La ratio de enfermera escolar en España es de una por cada 6.300 alumnos, una cifra muy alejada de la media de la UE.
Con motivo del arranque del curso escolar, el
Consejo General de Enfermería (CGE) ha vuelto a instar a los gobiernos autonómicos a apostar por la figura de la enfermera escolar. Insisten en que se trata de un perfil esencial tanto para la promoción de hábitos saludables desde la infancia, como para la atención diaria a menores con enfermedades crónicas o necesidades especiales.
Según el
Estudio del impacto social de la enfermedad crónica y la discapacidad en la infancia y la adolescencia, realizado por la Plataforma de Organizaciones de Pacientes y financiado por el
Ministerio de Derechos Sociales, se estima que cerca del 19 por cieento de los menores de 14 años en España conviven con una enfermedad crónica, lo que equivale a más de 1,3 millones de niños y niñas. "Todos somos conscientes de que los niños y niñas pasan muchísimas horas en los colegios, institutos y escuelas infantiles. Si a eso sumamos la necesidad de que estén seguros durante este tiempo, no nos queda otra que enfocarnos en la figura de la enfermera escolar, una profesional que se encarga de salvaguardar el día a día de estos pequeños, aun más cuando se trata de menores con patologías como el asma, la diabetes, alergias, epilepsia… Dudo que haya una sola madre o un solo padre que estén en contra de que sus hijos tengan los mejores cuidados mientras que están en horario escolar”, afirma
Florentino Pérez Raya, presidente del CGE.
Actualmente, según datos del
Observatorio Nacional de Enfermería Escolar, solo hay 1.270
enfermeras escolares en centros educativos de todo el país. Esto supone una profesional para cada 6.300 alumnos, frente a la media europea de una por cada 750. “Una vez más vemos cómo en España nos situamos a la cola de nuestros vecinos en este ámbito también. Si, además, miramos las cifras de menores con enfermedades crónicas, no cabe otra opción que apostar por la enfermería escolar si queremos que nuestros niños y niñas nazcan sanos y con el conocimiento adecuado sobre su salud”, concluye Pérez Raya.
La enfermera escolar, figura esencial para una atención directa
Natividad López, presidenta de la
Asociación Nacional e Internacional de Enfermería Escolar (Amece), destaca que su presencia en los centros es clave para proporcionar atención directa y garantizar el seguimiento sanitario del alumnado. "Puede gestionar cuidados regulares y programados y emergencias específicas, facilitando la escolarización de estos niños”, afirma. Además, subraya su papel en la mejora del rendimiento académico: “También son un punto a favor en la reducción del absentismo, porque atienden episodios agudos, mantienen el seguimiento y gestionan su salud también en el centro educativo. En definitiva, actúa como puente entre la salud y la educación y su presencia garantiza seguridad, inclusión y continuidad en el aprendizaje”.
En la misma línea, Engracia Soler, presidenta de la
Asociación Científica Española de Enfermería y Salud Escolar (Aceese), recalca que la enfermera escolar “garantiza el derecho a la educación que tienen todos los niños”. A su juicio, es fundamental avanzar en políticas inclusivas que eliminen obstáculos en el entorno escolar: “Es importante que se desarrolle plenamente la implicación de programas y políticas inclusivas y la eliminación de barreras físicas y sociales que perpetúan la exclusión y la no igualdad de los niños al derecho de la educación. La enfermera escolar garantiza que las sociedades escolares sean equitativas y respetuosas con la diversidad”, sentencia.
Un impulso a la regulación de la enfermera escolar
Ante esta situación, el CGE, la Amece y la Aceese, han reclamado de forma conjunta a los responsables políticos la regulación urgente de la figura de la
enfermera escolar. Las entidades exigen que exista al menos una profesional a tiempo completo por centro educativo, con funciones definidas y una acreditación específica que garantice su formación y perfil profesional.
“El papel de la enfermera escolar va mucho más allá de atender emergencias o administrar medicación. Su papel se ha ampliado y
aporta un valor estratégico en múltiples áreas de la vida escolar y comunitaria. Llevamos a cabo promoción de la salud y prevención, salud mental y emocional, gestión de emergencias colectivas, apoyo a la comunidad educativa, salud digital e inclusión y equidad social”, explica Natividad López.
Por su parte, Engracia Soler, lamenta la falta de avance político en este ámbito, a pesar de la demanda social. “La comunidad educativa, la ciudadanía, los padres y las madres tienen una concienciación muy grande de la necesidad de contar con enfermeras escolares, pero a nivel político no se avanza y no hay ningún interés en implantarla. Nos encontramos en un momento en el que
no es equitativa ni igualitaria la atención en las diferentes comunidades porque existen diferencias abismales”, concluye.
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