El Interlocutor Policial Sanitario, Javier Galván, fija como objetivo evitar estos incidentes antes de que se produzcan

"Queremos erradicar las agresiones a sanitarios, no paliarlas"
Javier Galván, Interlocutor Policial Sanitario a nivel nacional, durante la entrevista.


5 ene. 2018 15:20H
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El comisario Javier Galván accedió el pasado mes de octubre a la condición de Interlocutor Policial Sanitario a nivel nacional. De él dependen otras 53 estructuras provinciales de interlocución policial sanitaria. Toda la estructura está montada sobre la Unidad Central de Seguridad Privad de la Policía Nacional. No en vano. El mensaje de Galván deja traslucir la idea de que las organizaciones sanitarias se doten de servicios de seguridad privada para que estos colaboren con la policía de una manera más eficiente y contribuyan a una seguridad “proactiva” que evite que se produzcan agresiones atajándolas desde la raíz.
 
Interior, para crear la figura de Interlocutor policial sanitario, ha utilizado la estructura de sus unidades de Seguridad Privada. ¿Por qué razón se ha hecho así?

Cuando la Unidad Central de Seguridad Privada tuvo conocimiento del nuevo protocolo contra agresiones sanitarias de la Secretaría de Estado de Seguridad, vimos que podíamos tener una participación activa en ello. Nos ofrecimos a nuestros mandos para ser el Interlocutor Policial Nacional Sanitario. La razón es que dentro del sector sanitario ya hay personal de la seguridad privada trabajando: hay empresas, hay departamentos y directores de seguridad. Además, la norma tiende a que en el futuro los centros sanitarios tengan que disponer de estas figuras. ¿Por qué? Porque el modelo español de profesionalidad pública y privada en seguridad está dando muy buen resultado. ¿Qué ofrecimos? Ofrecimos una estructura ya montada que se dedica, como establece nuestra legislación, a ser la autoridad de control de la Seguridad Privada, con 53 Unidades Territoriales de Seguridad Privada, al mando de un Inspector de Policía Nacional.
 

Javier Galván dirige una estructura con 53 unidades territoriales.

Entiendo que entonces se suman nuevas competencias a las que viene desarrollando tanto la Unidad Nacional como las 53 Territoriales ¿Qué nuevas competencias en concreto serían?
 
La Unidad Central da instrucciones, planificación, estrategia, una imagen centralizada, relaciones institucionales a nivel central y planificación de la actividad para amortiguar las agresiones. Nuestros 53 Jefes de Unidades Territoriales van a tener que establecer contactos periódicos –ya lo están haciendo–, relaciones institucionales, soporte formativo en conjunción con los departamentos de riesgos laborales de todas las comunidades autónomas y tendrán un censo territorial de su competencia de centro sanitario actualizado.
 
Habla de relaciones institucionales, de contactos periódicos. La misma palabra interlocutor ya alude a esa idea. ¿Qué tipo de coordinación planean llevar a cabo con las autoridades sanitarias y con los colegios profesionales?
 
La actividad en el mes y medio que llevamos funcionando con esta figura, tanto a nivel nacional como territorial, ha sido muy intensa. Nos hemos reunido con consejos superiores de colegios oficiales de Medicina y Enfermería, con el Observatorio de Agresiones de la OMC, con el Observatorio de Seguridad Integral de Centros Hospitalarios (Osich), con los que nos reunimos prácticamente cada 15 días desde que nos hemos puesto en marcha, o con colegios provinciales. Aparte de ese intenso trabajo, hemos ordenado a nuestras unidades territoriales que hagan dos cosas: primero, que, tal y como nos dice Secretaría de Estado, actualicemos nuestro sistema estadístico de criminalidad en este sector, para que todas las agresiones sean las que sean, se vean reflejadas en la estadística de Interior y en segundo, que nos remitan el censo de todos los centros sanitarios, no solo los hospitales. Nos preocupan mucho los centros de Atención Primaria y van a ser una de nuestras líneas de trabajo prioritarias.
 
De hecho, muchas de las agresiones graves que han tenido lugar últimamente han tenido lugar en centros de salud de Primaria.
 
¡Claro! Eso nos preocupa. Deben elaborar ese censo y tenerlo actualizado cada seis meses en función de si hay medidas o no de seguridad. Y ahí volvemos a la seguridad privada. ¿Quién mejor que un departamento de seguridad, con un director al mando? Para evitar las agresiones. Vamos a aconsejar que se establezca la figura del departamento y del director de seguridad. Dónde quieran las Consejerías: a nivel de Gerencias Territoriales, a nivel de la Consejería de Sanidad, en los centros hospitalarios de mayor incidencia de este tipo de agresiones y otros tipos delictivos. Ya veremos dónde
 
Donde quieran, pero que tengan Departamento de Seguridad. ¿No?
 
Sí. Donde haga falta. Puede ser que tengamos un área ‘equis’ donde no se produzcan este tipo de incidentes, y si no hace falta, no hace falta.
 
Aparte de la creación del departamento de seguridad, ¿transmitirán otros consejos de seguridad a las organizaciones sanitarias?
 
Por supuesto. Partamos de  que la actividad de la Policía con todo el sector sanitario ha existido desde siempre. Lo que pasa es que hasta ahora ha sido una actividad de reacción. Ahora estamos pensando dar un paso más: queremos planificar, una vez que se nos ha trasladado este problema, cómo poder erradicarlo. No paliarlo, erradicarlo. Queremos sentarnos a planificar con todos los actores de la sanidad, con todos los niveles administrativos y con todas las profesiones.
 
¿Es deseable que se denuncien todas las agresiones? ¿Cómo se anima a denunciar a los profesionales a denunciar?
 
Lo primero que tenemos que hacer es concienciarnos. Concienciarnos del problema que hay. Una vez que sabemos cuál es el problema que hay, sabremos cuáles son las soluciones. Una de las soluciones que nos van a permitir hacer transparente este gran problema es la denuncia. No es que sea un error transmitir estas situaciones a los organismos sanitarios. Se debe hacer y, por supuesto, confiamos en ello también; pero las agresiones se deben denunciar, como en cualquier otro sitio donde se produzcan, ante la Policía Nacional. Si no existe esa denuncia, puede producirse una nueva agresión. La concienciación y las actividades que vamos a realizar van a ser en persona. Tenemos una serie de actividades programadas para facilitar que se denuncie.
 

El sanitario "es un colecivo atamente profesionalizado que tiene una demanda de seguridad y esa seguridad se la vamos a dar", señala Galván.

¿Por qué cree que no se denuncia más?
 
Por miedo. Hay miedo a tener represalias por parte del denunciado al día siguiente. Pero hay que decirles a los sanitarios que hoy el Sistema Judicial y el Sistema Policial funcionan bien y que una persona que denuncia tiene un respaldo policial y judicial.
 
Parece que los datos de agresiones de la Policía no coinciden con los de los médicos. ¿Qué datos manejan ustedes?
 
Es pronto para dar un número exacto. Llevamos un mes y medio funcionando y evidentemente, se tienen que confrontar los datos de los observatorios de agresiones con los de Interior. ¿Eso qué quiere decir? ¿Que unas estadísticas son falsas y las que son verdaderas son las nuestras? No. Eso quiere decir que estamos adaptando nuestro Sistema Estadístico a la realidad y a partir de ahora podremos confrontar esas agresiones. No solo nos interesan aquellas agresiones con un alto índice de violencia, ya que de esas ya teníamos constancia. Ahora queremos tener constancia de todo lo que se produce.
 
¿Quiere decir que hasta ahora no se registraba, por ejemplo, un enfrentamiento verbal o una amenaza?
 
Hay que separar lo que es comportamiento incívico de comportamiento delictivo. Un insulto quizá no lo sea. Los comportamientos incívicos también hay que atajarlos, pero eso es un problema educacional, para el que también vamos a proponer soluciones.
 
¿Contribuye a reducir esos comportamientos el hecho de que el personal sanitario esté considerado autoridad?
 
Sí. Eso es un gran paso de nuestro Código Penal, reformado hace unos pocos años. Policía Nacional tiene una experiencia tremenda en dar soporte de seguridad a colectivos vulnerables. Pero me niego a decir que el sector sanitario sea un colectivo vulnerable. Es un colectivo altamente profesionalizado que tiene una demanda de seguridad y esa seguridad se la vamos a dar.
 
¿Trabaja la policía con un perfil concreto de agresor sanitario?
 
Tenemos que sentarnos a planificar con el sector. Aun así me surgen preguntas como si es lo mismo una persona que se encuentra enferma bajo un alto índice de estrés que una persona sana que tiene un comportamiento incívico. ¿Tiene que ser la respuesta la misma ante un enfermo que ante un presunto delincuente?  
 
¿Y en cuanto a zonas?
 
Es cierto que en determinadas zonas de España hay más agresiones que en otras y en ellas vamos a intensificar nuestra labor, por supuesto. Pero además aconsejaremos que se cree esa estructura de seguridad privada que comentaba y ese puesto de director de seguridad para que sea nuestro interlocutor. Eso no quiere decir que lo que hay hasta ahora no valga, pero creemos que esto es lo más adecuado. Un Interlocutor es el que habla el mismo idioma. Esta Unidad Central de Seguridad Privada de la Policía Nacional somos administradores de un Plan Integral de Colaboración que se llama Red Azul que supone un soporte de 24 horas desde la Policía a la Seguridad Privada y viceversa. Es un modelo, sinceramente, muy cualificado y que es buque insignia en la Seguridad Privada del mundo.

Galván defiende la participación de la seguridad privada, de manera coordinada con la Policía, en la lucha contra las agresiones a los sanitarios.

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