Mejorar el 'feedback' entre el adjunto y el MIR, asignatura pendiente en los programas formativos de la especialidad

La falta de crítica entre el MIR y su tutor pone en peligro la formación
Jesús Arroyo, Jesús Millán, y Beatriz Sánchez. En la parte superior de la imagen, Sylvia Belda y Gerardo Said.


27 may. 2018 18:30H
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POR JESÚS ARROYO
Durante estos días comienza la andadura formativa de los 6.513 MIR que este año han escogido una plaza. Desde ahora y hasta el final de su formación comenzará una relación de amor-odio entre los residentes y sus adjuntos. Un nexo ue en muchos casos va más allá de la formación sanitaria. Para muchos el adjunto es la ayuda esencial que completa la formación del MIR. Para otros, un escollo que dificultad el día a día de los residentes. Como en todos los ámbitos laborales hay diferentes roles que se deben de asumir por cada trabajador. En un hospital es igual. Desde el punto de vista y la experiencia del MIR, adjuntos y tutores, Redacción Médica intenta poner luz y desmitificar lo que hay detrás de esta relación.  

¿Qué papel le correspondería al adjunto en la formación del R1? En este caso, Sylvia Belda y Jesús Millán son las dos personas que mejor nos podrían explicar esa relación. 

Sylvia Belda, Médico Adjunto del Servicio de Medicina Intensiva Pediátrica del
Hospital Universitario 12 de Octubre
: Creo que el papel del adjunto es fundamental en la formación del residente. El adjunto debe introducir al residente en lo que es su mundo laboral y en lo que se espera de él, facilitando así la formación. El papel del MIR es complejo porque tiene una doble vertiente: la de trabajador y estudiante, y es muy importante equilibrar la balanza entre derechos y obligaciones. Ahí el adjunto es un mediador fundamental. Aparte de como ejemplo docente, porque muchas veces copias de tus adjuntos, es muy importante que desde el inicio se aclaren exactamente las expectativas que se tienen de ese residente. Este es el papel fundamental del R1 que además entra acostumbrado a ser un estudiante a un papel en el que ya está trabajando, y muchas veces esa balanza entre formación y trabajo les genera ciertas dudas, independiendo con qué adjunto te encuentres.

Jesús Millán: "La diferencia entre el R1 y el R5 es que esto no funciona por un apilamiento de conocimientos, sino por un sistema constructivista"

Jesús Millán, presidente de la comisión de docencia del Hospital Gregorio Marañón: El sistema MIR se caracteriza porque una persona llega con una formación determinada y lo tenemos que hacer especialista. Eso significa en la práctica que los años que viva su formación son determinantes para su trayectoria profesional. Dicho de otra manera, hacer la especialidad es algo más que hacer el MIR y ese algo más lo da el entorno donde haga la residencia y por lo tanto las personas que tenga al lado. La particularidad del adjunto es que es la persona encargada de transmitirle conocimientos, de transmitirle información pero también es la persona encargada de servirle de modelo, de modelo de actuación, de modelo de valores, de forma de ser, de forma de hacer las cosas. Y si ese adjunto, no lo olvidemos porque es una figura clave en el sistema MIR, además es tutor de residentes, es decir, tiene la responsabilidad de planificar la formación, de señalar el itinerario formativo, de evaluar al residente, pues la trascendencia como facilitador del aprendizaje es todavía mayor.

Beatriz Sánchez, MIR de Medicina Interna del Hospital Universitario 12 de Octubre, termina su formación esta semana. ¿Cómo ha sido su relación con los adjuntos?

Beatriz Sánchez, MIR de Medicina Interna del Hospital Universitario 12 de Octubre: Hay de todo, es complicado calificar algo como bueno o malo, yo creo que más que una persona sea eficiente, deficiente, buena o mala en su trabajo, al final lo importante de la relación entre el residente y el adjunto es que haya ese espíritu docente que caracterizan a los hospitales universitarios y creo que es una vertiente muy importante de toda la profesión médica. En ese sentido, hay de todo tipo de adjuntos. Hay adjuntos más reservados, que van más independientemente en su trabajo y hay adjuntos que priman mucho más esa vertiente docente y les produce una motivación personal mucho mayor.

Y en su caso, ¿cuál ha sido la tónica generalizada?

Beatriz Sánchez: La tónica en los hospitales universitarios es que efectivamente hay mucha gente que se preocupa por transmitir esos conocimientos, que los menos son los que quizás estén menos acostumbrados a transmitir, a educar de esa forma, pero sí hay mucha gente que de forma totalmente desinteresada que intenta llevar un poco el liderazgo y conducir a los residentes para que acaben siendo especialistas.

Por el contrario Gerardo Said comenzó el año pasado su formación MIR como residente del Servicio de Reumatología del Hospital La Paz. ¿Qué se ha encontrado durante su R1?

Gerardo Said, MIR del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario La Paz:
Hay adjuntos que son muy buenos y hay adjuntos que no. Y la verdad es que esto viene en línea con los distintos tipos de capacidades y actitudes que tienen unos y otros, así como el desarrollo distinto de las áreas cognitivas que puede tener un adjunto. Por ejemplo, podemos tener adjuntos que son académicamente excelentes pero ya a la hora de la empatía con el paciente tal vez no lo son tan buenos o viceversa, podemos tener un adjunto que es increíblemente afable con los pacientes, se lleva muy bien con ellos, se gana su corazón, pero a la hora de tomar decisiones puede titubear mucho.
En mi caso, si veo que un adjunto tiene métodos mucho más efectivos para poder llegar al paciente, sobre todo los pacientes que son difíciles de tratar, que tienen enfermedades crónicas, que tienen enfermedades terminales, pues me quedo con lo mejor de él y lo aplico a mi día a día.

Sylvia Belda: "Si tú estás en un hospital docente, es una obligación del médico saber que la formación es parte de tu trabajo". 

Sylvia Belda: El residente MIR debe ser consciente que tiene que aprovechar todas las oportunidades que se les da para aprender y el "mal adjunto" también es una oportunidad de aprender, de aprender lo que no queremos hacer. Creo que ahí el tutor ayuda mucho a decirle al residente, “mira, no todo el mundo es igual de docente”.

¿El hecho de ser adjunto o tutor MIR supone una sobrecarga en su trabajo?

Jesús Millán:
La respuesta es inequívoca, sí. Es una sobrecarga. El planificar la formación, el hacer un seguimiento, el preparar materiales para esa formación, el evaluar a los residentes es una sobrecarga, indudablemente, desde todos los puntos de vista, desde el punto de vista intelectual y desde el punto de vista temporal y desde el punto de vista de la dedicación. Y eso, desafortunadamente, no siempre está reconocido dentro del sistema sanitario. Hay aún todavía comunidades autónomas que no han desarrollado la figura de los tutores y el Boletín Oficial del Estado lo señala claramente cuáles son las directrices para reconocer esa labor del tutor. Es verdad que también tiene que tener una contraprestación, que es la preparación del tutor en técnicas y en materia de pedagogía o técnicas de evaluación, por lo tanto, una exigencia de ciertos requerimientos para ser tutor. Antes señalábamos cuál es el perfil del tutor, pues si tiene que hacer todas esas cosas se requerían una serie de circunstancias, pero al mismo tiempo se requerían también el reconocimiento de ese tutor, desde todos los puntos de vista, no solamente desde el punto de vista científico, en los varemos de promoción, o en los baremos para la carrera profesional, etc.

Sylvia Belda: Sin lugar a dudas, es una sobrecarga de trabajo, pero es una sobrecarga que redunda mucho también en uno mismo. Es cierto, también hablo desde mi persona que me gusta mucho la docencia, que soy tutora, que soy profesora asociada, o sea que es una parte que considero muy importante en mi labor, pero creo que uno, aunque no tenga un perfil tan docente, tiene que saber que es importante que es una sobrecarga pero que redunda en una motivación también propia muy importante. Al final es innegable que la gente joven trae una energía, una motivación, unas ganas de cambiar cosas de las cuales nos beneficiamos nosotros también, aparte de que sea tu obligación. Además, es una lacra del sistema que no haya un reconocimiento mayor para los adjuntos o los tutores. Hay buenos y malos, pues eso no debería dar igual, el adjunto que es docente se le debería reconocer, igual que el tutor que ejerce su labor y lo hace bien y realmente se preocupa y está pendiente, no es lo mismo que un tutor que hace las cosas de forma más mediocre.

¿Se han encontrado compañeros que se apuntan a esta docencia, a estas tutorías por el simple hecho de un extra en la nómina?

Sylvia Belda: Por la nómina seguro que no porque no se refleja en la nómina. Creo que las motivaciones siempre son variopintas y hablar en general es muy complicado. Es difícil encontrar un tutor que no tenga al menos cierto interés docente porque exige una carga de trabajo no reconocida, al menos actualmente, entonces, sí que no somos todos iguales, eso es un hecho y hay gente que es más cercana con los residentes y entonces es más sencillo solucionar problemas.

Cambiando de tercio. Gerardo Said, ¿cómo recuerda su desembarco en el hospital?

Gerardo Said: La verdad es que cuando tú llegas al hospital sí que te acogen, te instruyen muy bien, usualmente los primeros dos días son para firmar contratos pero el jefe de residente o la jefa de residentes se encarga de reunir a un grupo de MIR que te da una bienvenida, te muestra el hospital y luego de eso tienes dos semanas en las cuales se te habla un poco sobre la infraestructura del hospital, la visión, cómo se distribuyen los trabajos, luego te dan un curso básico de formación y cierto es que, por lo menos hablando por La Paz, que se mantiene muy bien el hecho de que el R1 se sienta cómodo.

Beatriz Sánchez: La sensación es parecida a lo que ha comentado Gerardo. Al principio se comienza siempre con cursos, uno va haciendo la transición poquito a poco, despacio, y creo que es inevitable que se haga de esta forma porque al final uno aterriza, todo es completamente nuevo y para poder llegar a ser útil necesitas tener ese periodo de transición hasta ya poder sacar adelante los pacientes.

Gerardo Said; Sylvia Belda; Jesús Arroyo; Jesús Millán; y Beatriz Sánchez en el plató de Sanitaria 2000.

Gerardo Said; Sylvia Belda; Jesús Arroyo; Jesús Millán; y Beatriz Sánchez en el plató de Sanitaria 2000. 


¿Qué os faltó?

Beatriz Sánchez: En los primeros días te transmiten de una forma mucho más teórica los conocimientos de lo que luego vas a ver en el día a día. Entonces, se dan cursos, el tutor se presenta, pero lo que es el día a día, cómo pedir las pruebas, cómo hacer que funcione el ordenador, el programa informático, todo eso que parecen tonterías al final es lo que falta al principio hasta que uno se acostumbra.

Sylvia Belda: Quería comentar también que a lo mejor es difícil ser representativos cuando estamos aquí personas de tres hospitales muy grandes con mucha trayectoria docente y que en muchas especialidades son los hospitales que se escogen primero. Entonces, sí creo que hay hospitales donde esto a lo mejor no funciona así.

¿Qué tipo de mejoras se pueden proponer para incentivar la relación entre el MIR y su adjunto?

Jesús Millán: El sistema MIR se fundamenta en un continuo educativo durante este tiempo que de manera insensible el especialista va recibiendo información y aprendiendo cosas. La diferencia entre el R1 y el R5 es que esto no funciona por un apilamiento de conocimientos, de ir poniendo ladrillos, sino por un sistema constructivista en el que se va construyendo los conocimientos, el juicio y la forma de ejercer la especialidad que es lo que te permite las soluciones complejas. Pero claro, eso tiene la particularidad, el defecto que a veces deja ver huecos y áreas para mejorarlo. Algunas de ellas, ya se ha citado, y me gustaría señalarlo nuevamente. Nuestro sistema ahora mismo en formación no es especifico, sino genéricos y transversales. Somos unas hachas enseñando Medicina Interna o enseñando Reumatología o enseñando cualquier otra especialidad pero no somos unas hachas enseñando comunicación, transmisión de malas noticias, iniciando la investigación a nuestros residentes. No formamos a nuestros residentes sin su labor docente que tienen que tener. El médico por definición es una persona docente que ha de transmitirle al siguiente que venga y a las siguientes generaciones los conocimientos. Tenemos un reto y ahí tenemos que entonar el mea culpa.

¿Y con respecto a la evaluación?

Jesús Millán: En este sentido, va a haber un cambio sustancial al respecto que es mejorar la forma de evaluación de nuestros residentes. Ahora mismo estamos evaluando básicamente con un concepto sumativo y aritmético y realmente la evaluación pues tiene que ser más una evaluación formativa con un ‘feedback’ permanente entre las cosas que van bien, que van mal y que van regular, porque todos los residentes no son iguales.

Sylvia Belda: Las habilidades que no están consideradas como curriculares, como es justo el trato con los pacientes, cuando haya algún tipo de situación difícil con los familiares o con los pacientes, la comunicación de malas noticias, es fundamental. Sólo añadiría una última cosa que creo que es muy importante en nuestra trayectoria profesional porque al final nos enfrentamos a situaciones difíciles, en general, el paciente enfermo lo está pasando mal y el sanitario muchas también lo pasa mal y creo que hay que capacitarles también para enfrentarse a este tipo de situaciones. O sea que, creo que lo único que añadiría es que el MIR adquiera también habilidades para superar la muerte de un paciente, algún tipo de "esto no hay ido como esperaba", o "he puesto un tratamiento que ha fracasado" y creo que a veces eso no lo recordamos porque se da por hecho que el médico es  "todopoderoso" y el médico también sufre y creo que es lo único que añadiría.

¿Estáis de acuerdo?

Gerardo Said:  "Siempre tienes que mantener un equilibrio entre las cosas buenas, las malas y cómo mejorarlas entre el MIR y el adjunto". 

Gerardo Said: quiero recalcar algo que bien mencionó Jesús Millán que era el ‘feedback’, y es que desafortunadamente muchas veces en la convivencia entre el adjunto y el MIR falta que se digan las cosas malas que usualmente hacemos. Eso nos refuerza. Ahora bien, también es necesario decir las cosas positivas. A mí me gusta siempre hacer un análisis que se utiliza mucho en gestión de la calidad total que es el FODA, que es: Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas. Entonces siempre tienes que mantener un equilibrio entre las cosas buenas, las malas y cómo mejorarlas.

¡Interesante eso que dices!

Sylvia Belda: Quería ahí añadir que muchas veces el ‘feedback’ también se recibe tarde. Estamos poco habituados a la crítica y yo les digo que la crítica son oportunidades de mejora, incluso de los errores enormes para así catalizarlos y mejorar. Si tú un error lo vives como: "esto no me va a volver a pasar porque de esto voy a aprender, se saca un aprendizaje". La gente que llega a MIR son excelentes estudiantes, han pasado por el colegio y la universidad con notas brillantes, han podido escoger en una oposición difícil y no están acostumbrados a tolerar frustraciones, lo ven como que no tienen capacidad.  Y yo creo que es fundamental como adjunto y como tutor transmitir que no es un problema de capacidad, es un problema de aprendizaje. Y creo que eso es una de las cosas más importantes de los adjuntos docentes, vivir eso como oportunidades de mejora porque en nuestra profesión ninguno vamos a acertar al cien por cien de las veces. Y ahí también el ejemplo es muy importante del adjunto, el cómo toleras tú las críticas o los errores, o las oportunidades de mejora.

¿Usted ha tenido ese feedback que se ha mencionado aquí durante estos 5 años de residencia?

Beatriz Sánchez
: Es que no podría estar más de acuerdo con lo que habéis comentado. La sensación que me llevé de R1, y lo recuerdo perfectamente, era de decir no sé si lo estoy haciendo bien, mal, o regular. Es la primera vez que te enfrentas a esa sensación porque durante la carrera, durante el MIR, vas haciendo exámenes, vas teniendo ese ‘feedback’, pero luego cuando llegas a la profesión de verdad nadie te dice: ¡fenomenal!, palmadita en la espalda, o: ¡no, no vayas por este camino! Ese ‘feedback’ no está estructurado. No está puesto sobre el papel cómo hacerlo y va haciéndose un poco en el día a día, unos lo hacen mejor, otros peor y creo que muchas veces muchos adjuntos ni siquiera saben cómo enfocarlo, cómo decir las cosas. A veces la relación es muy directa y es un poco violento decir ciertas cosas. De ahí que crea que el tutor como mediador entre el adjunto y el residente cumple un papel fundamental.

Y en su caso, ¿qué cambió?

Beatriz Sánchez: 
Creo que el tiempo. Siempre hay ayuda de terceros. El tutor también cumple un papel fundamental en ese sentido, ayudarte a darte cuenta, a tolerar la frustración y luego pues también te encuentras situaciones que te van haciendo aprender, o sea que es una etapa de tu vida que, al final, como has estado tan enfocado en la carrera estudiando, empiezas a madurar en otro sentido mucho más tarde, y creo que es una etapa vital que va sufriendo muchos cambios también en tu forma de enfrentar las cosas.

¿Es necesario estructurar una evaluación centrada en la tarea que hacen los adjuntos y los tutores con los MIR?

Beatriz Sánchez: "Muchas veces no solo vale el conocimiento teórico médico, sino como enseñar a informar a la familia sobre una situación complicada o reconocer los errores médicos"

Beatriz Sánchez: Sí, creo que el ‘feedback’ tiene que ser recíproco. De hecho, en el hospital ya se hacen encuestas de evaluación, no sólo hacia el residente sino que el residente evalúa a los adjuntos, aunque sea de una forma anónima. Se intenta reforzar a los adjuntos tanto lo bueno como lo malo y por qué camino deben ir, qué cosas tienen que valorar más de la profesión, qué es lo que tienen que transmitir. Muchas veces no ya solo el conocimiento puro teórico médico, sino lo que decíamos, enseñar como informar a la familia, cómo enfrentarse a las situaciones al final de la vida que tantas veces nos enfrentamos, cómo afrontar los errores médicos también que es un tema que no se habla muy a menudo pero que cada vez va saliendo más, todo ese tipo de cosas...

Gerardo Said: Además añadiría que se les debe de dar un aliciente. Si tienes un adjunto que hace una buena función asistencial y tienes un tutor que hace una muy buena función de tutelaje, se les deben de incentivar. Qué sé yo, dándole más días libres al año, aumentándole un poco la paga o incluso hasta enviándolo de vacaciones a algún sitio, porque al final cuando el ser humano tiene una motivación, se esfuerza más.

¿Qué opinan los tutores?

Sylvia Belda: A veces da la sensación en nuestro sistema que da lo mismo tener una formación de calidad. La formación tiene mucho de vocacional, pero es verdad que a veces el sistema es poco favorable. Las valuaciones deben de ser, a todos los niveles y cuanto más públicas y más normalizadas estén, más fácil. No debemos de tomarlo como una crítica, vuelta a lo mismo, sino como una oportunidad de mejora. Creo que hay poca cultura, en general, abierta a la crítica.

Jesús Millán: La labor del tutor es tan trascendente que requiere ciertas especificaciones para ser tutor: preparación, requerimientos, etc. Al mismo tiempo hay que compensar y reconocer ese trabajo, es decir, se le debe de exigir a los tutores cierta capacidad pedagógica, cierta capacidad de conocimiento de técnicas modernas. A un tutor también se le debe exigir que sepa lo que es la evaluación formativa o cuál es la diferencia con una evaluación sumativa, pero eso se le debe de reconocer.

Muchos MIR de R1 denuncian que se han llegado a sentir como el becario del adjunto. ¿Habéis tenido alguna vez esa sensación?

Beatriz Sánchez:
Es una sensación muy común al final del año del R1, sentirte un poco como el secretario. Aun así, hay que reconocer que esa labor es muy  importante porque sin hacer eso no se lleva a cabo nada del proceso asistencial del paciente, o sea que forma parte del trabajo, aunque sea la parte más "aburrida". Y por otro, creo que es fundamental implicar al residente en las decisiones, un poco lo que decíamos antes, que desde el R1 no tienes por qué tomarlas, desde luego, porque es muy pronto, todavía no tienes la suficiente experiencia, pero creo que sí que el adjunto debe transmitir el razonamiento clínico que ha tenido y cómo ha llegado a esa decisión, es decir, pues mira, ¿qué harías tú en este caso?, someter un poco al residente a hacerse preguntas, y de esa manera evitar la sensación de que ¡sólo estoy para hacer el papeleo de becario!

Gerardo Said: Al inicio el MIR siempre se siente así. Creo que a mí lo que me gustaría agregar es que también uno debe poner de su parte, en el sentido siguiente: por ejemplo, a mi me gusta siempre tantear el terreno porque pues de repente tengo que estar tres meses con el adjunto, seis con otro, y así sucesivamente. Entonces, al inicio pues lo que a mí me gusta hacer y tal vez se lo recomendaría a los que están por entrar es, primero, pedir la opinión, como por ejemplo: "oye, ¿y qué te parece si le pedimos a este paciente un escáner de cerebro? o ¿qué te parece si a este paciente le pedimos una resonancia de columna?" El adjunto tiene muchísima más experiencia que un residente, pues tal vez, como tiene que estar más pendiente de muchas cosas a la vez, de la consulta, de su familia, de lo que sea, pues, a veces se nos pueden escapar cosas y ya luego pues de repente: "oye tienes razón, me parece muy bien”. Entonces así también tú das pie a que se te reconozca no solamente como un estudiante más, si no ya un colega.

Un momento durante el debate MIR vs Adjuntos.

Un momento durante el debate MIR vs Adjuntos. 


Al igual que puede haber adjuntos eficientes e ineficientes. ¿Hay MIR eficientes e ineficientes?

Sylvia Belda: Hay gente con unas capacidades más desarrolladas en un ámbito que en otro. Quizás hablar de ineficiente me parece un término difícil porque me parece muy drástico. Por supuesto hay adjuntos más docentes y menos. Yo creo que es una obligación del sistema si tú estás en un hospital docente, que sepas que eso es parte de tu trabajo, aunque el reconocimiento no sea el que debiera, es parte de tu trabajo. Y me parece una cosa muy inteligente lo que ha dicho Gerardo, que es que el propio residente sea un catalizador de la respuesta del adjunto. Tú te puedes encontrar con un adjunto muy poco docente, pero si tú eres hábil y te muestras motivado y pese a que con el adjunto no acabas de conectar, intentas trabajar lo mejor posible, te interesas por los pacientes, y eso a veces es difícil porque con el adjunto con el que te llevas fenomenal es muy fácil y el que te cuenta todo, pues ese va solo y saca lo mejor de los residentes

¿Hasta dónde llega la responsabilidad legal del R1?

Sylvia Belda: En teoría, a nivel legal hubo un cambio en 2008 que obligaba a que los informes de alta los firmara un adjunto. Normalmente el adjunto tiene la obligación de firmar las altas, pero es verdad que a nivel práctico a veces es difícil. ¿El adjunto al que no se le ha consultado puede tener una implicación legal? Los adjuntos que supervisan al R1 conocen todas sus responsabilidades antes de firmar los informes de alta y si están informados de una cosa y deciden que el residente es capaz de verlo y se fían pues ahí hay que ahondar en cada caso en particular.

Gerardo Said: La dinámica de supervisión que nosotros tenemos ahí en La Paz en el área de Urgencias es que tú llegas a la guardia y bueno, lo primero que hay que hacer es saber cuál es tu equipo de trabajo, y localizar al adjunto. Cuando a un MIR le toca estar en las consultas siempre tiene un adjunto a quién acudir. Aunque esa persona en ese preciso momento no esté, siempre habrá alguien que te diga "tu adjunto al que tienes que acudir si tienes alguna duda es tal persona." Entonces, en ese sentido la verdad es que no me he sentido abandonado.

Beatriz Sánchez, durante estos cinco años de formación MIR no sé si se ha sentido en algún momento abandonado por el adjunto.

Beatriz Sánchez: Hombre, abandonada no sé. En mi caso personal, si es cierto que cuando entré al hospital hace cinco años se dieron una serie de circunstancias, jubilaciones masivas, hubo un poco de cambio en el servicio y ahí sí que es verdad que momentos de encontrarse solo los hemos tenido. Por eso, yo creo que siempre lo importante y lo que intento transmitir a los residentes pequeños es: "tú, pregunta, ante la duda siempre pregunta, es tu obligación preguntar". Es lo que me transmitieron a mí mis residentes mayores y yo se lo transmito a ellos. "E identifica a quién puedes preguntar, yo misma me ofrezco en cualquier momento", o sea que al final lo importante es tener la referencia, aunque no esté de presencia física, poder decir, si tengo una duda voy a preguntar.

Conclusiones del debate MIR: 'Adjuntos vs residentes. ¿Ayuda o tortura en el MIR?'

CONCLUSIONES 

Sylvia Belda: El residente tiene que saber que es una parte fundamental del hospital. Es parte activa del trabajo que se hace y tiene una capacidad de cambiar las cosas casi ilimitada. Eso les confiere la responsabilidad que necesita. Un hospital sin residentes no solo no funcionaría a nivel laboral, sino que nos faltaría una motivación fundamental para seguir mejorando. Tienen una energía, juventud, ganas de cambiar las cosas y comerse el mundo, que nos contagia. Creo que de esa relación sacamos provecho las dos partes. A mí el trabajo con los residentes me parece una de las cosas más maravillosas que tiene nuestra profesión y creo que el que se haga médico sin saber que una parte de la Medicina es la docencia, pues se pierde una parte enorme porque la profesión médica, por definición, tiene una parte docente. Y así lo dice el juramento hipocrático y así creo que está concebida la Medicina en nuestro país. Como aspecto a mejorar, sin duda, creo que tiene que ser una relación más fluida, creo que tiene que haber un ‘feedback’ bilateral y una apertura a la crítica y ver eso como una oportunidad para mejorar.  Tenemos que abrirnos a la crítica, aceptarla como una oportunidad de mejora de las dos partes y es una relación de la que solo podemos salir beneficiados.

Jesús Millán: El sistema MIR tiene muchos aspectos muy positivos. El primero de ellos es que es un sistema fuertemente regulado. Incluso está tan regulado hasta el punto de decir lo que puede hacer y firmar un R1. Eso es una virtud, es una virtud porque conocer las reglas del juego siempre es importante. El segundo es que hay personas que están muy motivadas con la formación del residente. Otro tercer aspecto es que la formación de residentes para los hospitales en general es algo muy importante y por lo tanto el compromiso de la dirección es firme con la formación de los residentes. ¿Hay que mejorar? Hay que mejorar, indudablemente. Los programas formativos tienen que estar actualizados, hay algunos programas que datan de la década de los 80 y bastante de la década de los 90. Los programas formativos tienen que estar permanentemente actualizados pero eso es un proceso que está en marcha. Yo creo que en esos programas formativos hay que incluir determinadas competencias transversales, que en algunos programas actualizados, el de Oncología Médica, ya están incluidas, etc. Hay que hacer hincapié en la mejora permanente de las técnicas y los instrumentos de evaluación del residente. Y hay que sensibilizar a los residentes, es muy difícil porque los residentes no lo perciben durante sus años de residencia, no perciben la trascendencia que puede tener formarse y hacer investigación.

Beatriz Sánchez: Lo mejor es el aprendizaje mutuo. Aprendes de ellos, aprenden de ti y luego estableces lazos que incluso llegan al terreno personal. Al final te llevas una familia, como decíamos antes, para toda la vida. Hay aspectos a mejorar sobre todo en la investigación. Olvidamos mucho esa vertiente y se debería fomentar más, debería ser un poquito más estructurada en el plan del MIR para hacer así algo de investigación clínica, quizás. Y luego también lo que decía Sylvia sobre el reconocimiento del sistema MIR y de la labor que hacen los adjuntos, especialmente los tutores, en la formación, debería estar un poco más reconocido, o por lo menos algo reconocido por las estancias superiores.

Gerardo Said: Todos los residentes tenemos una muy buena relación, me encantaría que siempre se mantuviese así porque cuando la Medicina es un trabajo en equipo al final es mucho mejor. Y aparte de eso, si tú sales del hospital manteniendo esa idea, sobre todo si, no solamente con tus compañeros, sino con tus residentes mayores, con tus adjuntos, con el personal de Enfermería, con los celadores, con el personal de limpieza, o sea, si tú tienes ese concepto de "tengo que tener una buena relación con todos", esa idea la llevas a otro sitio de trabajo, es como en tu casa, si tus padres te enseñan a tener una buena relación con la demás, al final es como una casa. Vas al hospital de lunes a sábado o de lunes a domingo y al final pues termina siendo una segunda casa.

Debate MIR: 'Adjuntos vs residentes. ¿Ayuda o tortura en el MIR?' (Parte 1)

Debate MIR: 'Adjuntos vs residentes. ¿Ayuda o tortura en el MIR?' (Parte 2)


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