Vicente J. Baixauli, recientemente nombrado presidente de Sefac, se une al documento Lecciones Covid-19

"La red de farmacias sigue sin aprovecharse en todo su potencial"
Vicente J. Baixauli, presidente de Sefac.


24 nov. 2020 17:55H
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La farmacia comunitaria es un punto de consulta habitual de muchos de los pacientes con riesgo de complicaciones por el coronavirus. Sus profesionales ha tenido en la primera ola de Covid-19, y vuelven a tener en la segunda, un papel destacado en esta crisis sanitaria. Precisamente, concienciar sobre su papel y aprovechar más la red de farmacias es uno de los grandes objetivos de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac).

Su presidente, Vicente J. Baixauli Fernández, se une a la segunda parte del documento Lecciones del Covid-19, un trabajo coordinado por Redacción Médica que recopila testimonios de voces involucradas en esta pandemia para evaluar los fallos de la primera ola y poner soluciones a una posible saturación asistencial en la segunda. 

¿Qué medidas considera que fueron más acertadas ante la primera ola ante el Covid-19?

Creo que lo más destacable es que, a pesar de algunas excepciones, la gran mayoría de la población siguió con mucha disciplina las recomendaciones sanitarias y aplicó con rigor el confinamiento domiciliario durante el primer estado de alarma. Esto permitió ir doblegando la curva de casos.

¿Cuáles fueron los mayores errores ante la primera ola, visto con perspectiva?

Es fácil, a toro pasado, caer en la tentación de juzgar los errores. Sí creo que los errores cometidos, que los hubo, tienen que servir sobre todo para aprender y centrarnos en áreas de mejora que nos impidan volver a cometerlos, no solo ahora, sino en futuras nuevas olas u otras pandemias. Es evidente que a nivel general la sensación es que se podía haber actuado mucho antes, viendo los antecedentes que algunos países cercanos, fundamentalmente Italia. Creo que también está claro que hubo problemas más que serios en la provisión de equipos de protección entre los profesionales sanitarios, incluidos los farmacéuticos, y que si no se recomendó el uso de mascarillas entre la población es porque no había suficientes en aquellos momentos. 

"En la primera ola se contó poco o nada con la Atención Primaria, incluyendo la red de farmacias"




Desde el punto de vista sanitario creo también que en la primera ola se contó poco o nada con la Atención Primaria, incluyendo la red de farmacias, que aunque fueron declaradas como establecimientos esenciales durante el confinamiento, apenas contaron con el apoyo de la Administración más allá de acciones puntuales a nivel autonómico y siguen si tener un papel tan relevante como podrían en una situación en la que el colapso de los centros de salud y de muchos hospitales es innegable.

En general, considero que no se contó lo suficiente con los distintos colectivos profesionales al diseñar la estrategia de abordaje de la pandemia a pesar de los muchos ofrecimientos que se hicieron y creo también que se ha demostrado que no estábamos tan bien preparados en materia de salud pública como se pensaba, pues ha sido palpable la ausencia de coordinación y de un sistema centralizado de datos que permitiera seguir la evolución de la pandemia con certeza. Esto ha condicionado mucho la capacidad de respuesta del sistema en determinados momentos, pues sin datos fiables es muy difícil tomar decisiones. Lo hemos visto también ahora con la ausencia de indicadores epidemiológicos claros.

¿Qué cree que ha hecho que España se enfrente a una segunda ola de esta naturaleza?

Creo que todo el mundo sabía que una segunda ola era previsible. El problema es que pensábamos que estaríamos mejor preparados o que podría controlarse mejor y, aunque en algunos aspectos es cierto, el hecho es que no hemos sabido o podido corregir algunos de los errores de hace unos meses, lo cual nos puede abocar a tener que tomar de nuevo medidas drásticas como los confinamientos. Esto tampoco es extraño, porque está pasando en otros países. Lo que ocurre es que mientras en otros países toman las decisiones con unas cifras mucho menores, aquí tenemos de nuevo las tasas de incidencia disparadas. ¿Qué ha pasado?
Varios pueden ser los factores:

1) Se hizo una desescalada muy rápida con el objetivo de salvar el verano desde el punto de vista económico, eso provocó también una relajación por parte de la población en la aplicación de las medidas.

2) No se ha invertido lo suficiente en mejorar la red de rastreo de casos, lo cual ha impedido contener los brotes y se ha vuelto a generar una transmisión comunitaria incontrolada.

3) La Atención Primaria, sobre la que ha recaído más responsabilidad en la segunda ola, tampoco ha sido dotada de los recursos suficientes y esto no solo ha generado problemas en el abordaje de la Covid-19, sino también en el tratamiento y prevención de otras muchas patologías.

4) La red de farmacias sigue sin aprovecharse en todo su potencial, sin posibilidad de realizar test de detección precoz o sin permitir que pueda colaborar en tareas de vacunación contra la gripe en una campaña que este año debería ser más exitosa que lo conseguido en años anteriores.

5) Ha faltado de nuevo coordinación entre las CCAA y el Ministerio de Sanidad, con disparidad en la aplicación de medidas y en la aplicación de los tiempos, además ha seguido habiendo un enfrentamiento político que no ayuda en nada a la resolución de la crisis, más bien lo dificulta. Todo esto está generando, además, mucho hastío y pérdida de confianza en la población, dando armas a movimientos negacionistas y, de este modo, haciendo más difícil el seguimiento por parte de la población de las recomendaciones sanitarias. 

"Hay que abandonar el ruido político que solo propicia enfrentamientos"




¿Qué medidas se deberían tomar para frenar la pandemia en nuestro país?

Creo que justo las que anteriormente he indicado que no se han hecho:

1) Mejorar la inversión en salud pública, invirtiendo en rastreo, mejorando los sistemas de información epidemiológica y aumentando la transparencia y colaboración entre Administraciones.

2) Dotar de más recursos a la Atención Primaria para que no se vean también afectados otros pacientes no Covid-19 y evitar que proliferen los casos graves, especialmente en residencias, y aumenten los ingresos hospitalarios.

3) Utilizar mejor la red de farmacias comunitarias, propiciando la coordinación con los centros de salud, colaborando en la realización de cribados y test y contribuyendo, mediante la atención farmacéutica domiciliaria, en la atención de los pacientes vulnerables que necesitan tratamientos farmacológicos.

4) Garantizar la adquisición de vacunas para poder inmunizar a la población cuando llegue el momento y asegurar equipos de protección para los profesionales.

5) Abandonar el ruido político que solo propicia enfrentamientos, aumenta los problemas y retrasa las soluciones.

6) Por último, proseguir con los esfuerzos de educación, concienciación y transparencia para evitar que la población se relaje antes de lo necesario.

¿Confía en la vacuna como solución a la situación creada por este coronavirus?   

Se está haciendo un esfuerzo enorme a nivel mundial para conseguir varias vacunas que permitan inmunizar a la población y estoy seguro de que ese esfuerzo dará frutos. Hay que ser optimista, pero tampoco ser ingenuo. Las vacunas, como otros medicamentos, tienen sus tiempos y sus procesos y no debemos pensar que tendremos una vacuna que podamos utilizar de manera generalizada en la población en el corto plazo. Y, una vez que la tengamos, eso tampoco significa que la podamos usar masivamente de forma rápida, pues administrar millones de dosis no se hace de la noche a la mañana. Si queremos que la vacuna sea también segura hay que ser rigurosos antes de su aprobación

"Con la vacuna hay que ser optimista pero tampoco ingenuo"




Por lo tanto, opino que tenemos que tener esperanza y estoy seguro de que saldremos adelante, pero mientras tanto no debemos caer en la tentación de relajarnos o de pensar que con la vacuna estará todo solucionado.

Creo que de esta crisis es muy importante que aprendamos para futuras pandemias, que a buen seguro vendrán, y eso implica que cuando tengamos vacuna no deberíamos abandonar en nuestros hábitos prácticas que antes no hacíamos de forma habitual y que ahora son norma como, por ejemplo, el uso de mascarilla cuando alguien está enfermo, extremar las condiciones higiénicas, el lavado de manos, etc. En esto los países asiáticos han demostrado tener más experiencia y sus poblaciones están mucho más concienciadas.
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