Un profesional del sector analiza su trabajo diario en el que el foco del paciente crónico es prioritario

Ser enfermera de salud mental: "somos referentes en los centros sanitarios"
Alejandro Atienza, en su puesto de trabajo.


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Los centros de salud mental tienen como función principal proporcionar atención personalizada a personas que sufren estas patologías, tan diversas hoy día como sus especialidades, cuyos servicios suelen ser enlace con la Atención Primaria. Ofrecen evaluación, diagnóstico, tratamiento integral y apoyo a personas con trastornos mentales, incluyendo la prevención, promoción de la salud y rehabilitación psicosocial.

Además, estos centros coordinan actuaciones con otros dispositivos de salud mental y sociales, integrándose en la red de atención comunitaria. Dentro de su conglomerado, destaca la figura de las enfermeras como aquellas profesionales cualificadas en el trato especializado del paciente.

Alejandro Atienza trabaja como enfermero especialista en el Centro de Salud Mental (CSM) Villa de Vallecas, perteneciente al Hospital Universitario Infanta Leonor, en Madrid, junto a cuatro enfermeras más (cuatro de adultos y una de infanto-juvenil y transición, que incluye jóvenes de entre 18 a 25 años).

En una entrevista para Redacción Médica, este profesional desgrana cuáles son los puntos clave en su trabajo diario, que se divide entre el seguimiento de consulta a los pacientes y el Programa para paciente crónico complejo (PCC). "Tenemos una cartera de unos 120-130 pacientes y al día pasamos unas diez consultas, lo que en tiempo útil se traduce en 30-45 minutos de atención a cada uno, que te permite hacer un buen seguimiento", explica Atienza. 

El enfermero señala que en el centro se encargan de los inyectables depot, que evitan que el paciente tome medicación oral. "Es más cómodo, porque se administra por meses y no tienes que estar pendiente de la medicación".

"Al trabajar con pacientes que tienen dificultades o no quieren tomarse medicación oral, facilitamos su terapia porque hay muchos casos en los que no son conscientes de lo que les está pasando o de que tratamiento están siguiendo", relata. "También hacemos seguimiento de algunos fármacos que necesitan un control analítico en el paciente sobre rangos en concreto, efectos secundarios y control del tratamiento".

"Hay enfermos con problemas de ansiedad o con TOC, con los que realizamos ejercicios de relajación y que nos vienen derivados desde psiquiatra o desde psicología". En este punto es donde las enfermeras se convierten en referentes del CSM.

Se trata del filtro profesional por el que todo recurso de salud mental (centros de reinserción laboral, de rehabilitación psicosocial, equipos de apoyo, centros de día…etc) tiene que pasar. "Al final nosotros somos los responsables de derivar a estos recursos, para coordinarnos juntos y hacer ese seguimiento”, afirma el especialista.

"En este punto también hacemos un seguimiento de las personas con un trastorno de la conducta alimentaria", destaca. Gente con patologías diversas "que suelen necesitar apoyo emocional", señala Atienza, quien también advierte que "existen fármacos que pueden provocar el llamado síndrome metabólico". Una labor que se extiende en pedagógica a la hora de dar consejos nutricionales y dietéticos además de los controles analíticos consecuentes.

Empoderar al paciente en su tratamiento


No obstante, el groso de trabajo para estos profesionales reside en el llamado programa PCC, cuenta el efermero a este medio. "Personas con un diagnóstico de trastorno mental grave que pueden incluir una esquizofrenia paranoide, un trastorno bipolar, esquizoafectivo…", en definitiva, pacientes con diagnósticos de larga evolución y que necesitan cuidados a largo plazo para conseguir una estabilización.

A veces, un simple cuadro de ansiedad que con tiempo y medicación suele remitir, con estas patologías se puede complicar en exceso y necesitan de más recursos. Así lo analiza este profesional, que cuenta que suelen evaluar a estos pacientes, "al menos, una vez al mes, también en su ámbito cognitivo".

"Necesitamos que puedan ser conscientes de la enfermedad que tienen, que conozcan sus síntomas y para ello, poder ofrecerles unas herramientas para que sepan actuar en consecuencia". No es ninguna quimera. Según señala Atienza, el objetivo de este grupo de trabajo es hacer al paciente "un poco más autónomo y poder empoderarles en su situación".

"Creemos que se puede llegar a la situación de que estas personas puedan actuar si hay un momento de descompensación", incide el enfermero. Una base sólida y de tratamiento futuro que abre puertas a la esperanza y para la cual estos profesionales están más capacitados que nunca.
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