La vicedecana junto a los alumnos de sexto curso dispuestos a realizar el examen.
El
ECOE,
Examen Clínico Objetivo Estructurado, es la prueba práctica que deben superar los alumnos para aprobar el grado en Medicina. En la
Universidad Complutense de Madrid (
UCM), este ejercicio de sexto curso forma parte de la asignatura Práctica Clínica III y tiene un peso del
50 por ciento en la nota final, complementado con la calificación media de los periodos de rotación clínica.
Para ser calificado, el estudiante debe haber realizado y aprobado todas las rotaciones clínicas correspondientes a su año y superar el examen final de competencias. Según explica
Ana María Gómez Martínez, vicedecana de ordenación académica de la
UCM, la prueba “es un orgullo” para quienes la organizan y representa un reto superado “gracias a la colaboración de todos los implicados, incluyendo en primer lugar a nuestros alumnos”.
Estaciones virtuales, un futuro deseado.
El principal reto para la Facultad es mantener el interés y la participación de los estudiantes, lo cual se logra actualizando periódicamente las estaciones sin perder aquellas consideradas imprescindibles para valorar adecuadamente al alumnado.
La introducción de nuevas tecnologías está sobre la mesa, pero limitada por cuestiones presupuestarias. “El ECOE en el futuro debería incluir estaciones de realidad virtual, aunque ya hemos planteado alguna de ellas. Desafortunadamente estas opciones no son viables por la necesidad de un presupuesto indudablemente superior al disponible en estos momentos de austeridad”, concluye la vicedecana.
Una evaluación compleja y coordinada
El diseño del ECOE se plantea a partir de estaciones elaboradas por los profesores de las diferentes asignaturas. Estas
situaciones prácticas pueden consistir en actuaciones sobre maniquíes o modelos, redacción de informes clínicos o anamnesis con actores que hacen el papel de pacientes simulados. Es necesaria la colaboración del personal de
Enfermería como parte logística y del
Hospital Clínico San Carlos, donde se desarrolla la prueba de sexto curso.
En esta prueba participan estudiantes de
Medicina vinculados a tres hospitales públicos asociados a la UCM: el Clínico San Carlos, el
Gregorio Marañón y el 12 de Octubre. En quinto curso, este año también se han incorporado alumnos del
Hospital Infanta Leonor.
El examen se lleva a cabo en fin de semana, con un circuito de 20 estaciones distribuidas en cinco áreas llamadas ruedas. Cada estación tiene una
duración de nueve minutos y todos los alumnos pasan por ellas en pequeños grupos. Durante esta prueba, se ocupan las 100 salas de consultas del Hospital Clínico San Carlos, con 100 alumnos por turno, 100 actores o evaluadores, dos enfermeras por estación, informáticos y 20 profesores.
Competencias evaluadas y papel de los hospitales
Las
áreas competenciales que completa el ECOE de la UCM son: anamnesis; exploración clínica; habilidades técnicas o procedimentales; habilidades de comunicación; juicio clínico, plan diagnóstico y terapéutico; prevención y promoción de la salud; relaciones interprofesionales; y aspectos éticos, legales y profesionalismo.
Gómez Martínez subraya que “es imprescindible la
colaboración estrecha entre la Facultad y sus hospitales vinculados”. El Vicedecanato de Ordenación Académica organiza el número de estaciones, actualiza periódicamente las pruebas, gestiona los turnos y distribuye a los alumnos. Los profesores elaboran y actualizan las estaciones y
participan durante la prueba. También destaca la colaboración del equipo informático del hospital, que ha permitido implantar un programa de calificación en tiempo real, agilizando la obtención de resultados.
Impacto en los estudiantes y mecanismos de equidad
La vicedecana reconoce que el ECOE genera
cierta tensión en el alumnado. Para valorar su impacto, se remite a los estudiantes un formulario de satisfacción al finalizar. Además, durante el desarrollo de la prueba, el contacto con el alumnado es permanente, tanto por parte del profesorado como del personal logístico. “En líneas generales es de interés, en algún caso de discreta ansiedad superada por la cercanía en todo momento tanto de profesores como de personal de logística”, apunta.
En cuanto a los mecanismos de objetividad, cada autor de estación realiza ensayos previos con los actores o evaluadores para
homogeneizar los criterios de calificación. Cada año se revisan las calificaciones de cada estación en las diferentes ruedas para comprobar la ausencia de sesgos.
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