Alrededor del 15 por ciento de las parejas recurre a tratamientos específicos



10 feb. 2014 14:11H
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Redacción. Madrid
La función ovárica y la fertilidad constituyen un área de especial desarrollo en los últimos años, y, de hecho, así se ha reflejado en diversas publicaciones. Por su interés creciente, la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular (SEQC) ha revisado y actualizado las pautas diagnósticas y de actuación desde el punto de vista del laboratorio de hormonas, contemplando los últimos avances en fertilidad y reproducción, de forma que se ofrezca una formación específica que ayude a los profesionales en su práctica diaria.

Portada del manual de revisión publicado.

Según ha explicado Eugenio Berlanga, miembro de la Comisión de Hormonas de la SEQC, la monografía Función ovárica y fertilidad tiene como objetivos generales la revisión de la fisiopatología y evaluación bioquímica de las enfermedades que afectan a las distintas etapas de la función ovárica, desde la pubertad hasta la menopausia. Incluye una actualización en técnicas de reproducción asistida desde el punto de vista multidisciplinar, ofrece una aproximación a las posibles consecuencias del tratamiento del cáncer en la función ovárica y a las posibles opciones para preservar la fertilidad en las mujeres sometidas a tratamiento oncológico, y hace referencia a la importancia de la función ovárica y el tratamiento del cáncer de mama.

La patología de la función ovárica es muy compleja por la gran cantidad de estructuras implicadas. Así, dependiendo de su causa, puede tener efectos sobre el útero, el ciclo menstrual (amenorrea primaria y secundaria, frecuencia de los ciclos y cantidad del sangrado), la pubertad (pubertad precoz y pubertad retrasada), la esterilidad e infertilidad, la menopausia, etc.

Por ello, resulta muy difícil hablar de prevalencia global de estas enfermedades. En el caso concreto de la infertilidad, ésta afecta a alrededor del 15 por ciento de las parejas y se estima que, en el 33 por ciento de los casos, se debe a problemas que afectan a la mujer.

Tratamiento oncológico e infertilidad

La infertilidad constituye un efecto adverso muy importante a largo plazo de los tratamientos del cáncer, sobre todo en adolescentes y en pacientes jóvenes con deseos de reproducción. El efecto del tratamiento del cáncer en la función ovárica está relacionado con la disminución de los folículos primordiales, la reducción de los folículos maduros y la afectación en la regulación hormonal.

El impacto del tratamiento en el potencial reproductor de la mujer depende de la edad de la paciente en el momento del tratamiento, del tipo de fármacos administrados, de la duración y la dosis total acumulada, así como de la idiosincrasia individual. “Por ello –ha señalado Berlanga– resulta necesario prevenir los efectos adversos de la toxicidad química de la quimioterapia sobre la división celular y el ADN en las células ováricas”.

Avances en técnicas de reproducción asistida

El laboratorio clínico es indispensable en los procesos de reproducción asistida. Los avances obtenidos en los últimos años en las técnicas empleadas en el laboratorio contribuyen a mejorar los resultados que se obtienen. Tanto el Laboratorio de Hormonas como el Laboratorio de Embriología son imprescindibles no sólo para el diagnóstico y tratamiento de la infertilidad y la esterilidad sino para un conseguir un mejor control de los riesgos y complicaciones de las técnicas de reproducción asistida.

En la actualidad, en inseminación artificial conyugal (IAC), se realiza una buena selección de pacientes teniendo en cuenta factores como la edad de la mujer, tiempo de esterilidad, adecuada permeabilidad tubárica y recuento de espermatozoides móviles. Las tasas de éxito de esta técnica puede ser de alrededor del 15 por ciento por ciclo y hasta del 25 por ciento acumulado por pareja después de realizar un máximo de cuatro intentos. En inseminación artificial del donante (IAD) la tasa de éxito resuta algo superior.

La fecundación in vitro con inyección intracitoplasmática de espermatozoides (FIV-ICSI) se sitúa siempre por encima en porcentaje de embarazos y con una curva ascendente a lo largo de los años, tendencia que no ha podido demostrarse en la inseminación artificial.

Investigación de nuevos marcadores diagnósticos

En el campo del Laboratorio Clínico, la investigación reciente se ha centrado en el papel regulador en la función ovárica de la inhibina y la hormona antimulleriana (HMA), que puede tener utilidad clínica como marcador en el diagnóstico prenatal del síndrome de Down, indicador de funcionalidad del cuerpo lúteo, marcador tumoral y de enfermedades gestacionales. “Además se ha puesto de relieve su utilidad en la medida de la reserva ovárica, siendo de gran interés en la predicción de la respuesta ovárica a las técnicas de reproducción asistida, en la individualización de las estrategias de tratamiento y como marcador de reserva ovárica”, ha subrayado este experto.

Sin embargo, la mejor forma de estimar la reserva ovárica sigue siendo controvertida. La evaluación incluye la medición en suero de diversas hormonas (FSH, estradiol, HMA, inhibina), pruebas funcionales de estimulación, así como diferentes parámetros ecográficos como el recuento de folículos antrales.

Por su parte, tal y como recoge esta monografía, el inicio de la pubertad depende de una serie de cambios que dan lugar a la activación de la liberación hipotalámica de la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH). Aunque el inicio de este proceso está determinado por cambios en el sistema nervioso central, los mecanismos precisos no han sido completamente dilucidados. En este sentido, se ha postulado la existencia de factores no neuronales que desencadenan o contribuyen al comienzo de la pubertad y entre las hormonas a las que se les ha atribuido este papel destacan la GH, el IGF-I y la leptina.

La monografía ha estado dirigida por los doctores Eugenio Berlanga Escalera, María Luisa Granada Ybern y María Eugenia Torregrosa Quesada, todos miembros de la Comisión de Hormonas de la SEQC. Dirigida a los profesionales del Laboratorio Clínico, pretende también poner a disposición de los clínicos criterios claros, prácticos y concretos sobre los nuevos parámetros y metodologías para garantizar unas buenas prestaciones optimizando los recursos, y ofrecerles la máxima información para el manejo óptimo de las diversas patologías.

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