Castilla y León y Comunidad Valenciana han abortado sus proyectos para ello



5 abr. 2013 11:58H
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Javier Barbado. Madrid
La Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía avala con sello propio la actividad asistencial de sus centros e incluso exporta el modelo de que se vale para hacerlo a países iberoamericanos como Portugal o, en breve, Chile. El resto de autonomías españolas no dispone todavía de una entidad pública certificadora como la andaluza, que se encuentra inserta desde enero en la Fundación Progreso y Salud, dependiente de la Consejería de Salud y Bienestar Salud que encabeza María Jesús Montero. Según indica el entrevistado, algunas como Extremadura y Comunidad Valenciana amagaron con crear un organismo similar pero el intento no fructificó, en el caso de la primera debido al reciente cambio de Gobierno.

La Agencia se dedica a certificar centros sanitarios, en lo esencial: ¿no es así?

Sí. Hay que matizar que no solo es certificadora de los centros; también lo es de formación continuada, de competencias profesionales, de páginas web, y, en estos momentos, también vamos a iniciar una actividad certificadora de aplicaciones para móviles (“apps”).

Antonio Torres Olivera, titular de la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía.

Yo destacaría dos cuestiones. Por un lado, lo que es la certificación en el sentido de que ampliamos mucho el ámbito, porque, hasta ahora, no estaba contemplado que cubriéramos el campo socio-sanitario. La Consejería ha adquirido esta competencia recientemente, y, por esta razón, la Agencia ha sido reclamada para desarrollar el modelo de certificación en ese ámbito y en todos los centros socio-sanitarios dependientes del Departamento de Salud autonómico. Esto es relevante porque supone un importante volumen de centros y porque implica, en consecuencia, un importante reto.

Por otra parte,  la Agencia, aparte de estar avalada por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC), sus sistemas de capacitación de evaluadores también está avalado por Iscua, la organización mundial de calidad: solo hay 13 agrupaciones en todo el mundo que disponen de esta acreditación, y una de ellas es la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía. Esto nos da avales muy importantes para penetrar en otros sistemas sanitarios y hacer nuestra actividad certificadora en el ámbito internacional, ya que yo creo que vamos a tener una expansión importante.

Por último, cabe recalcar la idea de certificar elementos que, desde nuestro punto de vista, cumplen una función relevante dentro del modelo sanitario del futuro, y me refiero, fundamentalmente, a las páginas web –llevamos más de cuatro años certificando contenidos de esta índole–y, más recientemente y como he mencionado, vamos a poner en marcha u modelo de certificación para las “apps”, las cuales, sin duda, se están convirtiendo en un instrumento muy importante para profesionales y para pacientes, y que yo creo que es una revolución importante en el ámbito de la atención sanitaria. Por lo tanto, también es muy importante garantizar la seguridad y la fiabilidad de los contenidos de esas aplicaciones.

Ha citado la vertiente internacional de la Agencia. En España, ¿certifica a hospitales o centros en otras comunidades autónomas?

En estos momentos, centros que están en proceso de acreditación fuera de la comunidad andaluza pero dentro de España, lo están en el campo de la formación continuada. En el ámbito de los centros sanitarios, no. Y esto tiene una explicación, ya que, normalmente, la competencia de la acreditación reside, en nuestro Sistema Nacional de Salud, en las comunidades autónomas. Así, Andalucía es casi la única comunidad autónoma que certifica la calidad de sus centros por medio de una Agencia específica, pero, como digo, es algo que compete [al Gobierno] de cada comunidad autónoma, cosa que no pasa, por ejemplo, en el ámbito internacional.

No obstante, también en el ámbito nacional podría suceder que alguna comunidad autónoma pensara en recabar los servicios de la Agencia. De hecho, en su día tuvimos negociaciones y un convenio firmado con la comunidad de Aragón que, con el reciente cambio de Gobierno en las comunidades, no se ha desarrollado. Sin embargo, en el ámbito internacional, como digo, Portugal reconoce nuestro modelo como el oficial, y, en Latinoamérica, estamos a punto de firmar un convenio con Chile para acreditar y hay otros países como Brasil o Perú igualmente interesados en abordar nuestro modelo.

Así que, bueno, desde ese punto de vista, somos una entidad certificadora como cualquier otra de carácter internacional.

¿Es entonces Andalucía la única autonomía española que posee una agencia pública acreditadora?

Ahora mismo sí. En Castilla y León y en Comunidad Valenciana se han iniciado trabajos en este sentido pero, recientemente, han desaparecido. La única agencia que está vigente en estos momentos –y desarrollando una actividad importante– es la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía.

¿Qué otras funciones, más allá de la acreditación, desarrolla la Agencia?

Sí: se lo iba a contestar antes. Aparte de su actividad certificadora, hay dos elementos muy importantes en su seno a los que yo me refiero como “dos grandes ventanas al exterior” con su propio modo de funcionamiento pero con calidad de unidades dentro de la Agencia. Se trata de dos observatorios: el de Seguridad del Paciente y el de Calidad de la Formación. Ambos creo que tienen una gran importancia.

El primero impulsa buenas prácticas en Seguridad del Paciente, en mi opinión la dimensión más importante en calidad asistencial en estos momentos. Genera toda una serie de herramientas de autoevaluación que permite a los centros profundizar y desarrollar buenas prácticas en seguridad. Un aspecto muy destacable es que dispone de una red de centros que hace uso de las herramientas del Observatorio. Hablamos de más de 900 centros “enganchados” a esa red, los cuales están en Andalucía en su mayoría pero también los hay de otras comunidades autónomas e incluso del ámbito latinoamericano por cuestiones de idioma (países como Perú, Argentina, Chile).

También dispone de un dispositivo de notificación de efectos adversos y, desde el propio Observatorio, se han creado algunas ‘apps’ sobre seguridad del paciente: tenemos dos, en concreto, disponibles para i-phone y para Android: “Pregunta por tu salud” (cuestionario para que el paciente no olvide nada que preguntar a médico) y “Recuérdame”, aplicación que intenta gestionar muy bien la atención de los pacientes polimedicados para evitar posibles errores de medicación o de dosis o de adherencia al tratamiento.

En el ámbito de la formación, el Observatorio específico está muy enfocado al desarrollo profesional. Por lo tanto, dispone de muchas herramientas que tienen que ver con la formación, la metodología de aprendizaje y la medición de competencias para promover planes de desarrollo individual con vistas al desarrollo profesional. Se trata de un programa corporativo por el que están pasando más de 42.000 profesionales del sistema sanitario público de Andalucía, pero que también hemos puesto en marcha para todos los cuadros directivos del Ministerio de Salud de Chile.  

Por último, una de las grandes fortalezas de la Agencia que deben destacarse es el fomento de la innovación. Todas las herramientas que utiliza tanto para la certificación como para otras cuestiones, están apoyadas en herramientas tecnológicas muy potentes, que sin duda nos distinguen con respecto a otras entidades certicadoras. 

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