El suicidio llega a ser valorado entre los pacientes debido al picor y dolor generado por la enfermedad

La sobrecarga psicológica en dermatitis "llega a generar ideación suicida"
José Juan Pereyra, dermatólogo del Hospital Virgen del Rocío.


8 jul. 2022 11:00H
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“La dermatitis atópica es una enfermedad que más allá de generar un impacto en la imagen corporal, picor y dolor, provoca una sobrecarga psicológica que, en ocasiones, llega a generar ideación suicida entre los pacientes”. Así de claro habla en Redacción Médica José Juan Pereyra, dermatólogo del Hospital Virgen del Rocío, tras años tratando una patología considerada “banal incluso dentro de la profesión médica”. Las nuevas terapias avanzadas ligadas a la inmunología han permitido controlar actualmente mejor al paciente, y un modelo multidisciplinar es defendido por Pereyra a la hora de abordar con eficacia la enfermedad.

El prurito o picor que genera la dermatitis atópica provoca que muchos pacientes no puedan hacer una rutina diaria normal, generando un alto impacto en su calidad de vida. “La carga psicológica que sufren estas personas es brutal. Muchos de ellos no pueden dormir e impide concentrarse, provocando en niños un mayor riesgo de fracaso escolar. No solamente estamos hablando de picores, sino que el elemento dolor puede llegar a aparecer en los pacientes más graves”, señala Pereyra.


"No solamente hablamos de picores, el elemento dolor puede aparecer en los pacientes más graves"



Todos los efectos que provoca la dermatitis atópica, más allá de su impacto en la piel, son completamente invisibles por buena parte de la sociedad e incluso dentro de la profesión médica, tal y como afirma el dermatólogo: “Aún se piensa que la dermatitis es una enfermedad banal que afecta a niños y que se cura con crema en los brazos y en las piernas. Hay que dar visibilidad y no son conscientes de la sobrecarga que produce y hasta dónde puede llegar. He tenido pacientes que dicen no poder soportarlo”.

Abordar la patología desde un punto de vista multidisciplinar es el método defendido por Pereyra, poniendo especial énfasis en la figura del psicólogo: “Contar con esta especialidad integrada en el Servicio de Dermatología, tal y como se realiza en el Hospital Clínic de Barcelona, es un valor añadido. Desgraciadamente ahora en el Virgen del Rocío afrontamos la enfermedad solamente los dermatólogos con el apoyo de la Enfermería. Si detecto algún caso importante se realizan interconsultas al Servicio de salud comunitario, aunque lo idea es el modelo multidisciplinar”.

Un nuevo fármaco contra la dermatitis a partir de 2025


Acualmente el Virgen del Rocío participa en un ensayo clínico fase 3 multicéntrico internacional con un inhibidor especifico, Nemolizumab, un anticuerpo de receptor A anti-IL-31 que está en camino de convertirse en la esperanza para combatir la dermatitis. “En España participamos 6 centros y ya se tienen los primeros resultados, que son muy satisfactorios. Se espera reclutar el total de pacientes para el ensayo a finales del año 2022 y en el Virgen del Rocío hay por ahora un paciente. Esperamos reclutar un total de cinco”, afirma Pereyra.


"Se espera reclutar el total de paciente para el ensayo a finales de 2022"



La citoquina IL-31 es conocida, tal y como explica el dermatólogo, como “la neurocitoquina del picor, ya que estimula un tipo de neuronas sensoriales y está implicada en la dermatitis atópica. Prevemos que el inhibidor seleccionado para el ensayo sea un fármaco que se pueda comercializar para 2025, mejorando el nivel de vida de los pacientes con dermatitis”. Un rayo de esperanza nace frente a la dermatitis atópica, que espera poner fin al dolor que llegan a sufrir los pacientes a diario.
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