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4 dic. 2015 21:20H
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Por Rafael Carrasco, vocal de Atención Especializada del Sindicato Médico Andaluz

El consejero de Salud de la Junta de Andalucía ha informado de forma reciente a los medios acerca de lo que él considera un esfuerzo presupuestario en beneficio de la sanidad pública. Afirma que se incrementaron un 4,8 por ciento los recursos económicos dedicados a salud y que cuatro de cada diez euros que Andalucía gasta, lo hace en salud.

Sin embargo, lo que el consejero dice no coincide exactamente con lo que el BOJA publica y, además, solo comenta una parte de los presupuestos. En esta exposición mediática se ocultan otros datos comparativos, y, por lo tanto, se ofrece solo una parte de la realidad. Nada crea más confusión y desinformación que una verdad a medias y este tipo de recursos, tan usados desgraciadamente hoy por nuestros dirigentes, debiera estar regulado tanto internamente con unas normas éticas mínimas como externamente por medio de algún órgano de control de la información.

Pero vayamos al grano; “desgranemos”, de hecho, los presupuestos en Andalucía.
Efectivamente, la Junta de Andalucía ha incrementado su presupuesto en sanidad, pero un 4,01 por ciento (en lugar del 4,8 por ciento que se afirmaba). Esta cifra pudiera parecer positiva pero, si tenemos en cuenta que el global del presupuesto se ha incrementado en un 5,60 por ciento, habría que concluir que el interés de la Junta por la Sanidad está por debajo del que tiene en otros campos (la alta dirección por ejemplo, crece un 16,18 por ciento, lo mismo que cultura,; deporte, un 26,56 por ciento; y vivienda y urbanismo, un 28,04 por ciento).

En estos presupuestos, se dedican 2,79 euros de cada diez a la sanidad, lejos de los cuatro que afirmaba el consejero; mientras que, en 2011, se dedicaron 2,94  euros, incluso el año pasado se dedicaron 2,84 euros de cada diez. Parece, pues, deducirse de estos números (verificables todos con los respectivos BOJA) que la apuesta de la Junta de Andalucía por la sanidad ha ido decreciendo durante los años de crisis cuando, lejos de esta afirmación, se ha usado como fuente de ahorro.

La variación en el presupuesto de Sanidad de la Junta de Andalucía ha venido siendo negativa desde el 2010. Así, perdió un 4,18 en 2011; un 0,03 en 2012; un 10,30 en 2013; y un 2,08 en 2014, y no fue hasta 2015 cuando comenzó un tímido aumento del 2,48 por ciento. Un balance clara y absolutamente negativo en este periodo de crisis económica. Un balance que demuestra, insisto, que la sanidad en Andalucía se ha recortado y usado como filón de ahorro en lugar de protegerla y priorizarla como algunos afirman.

Hablemos ahora en cifras absolutas. En 2011, el presupuesto para salud era de 9.332 millones de euros y, en 2014, se había reducido ya a 8.210 millones. Cabe recordar que la mayor parte de este ahorro se produjo a expensas de recortar sueldos y reducir plantilla (véanse los boletines estadísticos del personal servicio administraciones públicas, que semestralmente publica el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas).

Pues bien: el presupuesto para este próximo año asciende a 8.751 millones de euros, es decir se recupera más o menos un 50 por ciento de lo perdido. No quiero extenderme ni profundizar en demasía, pero baste decir que esos 500 millones que se recuperan ni siquiera llegan a compensar los que se recortaron en nóminas a inicio de la crisis.

En definitiva, las cifras son las que son y están publicadas en los distintos medios oficiales. Las opiniones, interpretaciones, declaraciones de intenciones y demás formas de mostrar las cosas, siempre son sesgadas y subjetivas. Y mi opinión tampoco está libre de este sesgo, por eso  aporto los datos, para que cada uno decida a quien creer.

Acceda aquí al cuadro evolutivo de los presupuestos con datos tomados del Boletín Oficial de la Junta de Andalucía.

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