Con motivo del Día Internacional contra esta lacra, el Consejo General lanza un decálogo para ayudar a las afectadas

Los 10 pasos que debe dar Enfermería para detectar la violencia machista
Florentino Pérez Raya, presidente del CGE.


24 nov. 2017 11:50H
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Enfermería es la puerta de entrada al sistema sanitario para muchas maltratadas: son cercanas, mayoritariamente mujeres y mantienen un contacto frecuente con sus pacientes. Es por eso, según el Consejo General de Enfermería, que este perfil profesional es idóneo para detectar situaciones de riesgo de violencia de género.

Sin embargo, detectar este tipo de situaciones requiere “sensibilidad, formación y entrenamiento en técnicas de comunicación”, destaca la organización que preside Florentino Pérez Raya. “La mujer que sufre maltrato ve mermada su salud física y psíquica” y es precisamente por eso que el personal sanitario tiene que prestar atención a aquellas afectadas que frecuentan las consultas y presentan síntomas, a menudo, inespecíficos.

Para ayudar a controlar estos escenarios, y con motivo del Día Internacional del a eliminación de la Violencia contra la Mujer del próximo 25 de noviembre, el CGE ha lanzado diez claves para la detección precoz del maltrato.

La confianza, clave para empatizar con la maltratada

La primera de ellas es crear un clima de  confianza porque solo si una mujer se siente segura, será capaz de confiar en otra persona para hablar de la situación que atraviesa. Para ello, es necesario hablar con ella a solas y no delante de otros pacientes, familiares e, incluso, profesionales sanitarios. “Es fundamental que en la conversación solo existan dos personas: la enfermera y la mujer. Y, por supuesto, que no se produzca en un pasillo sino en un lugar donde se sienta protegida”.

La tercera pauta que da la organización es escuchar sin juzgar y no criticar su comportamiento. Para eso, hay que tener empatía (no solo escucharle, sino prestar atención) y validar sus sentimientos, aunque estos puedan parecer contradictorios.

El sanitario debe, también, preguntar cómo le va en casa, si tiene problemas con su pareja, y perder el miedo a preguntar porque “no nos estamos entrometiendo, estamos ayudando”, aclara el CGE. Para ello, es necesario garantizar la confidencialidad de lo que te cuente y proporcionarle información sobre los recursos disponibles en su centro de salud, hospital o comunidad autónoma.

Por último, hay que dejarle la puerta abierta a la mujer maltrata porque, aunque en ese momento rechace la ayuda, hay que darle un número de teléfono al que pueda recurrir; y respetar siempre sus decisiones.

Para la vicepresidenta del Consejo General de Enfermería, Pilar Fernández Fernández, “no podemos dormirnos, debemos actuar y debemos hacerlo ya. Está claro que algo está fallando en las políticas y programas puestos en marcha hasta el momento ya que la cifra de mujeres que mueren a manos de sus parejas es cada vez mayor. No ha concluido el año y en nuestro país ya son 44 las mujeres asesinadas”.

Una idea que comparte el presidente del CGE, quien recuerda  “el compromiso de esta institución y su oposición a cualquier tipo de discriminación y violencia, en este caso, por razón de sexo no es una novedad. Hemos trabajado en este campo en el pasado, lo estamos haciendo ahora y lo seguiremos haciendo en el futuro. En esta línea, disponemos de un protocolo de actuación de Enfermería para la atención a las mujeres que sufren violencia de género. En él se explica cómo debe ser el registro de los datos y el acercamiento a estas mujeres”.
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