Dos profesionales que combinan ambos trabajos dan su opinión sobre esta práctica y si es sostenible a largo plazo

Lucía Lucero y Lucía Fernández. Dos profesionales que combinan ambos trabajos dan su opinión sobre esta práctica y si es sostenible a largo plazo
Lucía Lucero y Lucía Fernández.


SE LEE EN 3 minutos
Son muchas las enfermeras en España que no tienen un solo puesto de trabajo, sino que se turnan en la sanidad pública y en la privada para completar su sueldo. Aunque los beneficios económicos son una realidad para las que deciden optar por esta vía, que muchas veces es el motivo principal por el que abogan por este plan, las jornadas laborales son muy extensas y, normalmente, las libranzas en un centro de salud van destinadas a trabajar en el otro. Redacción Médica ha hablado con dos enfermeras que trabajan de esta forma, una en Sevilla, Lucía Lucero, y otra en Madrid, Lucía Fernández.

Lucero es más veterana en este modo de trabajo, pues se graduó en el año 2019 y empezó a compaginar pública y privada en el 2020. Dice que su motivación son los puntos para la bolsa: “Quiero trabajar en un futuro en la pública y trabajando se consigue puntuación para la bolsa, pero al principio, con la poca puntuación con la que empiezas, solo te dan contratos cortos”, explica. Además, la enfermera sevillana afirma que si no hubiese empezado compaginando ambos trabajos, se arriesgaba a quedarse varios meses sin trabajo y a no tener ingresos en consecuencia.

Fernández, por su parte, lleva alrededor de un año compaginando pública y privada, con la particularidad de que tiene tres trabajos: dos hospitales, uno público y uno privado, y un laboratorio de análisis clínicos. “Empecé a trabajar así porque en la privada me ofrecían trabajar en la UCI y yo quería eso, pero quería meterme a trabajar en la pública porque tengo que hacer puntos para el interino”, confiesa. Aparte de esto, cuenta que en la privada le dejan elegir sus días libres para que no le coincidan turnos, pero dobla “casi todos los días”.

El objetivo final: tener una plaza fija en la pública


Compaginar los trabajos en distintos centros, con turnos diferentes, es algo que sume a las profesionales en un estado de agotamiento, ya lo dice Fernández: “Hacer esto merece la pena si estás dispuesto a trabajar todos los días, doblar todos los días y estar muerto de sueño. Trabajas mucho, pero también ganas mucho”, confiesa. Lucero cuenta que le toca trabajar los festivos pero, a fin de cuentas, asegura que es su decisión tener dos trabajos: “Sería ideal tener mejores contratos desde el principio o al menos no tener que esperar tanto para tener mayor estabilidad. La verdad que desde que salí lo interioricé tanto que lo asumí, pero en momentos como navidades y veranos estoy muy fastidiada. Llevo trabajando todos los 25 y 31 de diciembre desde que salí”, subraya.

A fin de cuentas, en lo que coinciden ambas enfermeras es que, de tener una plaza fija en la pública no seguirían haciendo esto, al menos, con tanta regularidad: “Ahora mismo, que no tengo ninguna carga y nadie depende de mí, hay veces que me compensa porque mis ingresos son mayores y me ha ayudado a conseguir algunas cosas, como mi casa. Pero en un futuro no querría tener dos trabajos, por supuesto”, admite Lucero. Por su parte, Fernández lo tiene claro: “En cuanto tenga la plaza fija en la pública lo más probable es que deje una de las privadas”, ya que no lo ve como una “opción a largo plazo”, teniendo en cuenta la cantidad de turnos que tienen y el agotamiento que conlleva. 
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.