Por cada paciente, representa entre 7.772 € y 12.870 €



19 ago. 2014 18:12H
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Redacción. Madrid
El cuidador no profesional supone entre el 60 y el 70 por ciento del coste anual de la insuficiencia cardiaca crónica (ICC) sintomática, según un estudio publicado en la última edición de la Revista Española de Cardiología, que pone de manifiesto que, desde una perspectiva social, el coste asociado al cuidador no profesional (generalmente esposa/esposo o pareja) es notablemente superior al sanitario.

Juan Francisco Delgado, cardiólogo de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca y Trasplante del Hospital 12 de Octubre de Madrid.

Por cada paciente, representa al año entre 7.772 y 12.870 euros (entre un 59,1 y 69,8 por ciento), seguido del coste sanitario medio de 4.860 euros (entre un 26,7 y 37,4 por ciento) y de los cuidados profesionales, entre 451 y 636 euros (3,5 por ciento). Se trata por tanto, en el primer caso, del mayor porcentaje del gasto anual ocasionado por el tratamiento de pacientes con esta enfermedad.

Juan Francisco Delgado, cardiólogo de la Unidad de Insuficiencia Cardiaca y Trasplante del Hospital 12 de Octubre de Madrid y uno de los autores del trabajo ha señalado que, “la novedad del presente estudio es la evaluación de costes desde una perspectiva social y no sólo sanitaria. Es cierto que el cuidador no profesional no recibe esa cuantía económica, pero como miembros de una sociedad debemos ser conscientes de la sobrecarga personal que el cuidado de estos pacientes ocasiona. Además, debemos tener en cuenta la gravedad de la enfermedad, ya que el coste podría duplicarse en los enfermos mas graves”.

De la misma manera que un paciente ingresado en más de una ocasión supone un coste mayor que aquel que haya sido hospitalizado una sola vez, los pacientes con una ICC más avanzada incrementan los costes anuales respecto a los pacientes más leves, tanto a nivel sanitario como de cuidado no profesional, lo que representa un aumento diferencial del 44,53 por ciento.

El estudio persigue reconocer el papel del cuidador como figura esencial en la atención de los pacientes con ICC, apunta el cardiólogo. Además, “su coste social debe tenerse en cuenta, ya que la responsabilidad que acarrean los cuidadores conlleva problemas en su salud, de su vida profesional, su ocio o su vida familiar”, sentencia Delgado.
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