Según un estudio, habría un retorno social de 3,52 euros por cada euro invertido

Un abordaje ‘ideal’ de la insuficiencia cardíaca conlleva ahorros
Nicolás Manito, Maite San Saturnino, María Merino, Josefina Lloret y Emilio Casariego.


26 abr. 2017 14:00H
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El Instituto Max Weber, la asociación de pacientes Cardioalianza y la compañía farmacéutica Novartis han presentado el estudio ‘Valor social de un abordaje ideal de la insuficiencia cardíaca’, un proyecto multidisciplinar llevado a cabo con la colaboración de expertos en insuficiencia cardíaca, tanto cardiólogos como internistas y profesionales de enfermería.
 
El objetivo de este estudio es consensuar un abordaje ideal de los pacientes con insuficiencia cardíaca (IC) en el Sistema Nacional de Salud (SNS) y evidenciar su impacto en términos clínicos, asistenciales, económicos y sociales para favorecer una planificación estratégica óptima de los recursos sanitarios.
 
La sesión ha contado con la participación de Nicolás Manito, presidente de la Sección de Insuficiencia Cardíaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) entre 2012 y 2014 y jefe clínico de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca y Trasplante Cardíaco del Hospital Universitario de Bellvitge; Emilio Casariego, presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) entre 2014 y 2016 y jefe de servicio de Medicina Interna del Complejo Hospitalario de Lugo; María Merino, coordinadora de Proyectos de Resultados en Salud del Instituto Max Weber; Maite San Saturnino, presidenta de Cardioalianza; y Josefina Lloret, responsable de Relaciones con Pacientes de Novartis.
 
El proyecto evalúa tanto el impacto en la calidad de vida de los pacientes como en los procesos asistenciales y en la gestión de los recursos sanitarios. Esta labor analítica permite detectar necesidades no cubiertas y plantear un modelo ideal de abordaje de la IC. Más de 140 ideas se transformaron en 28 propuestas prioritarias de mejora en las diferentes áreas involucradas en el manejo de la patología que repercutirían en 19 cambios positivos para los pacientes, los cuidadores, el SNS, y los profesionales sanitarios. A través de este modelo óptimo de gestión se obtendría un retorno social de 3,52 euros por cada euro invertido en el primer año de su implantación.
 
La carga de la IC
 
Manito ha puesto de manifiesto la importante carga que supone la IC en nuestra sociedad: “la IC es una enfermedad crónica debilitante y concomitante que constituye una epidemia a nivel universal, debido en gran parte al envejecimiento de la población y a los hábitos poco saludables. La patología produce un profundo deterioro en la vida de los pacientes, mermando sus capacidades físicas y limitando su autonomía e independencia para llevar a cabo las actividades cotidianas. Esta situación repercute directamente en el entorno de los pacientes, cuyos familiares y amigos se ven obligados a asumir el papel de cuidador”.
 
Manito también ha abordado el impacto que supone la patología en el SNS señalando que “en España, la IC ocasiona más de 100.000 ingresos hospitalarios al año, con estancias hospitalarias prolongadas que duran una media de 8,4 días. También representa el 2 por ciento de las visitas a urgencias y el 10 por ciento de la mortalidad anual. Todo ello se traduce en unos costes asociados que alcanzan los 2.500 millones de euros anuales, es decir, hasta el 2 por ciento del gasto sanitario total. Además, hay que tener en cuenta que se trata de una enfermedad que afecta principalmente a personas de edad avanzada y por lo que lo más habitual es que se acompañe de otras muchas patologías, hasta 5,3 de promedio, lo cual implica una elevada tasa de reingresos y visitas a diferentes profesionales”.
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