¿Cómo se hace una correcta ventilación en casa?


El coronavirus y los espacios cerrados nunca han sido buenos compañeros. Esto convierte a la ventilación en una medida imprescindible a la hora de evitar contagios por aerosoles o partículas virales en suspensión. 

De forma generalizada, las autoridades sanitarias recomiendan mantener las ventanas abiertas en todos aquellos lugares interiores donde se produzcan concentraciones de personas para facilitar la renovación de aire, así como evitar, en la medida de lo posible, el contacto con no convivientes en dichos espacios. 

La tasa de ventilación estipulada para conseguir una buena calidad de aire es de 12,5 litros
/segundo y persona (L/s/p), según recoge el Ministerio de Sanidad en el documento elaborado en relación a los aerosoles. Una media que puede alcanzarse aumentando el caudal de aire exterior de forma natural o recurriendo a ventilaciones artificiales. 

En el caso de los domicilios, la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid aconseja ventilar a diario todas las estancias durante al menos 15 minutos. Si se va a permanecer en un espacio en concreto, es conveniente airearlo el mismo tiempo antes y después de ocuparlo.

Durante las visitas, lo mejor es dejar tanto puertas como ventanas abiertas el máximo tiempo posible, aunque sea parcialmente, ya que la concentración aumenta cuanto más tiempo permanezcan en ella y al hablar, fumar, gritar o cantar. Los extractores de la cocina y el baño también pueden servir de ayuda en estos casos, ya que, aunque no envíen el aire al exterior, pueden mejorar la circulación de aire y evitar la concentración de partículas en una estancia. 

Para aumentar la circulación de aire y garantizar un "barrido eficaz", se puede recurrir a la ventilación cruzada, abriendo puertas y/o ventanas opuestas o al menos en lados diferentes de la sala, tal y como indica Sanidad.

En las estancias donde se encuentre una persona en aislamiento, además de disponer de una ventilación adecuada, hay que evitar corrientes forzadas de aire provenientes de sistemas de calor o refrigeración.

¿Usar ventiladores para evitar contagios Covid?


En estos casos en los que se utiliza ventilación artificial, es prudente reconfigurar el sistema para que la cantidad de aire exterior que entre en la estancia sea mayor que el aire recirculado. Si el sistema reconduce todo el aire del exterior, hay que comprobar que el caudal es suficiente para sanear el ambiente. 

Diversos estudios, demuestran que el aire recirculado en ausencia de filtros en una estancia en la que se encuentre una persona infectada sin mascarilla un tiempo prolongado, supone un riesgo para otras personas presentes aún manteniendo la distancia de seguridad prescrita. 

En este sentido, se desaconseja utilizar ventiladores, ya que estos no renuevan el aire sino que lo distribuyen, contribuyendo así a dispersar los aerosoles, incluso a salas contiguas. 

Los filtros HEPA también se postulan como última opción en aquellos espacios en los que sea imposible la ventilación, tanto natural como mecánica, y no permita cualquier otra alternativa de renovación de aire. Aquí, según las autoridades sanitarias, se podría optar por sistemas de filtrado de aire portátiles o purificadores con filtros de este tipo a la hora de reducir la concentración de bioaerosoles. Es importante elegir la zona donde se colocará el dispositivo puesto que su acción es "limitada" y puede que no llegue a todos los rincones. 

En cuanto a los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado con termostato, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, también aconsejan configurar el ventilador en la posición 'encendido' en lugar de 'automático', para que las aspas funcionen de manera continua. 






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