La prevalencia de fumadores en 2011 fue del 27 por ciento frente a la de 2009, del 29,9 por ciento



6 oct. 2013 18:11H
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Redacción. Madrid
Los niveles de contaminación por humo del tabaco medidos en bares, cafeterías y ocio nocturno eran ocho veces más altos que los que se podían medir en la calle antes de la entrada en vigor de Ley Antitabaco modificada en 2011 (la original fue ejecutada por la entonces ministra de Sanidad, Elena Salgado, en 2006). En restaurantes, las cifras de ambos compuestos eran entre cinco y seis veces mayores.

Elena Salgado, aprobó la
Ley Antitabaco en 2006.

Así se deduce del informe de evaluación elaborado por el Ministerio de Sanidad sobre el impacto en la salud pública de la Ley de medidas sanitarias frente al tabaquismo de 2010. La ley estipula que este trabajo debe realizarse con carácter bienal y durante los cuatro años siguientes a la entrada en vigor de la Ley.

Así, en relación con la exposición al humo ambiental de tabaco (HAT), los resultados disponibles muestran que, después de la entrada en vigor en enero de 2011 de la ley, la exposición al HAT en locales de hostelería se ha reducido “drásticamente” y las concentraciones de nicotina y de 'PM 2,5' (partículas en suspensión, llamadas así por medir menos de 2,5 micras de diámetro) disminuyeron en más del 90 por ciento.

Por otra parte, la presencia de fumadores en el exterior de los locales, pero cerca de la entrada, aumenta la exposición a HAT en los espacios interiores, en comparación con los establecimientos sin la presencia de fumadores en su exterior, si bien la disminución drástica de la exposición al HAT implica una reducción considerable del riesgo al que estaban expuestos clientes y trabajadores de este sector.

Prevalencia de fumadores

Según los datos recogidos en la Encuesta Nacional de Salud de España 2011, que contempla este informe, se ha producido una reducción general de los indicadores de consumo tabaco y la prevalencia de fumadores en ese año era del 27 por ciento en adultos de 15 años y más, frente al 29,9 por ciento de 2009 (16 años y más).

La prevalencia de fumadores diarios se ha reducido del 26,2 por ciento de 2009 al 24 por ciento de 2011. En la progresión de ambos indicadores en los últimos años se observa que, tras la aplicación de la Ley se ha vuelto a la tendencia de disminución del consumo, que en el periodo 2006-2009 se había estabilizado.

Aunque la reducción se da de forma más acentuada en hombres, donde el consumo de tabaco era más elevado, se mantiene el gradiente de mayor consumo en las clases más desfavorecidas en general. Eso sí, se ha reducido en ciertos grupos especialmente, como adultos jóvenes, con menor nivel de estudios, en situación de desempleo o que están estudiando.

Entre los fumadores diarios, el número de cigarrillos al día ha descendido ligeramente. En cuanto a la proporción de abandono (exfumadores/ fumadores + exfumadores) en 2011 es de 42,1 por ciento, superior a la del año 2009.

Además, el 33,1 por ciento de los fumadores diarios consideran que fuman menos respecto a hace dos años, un 35 por ciento tiene intención de dejarlo en los próximos 1 o 6 meses, un 30 por ciento ha hecho al menos un intento.

Ventas de productos del tabaco

Este informe del Ejecutivo destaca a su vez los “fuertes descensos” experimentados en los años 2009 a 2012, siendo las reducciones “más importantes” de la serie las producidas en los dos años de aplicación de la ley.

En 2011 se redujeron las ventas de cigarrillos en el 16,7 por ciento y de picadura de liar en un 6,4 por ciento, aunque aumentaron las ventas de cigarros (22,4 por ciento) y picadura de pipa (272,7 por ciento).

En lo que respecta a todo el año 2012, se alcanzó la cifra de 2.671 millones de cajetillas, lo que supone un 11,40 por ciento menos que en 2011. El impacto que la ley ha tenido en las ventas puede verse a través del Informe Anual de Recaudación Tributaria correspondiente al año 2011 elaborado por la Agencia Tributaria. Así, se experimentó una caída del 2,3 por ciento respecto al año anterior.

Esto puede deberse, según el propio organismo, a la compensación entre la subida del impuesto y la disminución del consumo de tabaco, junto al desplazamiento del consumo hacia los productos de menor precio.

Morbi-mortalidad

Este trabajo constata también que se ha dado una reducción de las tasas de ingreso por infarto agudo de miocardio, cardiopatía isquémica y asma en 2011, año de aplicación de la modificación de la ley, aunque es necesaria una evaluación más profunda para conocer su impacto específico en la morbilidad por estas enfermedades.

En el caso de infarto agudo de miocardio en población mayor de 24 años se observan dos saltos en los años de aplicación de la ley (2006) y su modificación (2011), de aproximadamente un -4 por ciento cada uno en hombres y una destacable reducción global entre 2005-2011 en ambos sexos, que es muy elevada también en cardiopatía isquémica.

En menores de 60 años, también se da una reducción específica en las tasas de infarto agudo de miocardio en 2011 en hombres, sin embargo en mujeres se da una tendencia de aumento en todo el periodo 2005-2011.
En el caso de los ingresos por asma se observa una reducción específica en 2011 en ambos sexos, tanto en el grupo de menores de 65 años, como en las tasas de asma infantil. Estas reducciones en los ingresos se asociarían también con una reducción del gasto sanitario relacionado, según el informe.

Cumplimiento de la normativa

Por último, la percepción del cumplimiento de la ley por las administraciones públicas, las sociedades científicas y por los ciudadanos en general es “mayoritariamente buena”, con algún caso aislado de incumplimiento, según subraya el informe.

Sobre los servicios de deshabituación, las comunidades autónomas redoblaron sus esfuerzos durante los años 2011-2012, a través de la red de centros de atención primaria y de sus diferentes servicios especializados de deshabituación, como respuesta al incremento de la demanda de ayuda para dejar de fumar.

Así, las diferentes comunidades pusieron en marcha planes de ayuda de diverso tipo tanto en lo referente a atención presencial como a través de los servicios de la sociedad de la información.

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