Ante la situación económica, ¿Hay que centralizar o descentralizar? | ||||
La coordinación es prioritaria para lograr la sostenibilidad | ||||
El objetivo es lograr una equidad inexistente en este momento | ||||
Ricardo Martínez Platel / Imagen: Miguel Ángel Escobar y Diego S. Villasante. Salamanca Así, Francisco Javier Chacón, secretario general del Servicio Extremeño de Salud, lamenta que estos replanteamientos aparezcan motivados por la situación económica y no por la inequidad existente entre comunidades autónomas. A su juicio, las transferencias han supuesto que no todos sean iguales ante la ley en algunos aspectos. A nivel de usuarios las diferencias en la cartera de servicios, prestaciones, demora y tiempos de respuesta, así como costes y facturación parecen evidentes. Los trabajadores también se ven afectados por regímenes jurídicos distintos y las retribuciones y resto de condiciones laborales tampoco son las mismas. El modelo actual conlleva que los proveedores también sufran la disparidad de criterios de las autonomías en las condiciones de contratación, en interlocutores o en las condiciones económicas. Según Chacón, existe una “falta de criterio” debido a que no hay “no hay parámetros fijos de actuación”. El secretario general del Servicio Extremeño de Salud considera que plantear la opción de la centralización o descentralización debe servir para llegar a una equidad inexistente en este momento. El objetivo debe ser la eficacia y para alcanzarla es preciso “buscar economías de escala, incrementar la coordinación asistencial y compartir recursos” para que haya una racionalización.
En este sentido, José Antonio García Córdoba, director general de Planificación y Ordenación Sanitaria y Farmacéutica e Investigación de Murcia, se muestra a favor de la mencionada coordinación y de centralizar algunos puntos por ahorro, para mejorar los precios y para que exista una simplificación administrativa que evite duplicidades. A fin de cuentas, lo que se trata es de buscar la “eficiencia del gasto público y de la sostenibilidad”. Para conseguir esto, según García Córdoba, “son necesarios más recursos, porque España tiene la segunda esperanza de vida más alta del mundo”. Los principales inconvenientes que se encuentran son la falta de adherencia, la restricción de competencias, la adecuación a las necesidades clínicas y el enfrentamiento de modelos que colisionan, imperando una fragmentación que causa ineficiencia. García Córdoba es partidario de centralizar pautas, marcos y límites y descentralizar la gestión, aunque ve fundamental “medir el efecto de los cambios”. Así, el director general de Planificación y Ordenación Sanitaria y Farmacéutica e Investigación de Murcia estima que el Estado debería controlar los recursos humanos, la ordenación de los profesionales, la jornada laboral, el modelo salarial, la homologación de categorías, la movilidad, los registros y la formación continuada. |