Diccionario de enfermedades

Cirrosis alcohólica

¿Cómo se diagnostica la cirrosis alcohólica?
La cirrosis alcohólica es una de las causas más frecuentes de cirrosis hepática en España y es debida a un consumo excesivo de alcohol.

Causas de la cirrosis alcohólica


El consumo importante de alcohol de forma prolongada en el tiempo produce daño del hígado. Un consumo superior a 2 bebidas alcohólicas al día por parte de las mujeres y de más de 3 bebidas alcohólicas al día por parte de los hombres durante varios años, puede asociarse al desarrollo de cirrosis, si bien la mayoría de pacientes con cirrosis han consumido mucha mayor cantidad de alcohol.

¿Qué síntomas produce la enfermedad?


Los síntomas que produce la cirrosis alcohólica son los mismos que los de la cirrosis hepática de cualquier otra causa. Puede tratarse de un hallazgo casual al hacerse un análisis por cualquier motivo, puede asociarse a síntomas inespecíficos como fiebre, molestias en la parte superior derecha del abdomen, cansancio, falta de apetito, náuseas, vómitos, diarrea, adelgazamiento y coloración amarilla de la piel o de las conjuntivas (ictericia), o puede debutar como una de las complicaciones asociadas con la cirrosis (ver cirrosis hepática).



¿Cómo se diagnostica la cirrosis alcohólica?


En general el diagnóstico de cirrosis alcohólica se establece con análisis de sangre y una prueba de imagen (generalmente una ecografía del hígado), no siendo en la mayoría de las ocasiones imprescindible proceder a una biopsia hepática.

¿Cuál es el pronóstico de los afectados?


El pronóstico de la cirrosis alcohólica es en general malo, pero mucho peor si el paciente continúa consumiendo alcohol. La mitad de los pacientes en los que se diagnostica una cirrosis hepática y siguen bebiendo alcohol, mueren antes de que transcurran 5 años. Por el contrario, los que abandonan el alcohol tienen una supervivencia mayor.

¿Cuál es el tratamiento de la cirrosis alcohólica?


El tratamiento general de la cirrosis alcohólica y el de sus complicaciones no difiere del de el resto de enfermedades que cursan con cirrosis hepática, siendo imprescindible el abandono del alcohol. Se han intentado varios tratamientos, como pentoxifilina, corticoides, infliximab, en general con pobres resultados. En los pacientes con cirrosis grave que llevan varios meses sin beber, puede plantearse el trasplante hepático.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.