La Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) ha sistematizado los criterios para las estancias formativas en el extranjero a través de su nueva guía técnica de rotaciones externas internacionales. El documento identifica el tercer y cuarto año de residencia (R3 y R4) como el periodo óptimo para estas salidas, argumentando que es el momento en que el farmacéutico cuenta con la madurez clínica suficiente para asimilar modelos de gestión y práctica asistencial de alta complejidad.
La elección del momento no es arbitraria. Según establece el informe, realizar la rotación en los últimos años del FIR garantiza que el residente ya domina las competencias troncales del sistema sanitario nacional. "El objetivo es que el residente pueda integrarse en la dinámica de trabajo del centro receptor y no sea un mero observador", explica el documento.
La SEFH matiza que adelantar este proceso a los primeros años de formación suele ser ineficiente, ya que el profesional aún carece de la base técnica necesaria para comparar críticamente diferentes modelos de farmacoterapia o sistemas de seguridad del paciente.
Planificación y requisitos técnicos
La guía sentencia que la improvisación es el principal enemigo de una rotación exitosa. El proceso administrativo debe iniciarse, como mínimo, con seis meses de antelación. Entre los requisitos imprescindibles se encuentran la aprobación de la Comisión de Docencia del hospital de origen y la autorización de la Dirección General de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad.
¿Te planteas una rotación externa internacional durante la residencia y no sabes por dónde empezar?
Guía de rotaciones externas internacionales para residentes de Farmacia Hospitalaria @tutores_sefh
El texto asegura que la selección del centro de destino debe responder a un proyecto formativo concreto: "No se trata de viajar, sino de buscar la excelencia en áreas específicas", sentencia la guía. Se priorizan instituciones que ofrezcan subespecialidades poco desarrolladas en España o centros de investigación de vanguardia.
El respaldo de la SEFH y la financiación
Para mitigar la barrera económica, la sociedad científica recuerda la disponibilidad de las Becas de Ampliación de Estudios (BAE). Estas ayudas están condicionadas al cumplimiento de objetivos académicos y a la presentación de una memoria detallada tras el regreso. El informe aclara que el residente mantiene su sueldo base y complementos fijos durante la estancia, aunque pierde las guardias, lo que convierte a estas becas en el soporte financiero fundamental para cubrir el coste de vida en ciudades extranjeras.
El proceso no termina con el aterrizaje de vuelta. La SEFH exige una evaluación bidireccional: la del centro receptor sobre el residente y la del propio residente sobre la utilidad de la rotación. Se busca que el conocimiento adquirido no se quede en una libreta personal, sino que se traduzca en protocolos de mejora aplicables al servicio de farmacia de origen.
"El éxito de una rotación se mide por lo que el residente es capaz de implantar en su hospital a la vuelta", explica el documento en sus conclusiones.
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