Los elevados precios de estos medicamentos, sus principales impulsores



13 jun. 2015 12:35H
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Eduardo Ortega. Imagen: Miguel Fernández de Vega. Gredos (Ávila)
La aparición de nuevos medicamentos, que están suponiendo abruptos cambios en áreas terapéuticas como la hepatitis C y la oncología, también ha abierto un camino de dudas respecto a su uso y sus efectos efectos a largo plazo, acentuados por las urgencias que generan sus elevados precios. La evaluación ha de poner fin a toda esta incertidumbre, y para ello es necesaria la aportación y colaboración de profesionales, gestores y Administración.

Pascual Marco, vicepresidente de la SEHH; Arturo Giménez, director general de Planificación Sociosanitaria, Farmacia y Atención al Ciudadano de Murcia; Carolina González-Criado, subdirectora general de Farmacia del Sergas; Federico Tutau, jefe de Sección de Farmacia Hospitalaria del Hospital Universitario de Henares, y Cristóbal Belda, director ejecutivo de la Fundación de Investigación Hospital de Madrid .





Así se resume el debate ‘Evaluación de medicamentos: Cómo alcanzar la transparencia’, celebrado en el I Encuentro Global de Farmacia Hospitalaria, organizado por Sanitaria 2000, con la colaboración de Gilead y  Becton Dickinson y bajo el auspicio de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria. En él, Carolina González-Criado, subdirectora general del Servicio Gallego de Salud (Sergas), ha advertido de que “la introducción de nuevos fármacos totalmente innovadores, que han cambiado el curso de enfermedades y mejorado la calidad de vida de los enfermos” sigue provocando el ascenso creciente del gasto hospitalario en medicamentos, con lo que son necesarios “estudios con resultados de relevancia clínica” para poder priorizar los productos que aporten “innovaciones disruptivas”.

Carolina González-Criado, del Sergas.

Asimismo, ha avisado del incremento creciente de “aprobaciones aceleradas o condicionales de medicamentos. Aunque facilitan acceder a determinados productos en situaciones de vacío terapéutico, muchas veces están basadas en estudios de Fase II, aumentando todavía más el grado de incertidumbre”, que es necesario gestionar entre la colaboración de todas los actores del medicamento.

La cuestión de la financiación

En este entorno, la cuestión del precio de los medicamentos innovadores, y la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud (SNS), es fundamental. González-Criado ha llamado a potenciar nuevas fórmulas como el riesgo compartido o la financiación según la indicación que se cubra.

Sin embargo, Cristóbal Belda, director ejecutivo de la Fundación de Investigación Hospital de Madrid (HM), ha sido mucho menos optimista, por así decirlo. “Los avances farmacológicos en oncología son caros, carísimos, y más que lo van a ser. La espiral del gasto va a continuar ascendiendo en farmacia hospitalaria. Y hay pocas soluciones”.

El especialista ha recordado que el paradigma en el tratamiento del cáncer va a vivir un cambio de 180 grados con la irrupción de la inmunología oncológica, que va a estar combinada con la tradicional quimiterapia. “Pero el precio que van a tener estas terapias es una locura. Lo ocurrido con la hepatitis C va a ser un juego de niños comparado con lo que va a venir”.

Pascual Marco y Cristóbal Belda.


Con todo, para Belda hay un “problema de raíz en España: no tenemos datos ni información sobre cuántos pacientes tienen cáncer ni cuánto cuesta tratarlos. Debería haber un registro nacional y ser una enfermedad de declaración obligatoria”. Asimismo, ha denunciado la situación de inequidad en el acceso a las terapias por parte de los pacientes. “Si vives al norte de la M30 en Madrid tienes acceso a unos medicamentos, si vives al sur a otros. Es inexplicable. El acceso debería ser homogéneo en todo el país”.

Poco contacto con la Administración

Por su parte, Pascual Marco Vera, vicepresidente de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia, ha denunciado el “poco contacto” que las sociedades científicas tienen con el Ministerio en la elaboración de los informes de posicionamiento terapéutico (IPT), otra fórmula más para evaluar, al fin y al cabo. “De hecho, no nos consideramos miembros activos en los IPT, y desconocemos qué valoración hace la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) de nuestras aportaciones, no hay feed back”. Asimismo, ha avisado de los problemas de acceso que hay en España en el acceso a los nuevos anticoagulantes orales, así como de las diferencias que hay, por comunidades autónomas, sobre su uso.

Arturo Giménez y Federico Tutau.


Mientras Federico Tutau, jefe de sección de Farmacia Hospitalaria del Hospital Universitario de Henares, ha recordado que siguen faltando datos económicos en las evaluaciones (que, en muchas ocasiones, están aportando los propios servicios) y que todos los profesionales del centro (médicos y enfermeras), deben poner su grano de arena.

Finalmente, Arturo Giménez, director general de Planificación Sociosanitaria, Farmacia y Atención al Ciudadano de la Consejería de Sanidad de Murcia, ha indicado que entre los principales valores que debe salvaguardar una comisión de farmacia autonómica (como la murciana) se encuentra la “transparencia y lograr los objetivos en salud asociados a un gasto sostenible”.

Un instante del A Fondo sobre evaluación de medicamentos.


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