. Por consiguiente, las evaluaciones de PM2,5 incluyen las PM1 y, de forma similar, cualquier evaluación de PM10 incluye las PM1 y PM2,5. Dicho esto, hay algunas diferencias importantes entre las partículas muy finas y las de gran diámetro:

• El recuento de partículas de tamaño menor de 1 µm tiene un orden de magnitud mayor que el número de partículas de tamaño entre 1 y 2,5 µm y, a su vez, este número es notablemente mayor que el número de partículas de tamaño entre 2,5 y 10 µm. En términos numéricos, la inmensa mayoría de partículas que hay en el aire tienen un tamaño menor de 1 µm.

• Por el contrario, aunque estén presentes en gran número, las partículas de tamaño menor de 1 µm solo contribuyen a una cantidad relativamente pequeña del peso total de PM del aire. La contribución al peso total de PM aumenta con el tamaño de las partículas.

• Para explicar los puntos i) y ii) anteriores se puede usar la analogía con un puñado de arena de playa y un puñado de guijarros.

-¿Qué partículas presentan la mayor amenaza para la salud humana?

El cuerpo humano tiene defensas naturales contra las partículas del aire, como el vello nasal y las membranas mucosas. Pero estas defensas en realidad solo son eficaces contra las partículas más grandes, especialmente aquellas mayores de 10 µm.

Las partículas más pequeñas (PM1) superan esas defensas y pueden alcanzar la fina estructura de los pulmones, los alvéolos. Allí pueden contribuir a la aparición de problemas respiratorios y otras enfermedades graves.

Además, ahora se ha determinado que las nanopartículas (0,05 µm) y las partículas ultrafinas (0,1 µm) pueden pasar a través de los pulmones, entrar en el torrente sanguíneo y, por consiguiente, llegar hasta órganos importantes como el corazón, el cerebro, el hígado y el sistema endocrino.

Así que está claro que el riesgo principal de la contaminación atmosférica para la salud humana lo constituye la inhalación de materia en forma de partículas finas o PM1, que está compuesta predominantemente por nanopartículas y partículas ultrafinas.

-¿Cuáles son las principales fuentes de contaminación del aire?

El componente principal del aire contaminado son las partículas sólidas en suspensión. En el aire exterior, la contaminación por partículas puede ser antropogénica (causada por el hombre) o proceder de una fuente natural. Algunas fuentes importantes causadas por el hombre son las emisiones de gases de escape de los vehículos, la generación de energía, la construcción y la industria.

Entre las fuentes naturales más significativas se incluyen el polen, los incendios forestales, los volcanes y la tierra y arena transportadas por el viento. Entre las fuentes de contaminación por partículas causadas por el hombre y las fuentes naturales hay diferencias. Las fuentes que tienen su origen en la actividad humana son responsables de muchas de las partículas más pequeñas presentes en el aire, sobre todo las que proceden de procesos de combustión.


El componente principal del aire contaminado son las partículas sólidas en suspensión


Las partículas procedentes de fuentes naturales tienden a ser de mayor tamaño. Otra diferencia es que los contaminantes causados por el ser humano se suelen generar cerca de zonas con grandes densidades de población, como las ciudades. Por otro lado, los contaminantes naturales suelen recorrer grandes distancias antes de llegar hasta nosotros.

También hay fuentes de partículas dentro de los edificios. Esas fuentes incluyen el polvo generado por alfombras, las partículas que desprende la piel, las partículas que se desprenden de la ropa, las fotocopiadoras, el fuego de leña y carbón, las velas y los aerosoles.

-¿Cómo se mide y se registra la contaminación del aire?

Dado que la contaminación del aire supone una grave amenaza para la salud humana y una significativa carga económica para la sociedad, cada vez se miden y se publican más datos. Muchos sitios web gubernamentales y de ONG incluyen mediciones a tiempo real. Las partículas en suspensión se pueden medir mediante un contador de partículas.

Algunos dispositivos cuentan la cantidad de partículas presentes en el aire, algo que resulta especialmente útil en el caso de las partículas más pequeñas. Otros dispositivos miden el peso de las partículas, una técnica más aplicable a grandes cantidades de polvo o a partículas de mayor tamaño. Muchos contadores de partículas funcionan con baterías, son portátiles y relativamente fáciles de usar. Eso significa que es fácil medir las partículas en suspensión, tanto en el aire en espacios exteriores como interiores.

-¿Cuáles son las dudas más habituales sobre las PM1 y la norma ISO 16890?

Por lo general, la materia en forma de partículas se clasifica en varios tamaños distintos. Son los siguientes:

·Grueso: Tamaño > 10 µm (1 µm = 0,001 mm)
·PM10: Tamaño = /< 10 µm
·PM2,5: Tamaño = /< 2,5 µm
·PM1: Tamaño = /< 1,0 µm

En los últimos años, las mediciones y los informes se han centrado principalmente en los tamaños PM10 y PM2,5. Sin embargo, ahora la atención se centra en las PM1.

-¿Por qué?

Nos hemos dado cuenta de que la cantidad de partículas muy pequeñas, las llamadas nanopartículas y partículas ultrafinas, está aumentando drásticamente. Esto se debe al mayor número de vehículos a nivel mundial y a un aumento de los motores diésel. Y lo que es más importante, las comunidades científicas y médicas aseguran que son las partículas más finas del aire las que presentan mayores riesgos para la salud humana.

-¿Cuáles la relación entre la contaminación atmosférica y la salud?

El cuerpo humano cuenta con defensas naturales como el vello nasal y las membranas mucosas. Sin embargo, esas defensas solo son eficaces contra las partículas de mayor tamaño (PM10). Las partículas más pequeñas (PM1) superan esas defensas y pueden alcanzar la fina estructura de los pulmones, los alvéolos.


Nos hemos dado cuenta de que la cantidad nanopartículas está aumentando drásticamente


Se ha demostrado que las partículas nano y ultrafinas pueden pasar a través de los pulmones, entrar en la corriente sanguínea y, por lo tanto, llegar hasta los principales órganos, como el corazón, el cerebro, el hígado y el sistema endocrino. Así que está claro que el riesgo principal de la contaminación atmosférica para la salud humana lo constituye la inhalación de materia en forma de partículas finas o PM1, que está compuesta predominantemente por nanopartículas y partículas ultrafinas.

En un reciente informe publicado el 6 de septiembre de 2016, un equipo de investigadores de las universidades de Lancaster, Oxford y Manchester ha descubierto una relación entre las partículas metálicas ultrafinas que llegan al cerebro y la enfermedad de Alzheimer. Se sospecha que la fuente de estas partículas son las emisiones de motores diésel.

-¿Qué dice la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la contaminación del aire?

En 2005, la OMS publicó un informe de referencia sobre la contaminación del aire y los riesgos de salud relacionados. En él, se identificó lo siguiente: “Los datos sobre la materia en forma de partículas en suspensión (PM) y sus efectos sobre la salud pública muestran de forma consistente efectos adversos sobre la salud en concentraciones a las que están sometidas en la actualidad las poblaciones urbanas de países tanto desarrollados como en vías de desarrollo. El abanico de efectos sobre la salud es amplio, pero afecta principalmente a los sistemas respiratorio y cardiovascular. La OMS estableció directrices para la exposición diaria y anual a las partículas PM10 y PM2,5. Por ejemplo, el valor de referencia para la exposición anual a PM2,5 se estableció en 10 µg/m3”.

En 2015, la OMS informó sobre el coste económico de los efectos de la contaminación atmosférica en la salud. La OMS afirma que las estimaciones actuales de los efectos combinados de la contaminación atmosférica ambiente y de la contaminación del aire en espacios interiores se sitúan en una cifra aproximada de 7 millones de muertes prematuras al año en todo el mundo, lo que representa una de cada ocho del total de muertes en el mundo.

En Europa, se estimó que el coste económico de las aproximadamente 600.000 muertes prematuras y enfermedades causadas por la contaminación atmosférica en la región europea de la OMS en 2010 fue de 1,6 billones de dólares estadounidenses. Esta cifra equivale casi a una décima parte del producto interior bruto (PIB) de toda la Unión Europea en 2013.

-¿Qué relación guarda la contaminación del aire en espacios exteriores con la calidad del aire en espacios interiores?

Por motivos de eficiencia energética, muchos edificios modernos en las ciudades son relativamente herméticos y ofrecen poca ventilación natural. Se utiliza ventilación mecánica que emplea el aire del exterior para reponer oxígeno y diluir el dióxido de carbono. Esta acción también introduce los contaminantes del exterior en el edificio. Si se tienen en cuenta los contaminantes del exterior junto con los contaminantes de fuentes interiores, es fácil llegar a la conclusión de que la calidad del aire en el interior puede degradarse gravemente.

Hay cierta reticencia a aumentar los niveles de ventilación, ya que el aire del exterior se debe acondicionar en cuanto a temperatura y humedad relativa para garantizar la comodidad de los ocupantes. Al mismo tiempo, también hay reticencia a expulsar el aire acondicionado del interior. El efecto neto son demasiados contaminantes en el interior de los edificios. Como consecuencia, el aire del interior podría estar bastante más contaminado que el del exterior. Según un informe ECA de la Unión Europea, el aire de los espacios interiores puede estar hasta 50 veces más contaminado que el aire del exterior.


El coste económico de enfermedades causadas por la contaminación atmosférica es de 1,6 billones de dólares


Una de las metas de esta campaña es reducir a la mitad el número de muertes por contaminación atmosférica para el año 2030, año fijado como plazo para los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS), aprobados en septiembre de 2015 por la Asamblea General de la ONU.

-¿El abordaje se centra en PM1, ¿se trata de la partícula más pequeña y peligrosa para la salud?

Hoy en día, muchos gobiernos y ONG supervisan y publican datos en tiempo real sobre las materias particuladas (PM). Los tamaños PM10 y PM2,5 son los que se mencionan y se emplean más habitualmente en las pautas para proteger la salud humana, pero no se está prestando atención a un enemigo más pequeño.

Después de numerosos estudios científicos se ha demostrado que, desde el punto de vista sanitario, deberíamos centrar nuestra atención en las fracciones de partículas más pequeñas, llamadas PM1, cuyo tamaño es menor o igual a 1 μm. O para ser más precisos: Las partículas PM1 más pequeñas son las más peligrosas, es decir, las partículas ultrafinas =/< 0,1 μm o las nanopartículas =/< 0,05 μm.

La peligrosidad de estas diminutas partículas para el cuerpo humano radica en que este no está dotado con una protección natural contra ellas. Cuando las inhalamos, se adentran en lo más profundo de los pulmones, pasan a la corriente sanguínea y pueden llegar a provocar enfermedades graves como ataques al corazón y cáncer de pulmón.

-El paso de las partículas PM1 puede bloquearse con los filtros de aire adecuados. ¿La nueva normativa ISO facilita esta opción?

La organización ISO ha presentado la nueva normativa ISO 16890, por la que se prueban y se clasifican los filtros de aire que se emplean en los sistemas generales de ventilación. Los procedimientos de ensayo de esta nueva normativa se adaptan mucho mejor a las condiciones reales de contaminación ambiental que las normativas actuales, y desde el punto de vista de Camfil, esto supondrá una importante innovación y ventajas para los usuarios. 

La nueva normativa también retirará del mercado los productos de bajo rendimiento, Camfil recomienda encarecidamente el uso de filtros con la categoría ePM1 (eficiencia PM1) para mejorar la calidad del aire en los espacios cerrados en aras de nuestra salud.
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