El Tribunal Superior de Justicia de Asturias ordena la readmisión de una trabajadora que llegó tarde 176 veces

La jornada del sanitario empieza al uniformarse, aunque fiche después
Tribunal Superior de Justicia de Asturias.


6 oct. 2022 11:20H
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La jornada laboral del sanitario empieza cuando se pone el uniforme, aunque fiche después. Así lo hace constar el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), que ha condenado a una clínica oftalmológica de Oviedo a readmitir a una empleada al declarar improcedente su despido motivado por 176 retrasos de puntualidad en el trabajo en un periodo de cinco meses. La demandante sostuvo que al comenzar la jornada laboral, primero se ponía el uniforme y a continuación fichaba en el registro horario. A la salida, fichaba y luego se vestía de calle.

La Sala de lo Social del TSJA ha desestimado así el recurso de suplicación interpuesto por la clínica contra la sentencia del Juzgado de lo Social número 6 de Oviedo, que consideró que el despido era "desproporcionado" ante una respuesta empresarial "desmedida".

El alto tribunal asturiano ha desestimado el recurso de la clínica al sostener que la empresa inicialmente toleró sus faltas de puntualidad y, "sin previa advertencia, requerimiento, comunicación y mucho menos sanción por falta de puntualidad" le entregó la carta de despido en una respuesta que califica de "desmedida, desproporcionada y falta de razón".

En septiembre de 2021, la empresa le notificó el despido disciplinario al alegar que había cometido hasta 176 faltas de puntualidad en el período comprendido entre el 3 de marzo y el 8 de agosto del mismo año. De forma pormenorizada, la clínica contabilizaba retrasos de hasta 6 minutos y 26 segundos a su llegada en la jornada matutina y de 8 minutos y un segundo en la vespertina.

A este respecto, el fallo detalla que la demandante trabajaba en la clínica desde 2012 como óptica en horario de 9:00 a 13:30 horas y de 15:30 a 19:30 horas.

La sentencia incide en que el despido fue una reacción "inesperada y desconectada" de la actitud "tolerante y cuanto menos pasiva" que había mantenido hasta ese momento, lo que hace del despido "una respuesta desmedida, desproporcionada y falta de razón".

La trabajadora denunció su cese ante el Juzgado de lo Social que declaró improcedente el despido y condenó a la clínica a readmitirla. La clínica recurrió en suplicación ante el TSJA al sostener que debido a la pandemia había hecho hincapié a los trabajadores en la puntualidad laboral y la demandante lo sabía.
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