El riesgo de padecer un accidente cerebrovascular es cuatro veces superior entre las personas fumadoras

El tabaco, causante directo del 15% de casos de enfermedad circulatoria
El riesgo de padecer infarto es el doble en los hombres fumadores y el triple en las mujeres fumadoras respecto a los no fumadores de ambos sexos,


31 may. 2017 11:30H
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Si se quiere tener una buena salud es requisito indispensable alejarse, en todos los sentidos, del cigarrillo. Para el presidente de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH), José Antonio Páramo, "las enfermedades circulatorias se podrían reducir en un 15% si se produjera un abandono del tabaco".

En los hombres fumadores el infarto agudo de miocardio (IAM) aparece, en promedio, diez años antes que en los no fumadores y, si el consumo es mayor de 20 cigarrillos por día, puede anticiparse unos 20 años. Las mujeres no fumadoras suelen padecer el primer infarto 10 años después que los hombres, pero las fumadoras lo tienen a edades similares. Para la SETH, "el riesgo de padecer infarto es el doble en los hombres fumadores y el triple en las mujeres fumadoras respecto a los no fumadores de ambos sexos".

Otra de las enfermedades que están estrechamente ligadas al tabaquismo es la trombosis, ya que provoca "la formación de coágulos de sangre potencialmente mortales en las arterias (trombosis arterial) o en las venas (trombosis venosa). Estos pueden ralentizar o bloquear el torrente sanguíneo normal e incluso desprenderse y trasladarse hacia un órgano, lo que puede ocasionar una lesión significativa, como infarto de miocardio, ictus y tromboembolia venosa (TEV), las tres principales enfermedades cardiovasculares causantes de muerte".

La mortalidad atribuible al tabaquismo en el sexo masculino es del 46% y entre las mujeres menores de 65 años es del 37 %. Además el riesgo es más alto entre los individuos más jóvenes (de 35 a 60 años).

Enfermedades cerebrovasculares

Aparte de afectar al corazón, el tabaco ataca al cerebro. Hay varios estudios que demuestran que el riesgo de padecer un accidente cerebrovascular entre las personas fumadoras es cuatro veces más alto que quienes no fuman. En palabras de José Antonio Páramo, "el aumento de la frecuencia cardiaca, la vasoconstricción, arterias y venas se contraen dificultando la circulación sanguínea y complicando el riego del corazón y de otros órganos".
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