Diccionario de enfermedades

Colon irritable

¿Cómo se diagnostica el colon irritable?
El colon irritable es una patología crónica de causa desconocida, que se caracteriza por la presencia de dolor o malestar abdominal acompañado de episodios, generalmente alternantes, de diarrea y/o estreñimiento, en ausencia de una enfermedad identificable en el intestino. La frecuencia de los síntomas es muy variable, así como su intensidad. Afecta a ambos sexos (aunque más frecuentemente a las mujeres), a cualquier edad.

Se suele asociar con otras enfermedades incluidas en el término de síndromes somáticos funcionales, dentro de las que se encuentran la fibromialgia, el dolor pélvico crónico, el dolor de cabeza, la cistitis intersticial, etc.

¿Cuáles son las causas del colon irritable?


Las causas del colon irritable son desconocidas. Algunos médicos piensan que se debe a espasmos intestinales (de ahí su otro nombre de colon espástico). Ocasionalmente aparece tras una infección intestinal y con frecuencia se asocia a ansiedad o a depresión.

¿Qué síntomas produce el colon irritable?


Los síntomas del colon irritable son muy variados, siendo los más frecuentes:
  • Dolor o malestar abdominal. Es el síntoma clave, siendo muy variable en su intensidad y en su localización. El dolor o malestar puede localizarse en la zona inferior del abdomen (en el bajo vientre), en el lado derecho, en el lado izquierdo o en la zona del estómago. En general suelen ser retortijones, aunque puede también existir un dolor sordo continuo. El dolor puede ser muy leve o muy intenso, y puede impedir llevar una vida normal. Puede aumentar al comer o con el estrés y, en las mujeres, puede aumentar con la menstruación, y suele aliviarse al hacer una deposición.
  • Diarrea, estreñimiento o alternancia entre diarrea y estreñimiento. Si se trata de un colon irritable con predominio del estreñimiento, las heces suelen ser duras y el paciente tiene la sensación de no haber terminado de hacer de vientre, acudiendo por ello al baño varias veces al día. En estas circunstancias puede o no haber episodios ocasionales de diarrea. En los pacientes con colon irritable en los que predomina la diarrea, ésta suele ser de escasa cantidad y empeora con el estrés o con la comida. La diarrea puede tener moco.
  • Otros síntomas frecuentes en todas las formas de colon irritable son la sensación de tripa hinchada y frecuentes gases, el ardor de estómago y las digestiones pesadas, asociadas a náuseas y a vómitos.

¿Cómo se diagnostica?


No existe ninguna prueba que confirme la presencia de colon irritable. Para diagnosticarlo se necesita descartar otras enfermedades que puedan producir síntomas similares (problemas de estómago, de vesícula, del páncreas, intolerancia a la lactosa, enfermedad celiaca del adulto, otras enfermedades del intestino) para lo cual, además de realizar una exploración detenida, se deben solicitar análisis de sangre y de heces y, en muchas ocasiones, otras pruebas como enema opaco, colonoscopia, gastroscopia, etc.

Ante la normalidad de dichas pruebas, los criterios para diagnosticar un colon irritable son:
  • Que las alteraciones digestivas lleven presentes un mínimo de 6 meses.
  • Que exista dolor o malestar abdominal recurrente, al menos 3 días al mes, y que se asocie con al menos 2 de los siguientes datos:
  • El dolor o malestar mejora al hacer de vientre.
  • El comienzo del malestar o dolor se asocia con un cambio en la frecuencia de las deposiciones.
  • El comienzo del dolor o malestar se asocia con un cambio en la consistencia de las heces.


Pronóstico


El colon irritable es una enfermedad crónica que evoluciona en brotes, frecuentemente asociados a situaciones o periodos de especial estrés. No tiene ningún tratamiento curativo si bien existen tratamientos que pueden mejorar los síntomas. La mayoría de pacientes con colon irritable tiene formas leves o moderadas de la enfermedad que responden razonablemente bien al tratamiento. Los escasos casos resistentes al tratamiento deben ser evaluados por especialistas.

¿Cuál es el tratamiento del colon irritable?


El tratamiento del colon irritable incluye los siguientes aspectos:
  • Es importante explicar que, aunque la enfermedad no es grave, puede ser muy molesta. Los tratamientos disponibles pueden mejorar la enfermedad pero ninguno la cura. En general suelen probarse varios tratamientos, solos o en combinación, hasta que se encuentra el más eficaz.
  • Recomendaciones sobre la dieta. En ocasiones pueden identificarse algunos alimentos que precipitan un episodio, como el café, legumbres, coles, edulcorantes artificiales, etc. Es por ello importante hacer una investigación sobre la dieta y los alimentos que pueden provocar un brote agudo. Además, cualquier alimento que cause flatulencia (bebidas gaseosas, legumbres, hojas verdes, etc.), así como aquellos hábitos que pueden producir gases (mascar chicle) pueden empeorar algunos de los síntomas, por lo que deberían abandonarse. Es frecuente que se recomiende realizar una dieta baja en lactosa durante 2 o 3 semanas. Si hay mejoría clínica es razonable continuar con ella. Por el contrario si la enfermedad sigue igual, la dieta pobre en lactosa debe abandonarse. En el colon irritable algunos alimentos son especialmente bien tolerados como:
  • Agua, sprite, bebidas isotónicas.
  • Leche de soja.
  • Arroz.
  • Pasta sin salsas.
  • Patatas asadas o cocidas (no fritas).
  • Pan o madalenas.
  • Pescado, pollo, jamón sin salsas.
  • Huevos preparados de cualquier manera, excepto fritos.
  • Cereales de desayuno.
  • Ensaladas de lechuga.
  • Guisantes o zanahorias cocinadas, evitar las verduras crudas.
  • Margarina, mermeladas, nocilla.
  • Melón en pequeñas cantidades.
  • Melocotones, peras envasadas en pequeña cantidad.
Las recomendaciones concretas de tratamiento son:
  • La dieta rica en fibra y/o la utilización de laxantes que aumentan el volumen de las heces: Psyllium (Plantaben®, Metamucil®) o metilcelulosa (Muciplazma®), se han demostrado eficaces en algunos pacientes con colon irritable, tanto en los que tienen estreñimiento como en aquellos con diarrea. Su eficacia es variable de unas personas a otras, si bien merece la pena hacer un tratamiento de prueba en todos los pacientes. En algunos pacientes, la dieta rica en fibra puede empeorar la flatulencia y los gases por lo que, en estas circunstancias, es mejor evitarla.
  • Para reducir el dolor o malestar abdominal se recomiendan antiespasmódicos tipo mebeverina (Duspatalin®), trimebutina (Proctolog®), otilonio (Spasmoctyl®), butilbromuro de escopolamina (Buscapina®). Varios de ellos pueden presentar efectos adversos, sobre todo en ancianos. Se recomienda tomarlos media hora antes de cada comida
  • En el colon irritable en el que predomina la diarrea se recomienda la utilización de medicinas astringentes como la loperamida (Fortasec®) o la resincolestiramina.
  • Los antidepresivos tricíclicos han demostrado eficacia en algunos pacientes aunque no tengan datos que sugieran depresión. Se utilizan a dosis mucho más bajas de las que se utilizarían en la depresión. El mecanismo de su eficacia es desconocido. Otros antidepresivos distintos (los inhibidores de la recaptación de serotonina) también han demostrado su eficacia en estudios en los que el colon irritable se asociaba a depresión.
  • La ansiedad y el estrés pueden empeorar la enfermedad. Algunos tratamientos con antidepresivos o ansiolíticos o con tratamientos psicológicos, han demostrado mejoría en algunas personas, en general en las formas que cursan preferentemente con diarrea.
  • El ejercicio practicado de forma regular, también ha demostrado ser eficaz.
  • Actualmente no se recomienda el tratamiento con antibióticos, aunque algunos médicos creen que el sobrecrecimiento bacteriano dentro del intestino puede desempeñar algún papel en esta enfermedad y para ello dan antibióticos.
  • Otros tratamientos de parafarmacia no han demostrado hasta el momento eficacia. La utilización de yogures con bacterias tipo bifidus no ha demostrado utilidad. El aceite de pipermint y otros aceites habitualmente recomendados para tratar el colon irritable pueden ser incluso peligrosos a largo plazo por irritar el intestino y favorecer la pérdida de electrolitos.

Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.