Marina López, recién graduada en Medicina.
Entre lágrimas de emoción,
Marina López recogía su título de Medicina después de tantos años de esfuerzo y sacrificio. Con la bandana amarilla característica alrededor del cuello y el diploma en la mano izquierda, esta estudiante se convertía en médica,
como lo es su madre, sus tíos, su abuelo e, incluso, su bisabuelo. Un legado familiar que no solo le ha inspirado para ingresar en el grado, sino del que también ha recibido los
valores necesarios para tratar al paciente y el amor por esta profesión. "Me han enseñado la parte más humana de la Medicina", ha incidido.
El momento de su
graduación fue mágico. Llevaba años visualizando ese día y fue, incluso, mejor de lo que esperaba. A López
le acompañó su madre y su abuelo, sus dos pilares más importantes relacionados con la Medicina, y tenerlos allí fue un sentimiento indescriptible. "Fue super guay", ha incidido.
Vocación por la Medicina
El acto permite escoger a un padrino de tu familia. López, quien dudaba sobre quien elegir, al final acabó optando por su madre, ya que desde pequeña fue la que le inculcó la
vocación por la Medicina. "Ella es dermatóloga.
Es su pasión y se le da genial. Desde pequeña he visto como todo el mundo le contactaba para preguntarle sobre cualquier problema y veía todo el cariño que transmitía a sus pacientes", ha explicado.
En el momento que su madre le acompañó al atril donde le dieron su título, las dos
se fundieron en un abrazo y lloraron de emoción. Y, para darle más magia a la situación, su madre sacó del bolsillo un pequeño regalo que tenía en su interior
un pin con el símbolo de la Medicina. “Ahí ya fue todo precioso. Estuvimos llorando en el escenario”, recuerda entre risas.
Reuniones familiares de médicos
La mayor parte de su familia está vinculada con esta profesión y, durante las comidas familiares, suele ser uno de los temas principales. "Con mi madre siempre hablo del sector. Me cuenta qué pacientes ha visto y yo le cuento los míos. En todas las comidas
se monta un pequeño comité clínico", ha subrayado.
Para López, proceder de una familia de médicos "siempre" le anima y ve lo bonito que es esa vocación. Aunque cuando era pequeña había otros caminos que también le llamaban la atención, como la Biotecnología, al final se acabó decantando por la Medicina. "No entré a la primera e hice un año de Odontología,
repetí la PAU y conseguí entrar en la Universidad Complutense de Madrid", ha incidido.
Para concluir, esta futura especialista, quien no se ha tomado ningún descanso y ya está preparando la primera vuelta del
MIR, ha recordado las bonitas palabras que su abuelo, de 90 años, le dijo mientras se formaba en la carrera. “Él era un alto cargo en Sanidad y su consejo fue que disfrutase del grado y
que me preocupase siempre por el paciente. No tanto centrarme en los libros, sino más bien en fomentar la empatía con ellos. En definitiva, me trasladó
la importancia del trato humano en la Medicina”, ha concluido.
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