María José Muñoz, directora médica de GSK España.
GSK ha anunciado datos positivos de la fase III de su programa clínico para desarrollar una nueva versión de su
inhalador presurizado o de dosis medida (MDI por sus siglas en inglés),
Ventolin (salbutamol). Los datos confirman que la formulación del MDI de salbutamol que contiene un innovador propelente con
baja huella de carbono (low carbon), HFA-152a, muestra equivalencia terapéutica y tiene un perfil de seguridad comparable al MDI de salbutamol con el propelente actual, HFA-134a.
Los resultados respaldarán las solicitudes de registro de esta
nueva versión de salbutamol, cuya
comercialización está prevista para 2026, lo que puede suponer un importante avance para hacer llegar una opción más sostenible a las personas con enfermedades respiratorias.
Más de 262 millones de personas viven con asma en todo el mundo, y cada año se dispensan aproximadamente 300 millones de MDI de salbutamol a nivel mundial. Utilizado durante una exacerbación, este inhalador puede ayudar a tratar de forma inmediata la aparición repentina de síntomas respiratorios, como la
dificultad respiratoria.
Inhalador de última generación
Kaivan Khavandi, vicepresidente senior y director global de I+D en Respiratorio e Inmunología de GSK, ha señalado: "Un aire sano es esencial para unos pulmones sanos, y nuestro
inhalador de última generación tiene el potencial de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 92 por ciento por inhalador. Casi seis décadas después de su primer desarrollo, este medicamento sigue siendo clave para los pacientes y los profesionales sanitarios, y es un componente fundamental de nuestra cartera de productos respiratorios. Hoy estamos un paso más cerca de conseguir un
MDI de rescate que creemos que seguirá ayudando a los pacientes durante muchas décadas”.
Debido a su volumen y uso en todo el mundo, este medicamento de GSK representa actualmente cerca de la mitad (45 por ciento) de la
huella de carbono total de la compañía a nivel mundial. La compañía colabora con diversos socios para emplear propelentes de vanguardia con el fin de desarrollar una versión de bajas emisiones de carbono de última generación y ha incorporado tecnologías de fabricación avanzadas para respaldar el lanzamiento de este nuevo inhalador.
El profesor Ashley Woodcock, catedrático de Medicina Respiratoria de la Universidad de Mánchester, ha añadido: “Aunque ya existen alternativas de baja huella de carbono, como los inhaladores de polvo seco y los inhaladores de niebla fina, sabemos que muchos pacientes de todo el mundo con asma prefieren un MDI de salbutamol para aliviar sus síntomas. Estos datos deberían permitir a los pacientes utilizar el inhalador que prefieran. Se trata de un avance crucial para ayudar a los sistemas sanitarios mundiales a cumplir sus objetivos climáticos y, al mismo tiempo, optimizar la atención a los pacientes”.
Eficacia clínica y compromiso con el medio ambiente
María José Muñoz, directora médica de GSK España, ha afirmado que “GSK España lleva más de 50 años centrados en investigar y desarrollar fármacos innovadores que ayuden a cambiar el manejo de las enfermedades respiratorias en las diferentes fases evolutivas desde el diagnóstico y para una amplia variedad de perfiles de pacientes. Con el desarrollo de este nuevo propelente de baja huella de carbono, además, reforzamos nuestro compromiso con la sostenibilidad y el cuidado del planeta, esencial para la salud respiratoria. Por ello, estamos muy orgullosos de contribuir a una innovación que combina eficacia clínica, seguridad y compromiso con el medio ambiente”.
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