El Hospital Clínic logró realizar dos intervenciones simultáneas gracias a la movilización de su personal sanitario

Doblar turnos o ir corriendo al hospital: así se gestó el doble trasplante
Manel Castellà, jefe del Servicio de Cardiología Cardiovascular (ICCV) del Hospital Clínic.


14 abr. 2019 14:00H
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POR MARÍA GARCÍA
Unas seis semanas atrás, el Hospital Clínic de Barcelona recibió una llamada telefónica. Tenían un corazón. Poco tiempo después, recibieron otra. Había un segundo. El trasplante es una intervención compleja que requiere profesionales que vayan a buscar el órgano y otros que se queden totalmente implicados en el procedimiento. Por eso, el centro tiene un equipo de guardia para realizar la operación, pero no dos. Así que en solo diez minutos hubo que decidir qué se hacía. No querían dejar escapar ninguna posibilidad, por lo que tanto Enfermería como Cirugía Cardiovascular y Anestesiología se movilizaron. Y gracias a que hubo profesionales que doblaron el turno, o que acudieron al hospital en horario de descanso, aquellos dos corazones volvieron a latir. 

En España, cada hospital que hace trasplantes cardiacos está en una rueda. Hay una lista de espera y, por turnos, la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) avisa para ofrecer un corazón. Sin embargo, hay una serie de reglas por las que se puede romper esa línea sucesoria. "Por ejemplo, en urgencias cero. Son los pacientes críticos que necesitan el primer corazón que se genere en España para su mismo grupo sanguíneo", explica Manel Castellà, jefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular (ICCV) del Hospital Clínic de Barcelona. 


"Necesitábamos hacer el trasplante del paciente crítico lo antes posible"


Ellos tenían un paciente hospitalizado con estas características. Estaba con asistencia ventricular. "Necesitábamos hacer el trasplante lo antes posible. De hecho, había tenido una complicación importante y lo habíamos sacado, pero temíamos que pudiese volver a ocurrir. Entonces, la ventana para poder operar y aceptar el corazón era bastante escasa", prosigue Castellà. 

La Organización Catalana de Trasplantes (Ocatt) llamó para ofrecerles un corazón, pero era de un grupo sanguíneo diferente. No valía para el paciente crítico. "Nosotros, aún así, por nuestro deber con aquellos que están en la lista de espera, que a su vez también nos están esperando mucho tiempo y que puede empeorar en cualquier momento, decidimos montar un trasplante", afirma.

Castellà reconoce que montar un trasplante es complejo. Un equipo de explante tiene que coger un avión para ir a buscar el corazón. Otro se queda para implantarlo. Señala que todos los hospitales de España tienen un equipo de guardia para cualquier eventualidad de Cirugía Cardiaca que pueda haber las 24 horas del día. Así que lo utilizaron para este primer trasplante. 

La segunda llamada


Cuando ya estaba el trasplante en marcha, llegó la segunda llamada. Con este paciente ya en el hospital, les ofrecen un corazón perfecto para el crítico. El tamaño, la superficie corporal y la localización eran las correctas para él. También el grupo sanguíneo. 

"Nos vimos en la tesitura de que no podíamos, en principio, decir que no. La primera decisión que se nos vino a la mente, de forma natural, fue intentar retrasar el segundo trasplante, para ver si podíamos realizar uno detrás de otro. A pesar de la sobrecarga de trabajo que suponía, teníamos la obligación de hacerlo", relata. El Hospital Clínic ya había realizado anteriormente dos trasplantes en menos de 24 horas. 

Los profesionales que llevaron a cabo ambos traspantes.


Castellà señala que la ONT, dentro de la "gran coordinación" que realiza con todos los equipos que trasplantan órganos, no puede dar mucho margen para el sí o el no. "O lo aceptas, o no lo aceptas". Ellos lograron ganar algo de tiempo, pero les volvieron a llamar. El hospital del donante avisó de que el paciente estaba inestable. No se podía retrasar. 

"La Ocatt nos dijo que lo teníamos que decidir ya. Les pedí 10 minutos para ver si podía buscar un equipo de Enfermería, de Anestesia y de Cirugía fuera de guardia, para ver si lo podíamos hacer", prosigue. 

En esos 10 minutos llamaron a las jefaturas de Enfermería y Anestesia y montaron un equipo de otras 12 personas para buscar el corazón y para implantarlo. Y lo hicieron gracias a que hubo profesionales que doblaron su turno, como enfermeros que ya habían trabajo de tres de la tarde a diez de la noche. También con aquellos que estando en horario de descanso no dudaron en acudir con urgencia al Clínic. 12 síes que les permitieron decir a la ONT que sí, que podían hacer un segundo trasplante. 

Factor humano


El factor humano, asegura Castellà, hizo posible que aquella madrugada ambos trasplantes fuesen un éxito. Los dos pacientes están ya en sus casas. "Además del agradecimiento a estos profesionales, hay que resaltar el altruismo que existe en la sanidad pública", apunta. 

El jefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular explica que la incidencia de la insuficiencia cardiaca terminal es cada vez más alta en España. Y aunque nuestro país esté a la cabeza de donaciones de órganos, en el caso del corazón hay siempre una tragedia detrás. En la mayoría de las ocasiones, proceden de personas que perdieron la vida con menos de 65 años. 

"El corazón es un motor perfecto, mejor que cualquier Ferrari, lo que pasa es que hay veces que si falla hay que cambiarlo por otro. Y faltan corazones. Tenemos sistemas de asistencia ventricular, que pueden ser buenos para algunos tipos de pacientes, pero no para todos. Hay que hacer una reflexión a la donación", concluye el experto.
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