Al menos en 16, los autores no ven valor añadido entre los productos analizados y las alternativas terapéuticas



21 nov. 2015 21:22H
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Eduardo Ortega Socorro. Madrid
Al menos el 47 por ciento de los informes de posicionamiento terapéutico (IPT) de medicamentos todavía no posicionados terapéuticamente por la Administración y publicados en 2015 no refleja sobre los productos analizados “diferencias clínicamente relevantes” respecto a alternativas ya en el mercado.

Belén Crespo, directora de la Aemps.

Hasta noviembre, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios  (Aemps) ha publicado 45 IPT en 2015, de los cuáles 34 corresponden a productos que todavía no tenían posicionamiento terapéutico alguno. De ellos, según las conclusiones de cada informe, 16 indican que los fármacos analizados no aportan ventajas relevantes respecto a los productos que se están utilizando.

Esta valoración está sostenida por el Consejo General de Posicionamiento terapéutico (CGPT), que en varios de los informes avisa de que “no se han encontrado diferencias clínicamente relevantes entre la eficacia y la seguridad del medicamento evaluado y sus alternativas”.  Por ello, indica que “la elección entre ellos se basará fundamentalmente en criterios de eficiencia”.

Sin embargo, en algunos documentos los evaluadores introducen de forma directa los criterios que les han llevado a esta valoración. Por ejemplo, en el IPT de vortioxetina en depresión mayor, se avisa de que este antidepresivo “cuenta con una evidencia limitada, no ha demostrado beneficio sobre toros antidepresivos y el coste del tratamiento es superior”.

También está el caso de la combinación de fluticasona/vilanterol  en asma, de la que el IPT cuenta que “no aporta ventajas a las ya existentes” y además “presenta incertidumbres relacionadas con la eficacia y seguridad”.

De entre los fármacos ya con financiación, las mayores críticas son hacia albiglutida, un GLP1 cuya “eficacia es más limitada frente a otras alternativas, por lo tanto no tendría cabida en monoterapia”. En relación al conjunto de antidiabético orales, “el uso de otras alternativas antes que albiglutida parece más razonable”.

Llama la atención también el caso de vedolizumab. En colitis ulcerosa, el IPT indica que “constituye una alternativa más de tratamiento de inducción y mantenimiento en pacientes con colitis ulcerosa de moderada a grave que hayan fracasado al tratamiento con terapia convencional o con fármacos anti-TNF”. En cambio, en enfermedad de Crohn no representaría “una alternativa porque los datos obtenidos sugieren un efecto modesto en cuanto a la eficacia y un retraso en la inducción a la remisión en comparación con otros agentes biológicos. Sin embargo, debido a las escasas alternativas terapéuticas en pacientes con fallo o intolerancia a los anti-TNF, vedolizumab podría representar una opción de tratamiento en estos pacientes”.

Sin dudas en hepatitis C y esclerosis múltiple

Sin embargo, en hepatitis C parece no que caben dudas. No hay opinión del CGPT respecto a los nuevos tratamientos que pasaron examen en 2015 (entre ellos, Harvoni) y tan solo se enumeran las indicaciones del producto y sus resultados.

Algo similar pasa en varios productos de esclerosis múltiple, como por ejemplo el dimetilfumarato. En este caso, el CGPT tan solo matiza que “la elección del tratamiento ante un paciente concreto se basará fundamentalmente en criterios clínicos, teniendo en consideración criterios de eficiencia”.

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