Redacción. Barcelona El paso anticipado por las urnas en Cataluña no ha salido como esperaba CiU. Los electores han castigado a la formación liderada por Artur Mas, que ha perdido 12 escaños (pasa de 62 a 50), quedando a expensas de pactos para poder dar estabilidad a la Generalitat en los próximos años.
El escenario al que se llegaba a este 25-N ha estado marcado por la propuesta indenpendentista de Artur Mas, pero también por la difícil situación económica que atraviesan las arcas públicas de esta autonomía. Medidas como el euro por receta, o los impagos por parte de la Administración a las oficinas de farmacia, que provocaron jornadas de cierres hace algunas semanas, han venido a sumarse a notables recortes en la sanidad pública catalana, acostumbrada a protestas de profesionales y ciudadanos en centros de salud y en hospitales, sobre todo de las zonas más populares de Barcelona. Deberá compartir el Gobierno "Hay más de un millón de personas que nos han dado su apoyo, doblamos a la segunda fuerza política y la conclusión es que no hay gobierno alternativo que no pase por CiU, pero tampoco nos podemos hacer responsables únicos de la gobernabilidad del país", ha dicho Mas. Por ello, ha afirmado que se ha de abrir un periodo de reflexión en la política catalana. "Yo asumiré la presidencia de la Generalitat, pero no tenemos la fuerza necesaria para liderar el proceso. Hasta ahora hemos ido muy solos, aunque la gente nos decía que debíamos ir acompañados. Necesitaremos la corresponsabilidad de alguna otra fuerza", ha confesado. |